O7 ; preciados.

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eran cerca de las dos de la madrugada. chan no lograba conciliar el sueño. intentaba que el sonido de la lluvia golpear contra el pavimento lo relajara, pero aún así, estaba muy despierto.
había llorado toda la tarde, la culpa lo estaba matando por dentro. un ser tan inocente. estaba seguro que junhui se había enojado con él por haber interrumpido, por ser un mal novio. alguien tan genial como él merecía una pareja que esté a su altura, y chan no le llegaba ni a los talones. se sentía el ser más inservible e inferior del mundo. ¿tan espantoso era que ni ser un buen novio podía?
sus ojos se sentían secos, como si ya hubiese llorado lo suficiente y no quedara ni una gota de agua en su organismo. estaba vacío. no era nada si no tenía a junhui. le preocupó pensar de aquella forma. apenas llevaban poco más de un mes, ¿cómo se sentiría cuando hayan pasado meses?

sin poder aguantarlo más se levantó. caminó rápido hasta el baño y se miró al espejo; rizos disparejos, ojos demasiado pequeños, nariz redonda, labios delgados, sonrisa muy destacada, piel extremadamente pálida. y eso si hablamos únicamente de su rostro. no quería ni pensar en el resto de su cuerpo.

por supuesto que junhui merecía estar enojado con él, si ni siquiera era un chico lindo. todo lo contrario. era un adolescente común y corriente.

sus pies reaccionaron solos. se colocó un suéter delgado y cogió prestado el paraguas de su mamá. no era una gran tormenta, sólo era agua y un par de truenos.
sin avisar a sus hermanos o a su madre, salió en completo silencio. sus piernas ligeras rozaban entre sí al caminar tan rápido. el ruido de las gotas gruesas caer agresivamente contra el paraguas lo ensordecía. su mente no estaba trabajando correctamente. todos los sonidos a su alrededor le parecían agobiantes. era la falta de sueño, o tal vez, el estrés.

las calles estaban tan vacías que daban miedo, pero no pensó en ello y continuó caminando a su destino. el viento parecía congelarle el rostro y las manos al punto de quemar, cortar y arder. era un frío digno de invierno ruso. sintió inmensas ganas de esconderse bajo mil mantas.

y ahí estaba. parado frente la puerta del monoambiente donde vivía su novio. de repente sus ojos se aguaron, como si las lágrimas volvieran a su organismo con tan sólo ver la extensión de la madera barnizada. las primeras gotas saladas bajaron por sus mejillas. no había ser más inocente y bueno que chan, no existía. sentía la culpa de algo que no debía.

tocó la puerta con fuerza varias veces para ser oído. y apenas estuvo abierta, soltó el paraguas abalanzándose a los brazos de un junhui en pijama pero que también estaba bien despierto. y lloró.

sintió que su corazón se armaba nuevamente cuando el abrazo le fue devuelto con más fuerza, protegiéndolo, acariciando sus cabellos ligeramente mojados y su espalda fría. no podía imaginar calidez mejor que la de los brazos de wen junhui.

- perdón... perdón... perdón. - susurró contra su cuerpo intentando calmar las lágrimas que bajaban velozmente por sus mejillas rojas del frío.

el mayor cerró la puerta con el pie evitando que siga entrando agua e intensificó el abrazo buscando que se tranquilizara susurrando leves shh sobre su cabello rizado.

- basta, deja de llorar que no has hecho nada. - habló por primera vez desde que llegó. pero aquello pareció ser incentivo para que llorara aún más fuerte, subiendo sus débiles brazos a su cuello queriendo sentirlo más cerca a pesar de estar prácticamente pegados.

- y-yo... lo siento mucho. - sollozó tragándose un hipido cuando junhui cogió su rostro entre sus manos, secando las lágrimas que salían con la yema de sus dedos y le miró a los ojos.

- cálmate, no voy a perdonarte porque no hay por qué pedir perdón si no has hecho absolutamente nada malo, chan. - habló pausado para que sus palabras entraran claras en su cabeza y se quedaran allí. el menor hipó. parecía un nene chiquito, lágrimas en su rostro, ojos, nariz y mejillas rojas y labios hinchados. aún así seguía siendo la belleza más grande que junhui podría haber visto. - joder, eres tan hermoso y bueno...- susurró presionándolo nuevamente contra él.

amar es difícil. -  juno svt.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora