Capítulo 1:
—¡Ya fue suficiente mamá!— Suspiró cansado. —¡Entendí todo este alboroto a la perfección! ¡Seré tolerancia absoluta y tendré mucho cuidado!— Exhaló por segunda vez, recapitulando las fastidiosas indicaciones que venía escuchando desde la primera hora del día.
—¡Finn! ¡No estoy jugando!— Continúo la voz de Mary, su madre. —Fanny es una chica muy especial para mí. ¡No quiero verte metido en problemas!— Le advirtió por milésima vez señalándolo con su dedo índice.
—Estás actuando como una paranoica, analiza la situación desde tu punto más razonable, es fácil, solo estamos hablando de una niñita mimada, insisto en que lo único que le hace falta es una buena disciplina por parte de sus padres— Aseguró el pelinegro despreocupado.
—¡Estoy hablando en serio!
—Relájate, nada más estaba dándote mi humilde opinión. De cualquier forma no creo que sea tan difícil. Recuerdo haberte escuchado hablando sobre la celebración de su cumpleaños número diecisiete— Mary afirmó con la cabeza —Bien, entonces probablemente su etapa de rebeldía ya pasó.— Permaneció en su posición anterior
—Sé que piensas que estoy enalteciendo la magnitud de la situación a la que te estoy llevando, pero tú mismo descubrirás que no es así. Sólo, por favor se muy tolerante
El pelinegro asintió lentamente para tranquilizar la inquietud de su madre, pero en su foro interno, siguió pensando que todo tenía un ligero grado de exageración.
[...]
—Sí Sadie, es un hecho, ellos se irán de viaje, lo cuál significa: ¡DIVERSIÓN!— Exclamó al teléfono.
—¿Fanny?...— Sus palabras formaron una leve pausa —Nena, no quiero decepcionarte pero, ¿Qué no se supone que tú estás castigada?— Le recordó su mejor amiga.
—No, ya no lo estoy— Respondió convencida.
—¿Es mi imaginación o tus padres superaron muy pronto el cambio de tu cabello? ¿Tan rápido se olvidaron de la deuda en el banco y de los acontecimientos de la fiesta pasada? Es decir: ¿Ya te perdonaron por todo eso?— Preguntó sorprendida. El impacto de las consecuencias de aquellos conflictos, solía durar semanas e incluso meses, y Stefany llevaba muy poco tiempo bajo sus respectivos castigos.
—No, en realidad no, eso no se les pasará hasta que encuentren otra excusa que les permita incrementar mi tortura, pero, ¿Cuál es el problema? Me las arreglaré yo misma como hasta el momento lo he hecho— Manifestó sin ningún rastro de remordimiento, después se encogió de hombros, a pesar de que sabía que su amiga no podía observarla.
—Yo que tú no cantaba victoria.
—Relájate, no tengo nada nuevo que perder, su trabajo siempre estará primero...
—¡Fanny! ¿Puedes venir un segundo?— Escuchó la voz de su madre, quién la llamaba desde la sala o alguna de las piezas de abajo.
—¡Ya voy!— Puso los ojos en blanco y devolvió el grito.
—¿Pasó algo?— Cuestionó Sadie.
—No lo sé, pero es mejor que vaya ahora o después se pondrá insoportable. Te llamo luego Sads ¡Adiós!
