1 1 ; pollito.

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el reloj marcaba las 4:57 am, aún así, no había ni una pizca de sueño en sus organismos. más aún cuando a chan le había atacado el momento en donde todo sentimiento de liberación se había esfumado. es decir, cualquiera que cumpliera años el mismo día de la muerte de un familiar por supuesto que no estaría cien por ciento feliz. y así se sentía. además de aquello, últimamente pensaba en que era un chaval realmente intenso, sentía demasiadas cosas y ya no sabía si era por ser un adolescente idiota o porque estaban sucediendo muchas cosas en su vida de las cuales nunca antes hubiera imaginado que sucederían, como tener un novio como wen, por ejemplo.

el televisor estaba configurado en netflix, habían comenzado a ver Carolina, pero no le estaban prestando ni un poco de atención. era mucho más interesante pensar y sentir los mimos de junhui en su cabello, brazos, cintura y muslos. era relajante, demasiado.
del pastel no hablemos. quedaba máximo, dos porciones. lo demás estaba mayormente en el estómago de chan que en el de jun. pero de eso se preocuparía luego.

diecisiete.

diecisiete años acababa de cumplir. cada vez más cerca de ser un adulto. pero no lograba familiarizarse con esa idea, ser adulto. no se imaginaba corriendo a la universidad o al trabajo cada vez que estuviese llegando tarde, o pagando recibos, yendo a cobrar su correspondiente pago. simplemente no era algo que le gustase, es más, le estresaba muchísimo pensar en que en unos años estaría en esa situación.

— ¿tienes sueño? — preguntó junhui de un momento a otro, sacándole un pequeño susto. aún así, negó pegándose mucho más a su cuerpo, posicionándose casi sobre él. eso realmente no le incomodaba, se sentía en demasiada confianza con él que hasta no le molestaría tener que pasearse por la sala únicamente en ropa interior, claro, si sus inseguridades no existieran. pero ellas estaban ahí y no parecían tener intenciones de irse.

— ciertamente, ni un poco. — respondió subiendo su mirada hasta encontrar la del mayor, se notaba algo cansado. así que le sonrió levemente. — si quieres puedes ir a dormir a mi cuarto, yo iré cuando tenga sueño. — sugirió sentándose correctamente a su lado, dándole paso a que se levantase.

— ¿por qué no vamos a mi piso? — preguntó frotando sus ojos suavemente y atrajo nuevamente el cuerpo del menor hasta el suyo, sin presionarlo. miró sus ojitos y besó cortamente su nariz. — eh, pollito. —

chan rió despacio.
— ¿ahora? ¿a las cinco de la mañana? — pasó sus manos por la cintura del mayor y las dejó allí, formando una especie de abrazo.

— sí, ¿por qué no? vivamos tus diecisiete como la mismísima ostia. — levantó las cejas colocándose de pie y sujetó las manos del menor para hacer lo mismo. — anda, coge tu mochila y pirémonos, yo cogo la responsabilidad. — guiñó un ojo y chan sonrió con gracias siendo empujado levemente en dirección a su habitación.

— vale, si jihoon hyung se pone de los cojones te echo la culpa a ti. — señaló acusadoramente y corrió a su cuarto antes de recibir respuesta.

no era mala idea, además, allí estaba su preciada almohada. la cual, es de jun, pero él se la apropió y sinceramente, la amaba. aunque, al fin y al cabo acababa durmiendo literalmente sobre junhui como si él fuese su colchón. aquel piso ya no era sólo del mayor, era de ambos. era el lugar donde compartían más momentos que solemos llamar "de pareja". y con aquella idea no podía evitar pensar en que en algún futuro podría acabar viviendo allí. sería genial, ¿no?

(...)

— ¿y qué pasó? — preguntó un súper interesado en la narración de chan, seungkwan.

— nada, dormimos. — respondió desinteresado. no era la gran cosa, pero seungkwan parecía loco por saber absolutamente cada detalle de la noche de su cumpleaños.

amar es difícil. -  juno svt.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora