1 8; ¿un nuevo comienzo?

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la semana se pasó en un abrir y cerrar ojos. chan se había mantenido ocupado en ir todos los días a visitar a seungkwan al hospital, hablar, ver películas, o simplemente dormir. además de haberse enterado que él y hansol habían hecho las paces y que ya no había de qué preocuparse.

estaba felíz. luego de tanto tiempo estaban los cuatro juntos, sin peleas, sin lágrimas, sin incomodidad y tensión. sólo juntos. como los amigos que eran. y eso, por mínimo que parezca, había logrado de cierto modo que dejara de estar tan triste y de sentirse tan solo. además de que los chicos no dejaban de hacerlo reír o de hablar cosas muy lejos de tocar el tema "junhui", del cuál claramente ni quería pensar.

aunque no negaba que había varias veces en el día que recordaba, o más bien, su mente le traía imágenes, recuerdos, momentos en los que él estaba felíz, sonriendo junto a junhui. pero, para su gran avance, ya no lloraba. bueno, decir que ya no lloraba es un poco exagerado, pero lo hacía mucho menos. y solo.

seokmin y jihoon estaban más atentos. almorzaban y cenaban juntos, le preguntaban qué tal su día, miraban televisión o simplemente hablaban sobre qué les gustaria hacer en vacaciones de verano. los sentía más presentes, más como antes de la llegada de cierto chino a su vida.
de su madre no podía decir lo mismo. ella trabajaba el mayor tiempo posible para no tener que hablar con sus tres hijos. y chan se sentía culpable. estaba claro que después de su cumpleaños no volvió a ser la misma, y esa era su culpa, por supuesto que lo era. por más que quisiera esperarla hasta que volviera del trabajo, acababa rendido sobre el sofá, y amanecía con el cuello adolorido. no entendía, él amaba a sj madre, y quería creer que ella también lo amaba igual de intenso.

— ¡chan! — gritó seokmin desde la sala de estar. — ¡es hansol al teléfono! — anunció. y el menor salió corriendo de su habitación sin siquiera ponerse algo en los pies.

le quitó el aparato a su hermano con una sonrisita y le lanzó un beso colocándoselo en la oreja con apuro.

— sollie...— saludó alegre con una hermosa eyesmile en el rostro, el cual poco a poco tomaba nuevamente su luz.

channie, ¿recuerdas que hoy le dan el alta a kwannie? — preguntó entusiasmado, y él asintió a pesar de saber que no podía ser visto.

— cómo olvidarlo. —

vale, que llamaba para decirte que haremos una pequeña fiesta en su casa, sólo nosotros cuatro, ¿qué opinas? —

— que me apunto. — contestó canturreando. — ¿os parece que lleve gominolas en forma de ositos? — preguntó dirigiéndose a la cocina y buscando la lata que estaba llena de aquellos dulces. escuchó la suave y grave risa de hansol al otro lado.

— vale, nos vemos, te quiero. —

luego de unos "te quiero" por parte de ambos, la llamada acabó. dejó el teléfono en la mesada y se quedó mirando aquella lata... esa lata que junhui le había regalado una vez, aquella de la que siempre cuidaba para que no le robaran ni una sola gominola.

sus labios se curvaron levemente hacia abajo. supuso que jun ya no quería saber nada con él, pues en un comienzo creyó que lo buscaría, que intentaría pedirle perdón. pero ya había pasado una semana y nada. ciertamente, por una parte era lo mejor. pero la otra parte, la parte enamorada, deseaba que por lo menos le enviara nuevamente un mensaje pidiéndole que hablaran. obviamente no iba a decirle que sí, sólo quería sentirse... no sé, quería sentir o hacerse creer que aún estaba en los pensamientos del chino. que aún era amado.

dolía. dolía pensar y recordar la misma escena todas las noches, cada vez que cerraba los ojos. odiaba que la imagen de junhui y mínghào besándose lo invadiera en el momento que se suponía que debía descansar. pero confiaba en que pronto desaparecería, no sólo de su mente por las noches, también desaparecería de su vida, especialmente de su corazón.

era lo mejor.

