el espejo creaba una imagen bastante distorsionada de él mismo. como cualquier otro. mirarse al espejo hace que nos sintamos tristes o disconformes con nuestro aspecto y o cuerpo. nos frustramos y simplemente nuestro autoestima cae a un menos mil bajo tierra.
así se sentía chan a tan sólo dos horas de encontrarse con junhui en el trabajo del mayor.
no se sentía a gusto con cómo le quedaba la ropa. algunas camisetas lo hacían ver gordo, otras le quitaban volumen a su cuerpo y otras solamente eran descartadas porque ya no le gustaban. en las piernas era todo más fácil, se colocó unos jeans negros y listo. ahora faltaba arriba.
así que acudió a su hermano mayor, pues era el único que estaba en casa, además de él, claro.
— ¡jihoon hyung! — exclamó en el pasillo dirigiéndose al cuarto de su hermano, tocó dos veces la puerta y entró. jihoon estaba acostado en su cama leyendo un libro, pero frunció el ceño al ver a su pequeño hermano entrar.
— ¿qué quieres, joder? —
— tengo una cita. —
aquellas tres palabras hicieron a jihoon saltar de su cama y acercarse a chan con una expresión de completo asombro. era un hermano mayor realmente sobreprotector y celoso de su hermano menor y tierno.
se quitó los lentes con frenesí y lo miró expectante.
— ¿quién es el gilipollas? ¿cuándo? ¿a qué hora? ¿volverás tarde? ¿a dónde irán? ¿dónde lo conociste? ¿te acompaño? sí, debo acompañarte. — dijo asintiendo con su cabeza y buscando sus zapatillas. cham se apuró a negar y lo cogió del brazo.
— yo sólo quiero que me ayudes a escoger ropa, todo me queda horrible. — formó un puchero y logró ablandar el corazón de jihoon, que lo sentó en la cama y lo tomó de las manos.
— escúchame bien, pedazo de enano, eres guapísimo y todo te queda jodidamente hermoso, hostia. tan sólo mírate, guapo hasta por el ano. — habló sacándole una risa avergonzada al menor, y de paso, rió él también.
— vale... lo tendré en cuenta, ¿me ayudas?— preguntó haciendo ojos de perrito y un par de caras tiernas a lo que jihoon no puede resistirse.
— vale, vamos a tu habitación.— le sonrió como muy pocas veces lo hacía, era una persona completamente antipática, pero si se trataba de su hermano menor podría convertirse en un algodón de azúcar bastante dulce.
Al final terminó prestándole un suéter ancho color celeste pastel que jamás había usado pero a chan le quedaba perfectamente bien. Peinó sus rizos, suavizándolos para que se vean más alisados y se colocó colonia de bebé, supuso que junhui podría gustarle los aromas dulces.
— ¿qué tal me veo? — preguntó dando un girito sobre su eje y jihoon fingió un ataque al corazón alzándole el pulgar.
— si no fueses mi hermano, sin dudas te daría. — chan rió bajito dispuesto a salir de la habitación, pero la mano de su hermano lo detuvo. — venga, te llevo. —
— ¡no! es decir... no, puedo solo. — le acojanaba la idea de que jihoon pudiese no aceptar su salida dado a que junhui era mayor a él.
— ¿por qué? — levantó una ceja. — vale, te llevo y te bajas a una cuadra así no tendrá que verme. — a lo que chan asintió.
El camino fue corto. junhui trabajaba en una farmacia que estaba cerca de su casa, así que no dudó en que si todo salía bien, en un futuro podría pasar por allí y hacerle compañía. según tenía entendido, el chino era el único empleado matutino.
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amar es difícil. - juno svt.
Random" - junhui del último año gusta de ti. - " Aquella fue la oración motivo por la que se acercó a wen junhui. Una persona completamente distinta a él, un amargado. Sabía que amar era algo difícil. Requería de tiempo, dedicación, confianza, respeto y s...