(...)

— con cuidado que podéis lastimarlo, par de brutos. — se quejó hansol mientras acomodaba las almohadas del sofá en la casa de seungkwan. chan rió guiando (junto a soonyoung) al dueño del hogar hasta allí, para luego dejarlo sentado muy suavemente. aún estaba adolorido, y le habían advertido que no debía hacer grandes esfuerzos ni movimientos bruscos.

pero ellos se lo habían tomado muy en serio.

— qué va, que sois unos exagerados. — se rió boo. — fijaros en la cocina que mi hermana os ha dejado unas latas de cerveza. —

hansol lo miró sorprendido.

— ¿hablas en serio? — preguntó con una sonrisa de oreja a oreja, y ante el asentamiento de quien antes fue su novio, salió corriendo en busca del alcohol.

chan se sentó en uno de los sofás para dos personas, y soonyoung lo hizo a su lado pasando un brazo por sus hombros. el menor no se inmutó, su hyung había demostrado ser muy cariñoso con todo el mundo. no le pareció extraño. pero seungkwan, que todo lo veía, sí lo notó.

— ¿vosotros que traeis entre las manos? — preguntó con sospecha y los ojos entrecerrados. kwon lo miró sin entender, pero con algo de nerviosismo.

— ¿de qué hablas? — se atrevió a preguntar. chan, comenzaba a sentirse incómodo, pero no se movió.

— no sé, decidme vosotros. — habló con aires de superioridad. — que últimamente andáis muy juntitos, mucho amorcito por aquí, por allá, abracitos y miraditas. — atacó divertido. no le molestaba que sus amigos estuvieran juntos, es más, le agradaba que su mejor amigo de cabellos rosados por fin encontrara a alguien que lo valoraba como merecía.

chan abrió los ojos demasiado grande. luego miró a soonyoung, y de nuevo a su amigo de mejillas regordetas.

— estás rayado. — dijo negado a creer lo que posiblemente seungkwan creía, quien bufó. — soon hyung y yo somos solamente amigos. —

una patada en el pecho dolía menos.

— sí, bueno, ya que estamos hablando de eso... querría decir algo, y me parece correcto que estéis vosotros aquí.— comenzó soonyoung nervioso. era ahora o nunca. — verás, chan... yo siempre he sentido una especie de conexión contigo, pero una muy linda y muy especial. — aclaró moviendo sus manos mientras el menor de todos lo miraba entre sorprendido y asustado. — desde el día que me tropecé contigo creí que eras el chavalito más tierno y mono del mundo. incluso sentí ganas de protegerte, y las sigo sintiendo. — respiró. — es que, ante mis ojos eres tan frágil, tan delicado y tan malditamente hermoso que ya no sé cómo expresarme, estoy loco. — seungkwan mordió su propio puño para evitar soltar un grito. hansol, estaba atónito con las cervezas abiertas en su mano en la puerta de la cocina. — estoy completa y totalmente loco por ti. — dijo por fin. los ojos de chan se cristalizaron de golpe. — y te juro que intenté ignorarlo, intenté dejar de sentir esto, pero no puedo. es más fuerte, me supera. simplemente no puedo dejarlo atrás, mucho menos con lo que ha pasado entre ti y ya-sabes-quién. por eso, estando al tanto de que estás fingiendo ser felíz pero que por dentro tienes tu corazoncito roto, quería pedirte si me dejabas ser quién lo repare. — seungkwan jadeó sorprendido. — por favor, ¿me dejas intentar darte todo mi amor e intentar que te enamores de mí, channie? —

hansol dejó caer las latas.

(...)

1235 palabras.

siete de la mañana y aquí actualizando.

amar es difícil. -  juno svt.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora