Capítulo 20.«Por fin juntos»

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Me desperté y froté mi rostro con mis manos por la falta de sueño. Sonreí al recordar la noche anterior. Aún no me cabe en la cabeza que Justin y yo estamos juntos. Busqué mi celular para mirar la hora, pero recordé que ya no tenía, lo había lanzado contra la barra de desayuno y el pobre no sobrevivió al ataque.
Saqué los pies de la cama y me dirigí a la ducha, necesito quitarme esta pereza de encima.

Estacioné en el estacionamiento de la universidad y salí del auto para encaminarme a los amplios pasillos de esta cuando veo a Justin bajar de su auto y caminar hacia mí con una leve sonrisa y un eje de preocupación.

—¿Por qué no contestabas el celular esta mañana?—Me preguntó cuando ya estaba cerca de mí.

—Hey Johnny Bravo, tranquilízate.—Reí al verlo fruncir el ceño cada vez más.

Suspiró.

—Lo siento. Es que me preocupé bastante cuando no contestabas.—Dijo ahora más calmado con sus manos metidas en sus bolsillos.

—Mi celular sufrió un pequeño accidente y por el momento estoy incomunicada.—Le respondí mientras acomodaba mi bolsa en mi hombro.

—¿Qué clase de accidente?

—Cuando Dylan me llamó diciéndome que habías desaparecido y que absolutamente nadie sabía donde estabas, me desesperé al ver que no contestabas a mis llamadas y lo lancé contra la barra de desayuno, ya puedes imaginar como quedó.

—¿Estás hablando enserio?—Rió y se acercó a mí con una sonrisa contagiosa.

—Sí, y no es broma lo que te dije anoche, me debes un celular nuevo.—Le guiñé un ojo divertida y él me sonrió de vuelta.

—Entendido.—Hizo una seña de soldado y reí ante su cara de tonto.

—Bien, vamos dentro, las clases están a punto de empezar.

Comencé a caminar hacia el ascensor pero el sonido de un carraspeo me detuvo. Volteé y Justin estaba con los brazos cruzados mirándome intensamente. Lo miré algo confundida.

—¿Qué?—Le pregunté con una pequeña risa asomándose al ver su cara de enojo.

—¿No se te está olvidando algo?—Me preguntó serio.

—¿Qué cosa?—No sabía de que hablaba.

Se acercó hasta mí hasta chocar nuestras narices y poder escuchar su profunda respiración.

—Mi beso de buenos días.

Perdí el equilibrio de mis pies unos segundos y tuve que componerme otra vez. Pestañeé varias veces para concentrarme teniendo en cuenta que su boca está a sólo milímetros de la mía.

—Alguien puede vernos, Justin.

Eso no lo detuvo y beso mi mejilla demorando más de lo debido. Sentí mis piernas temblar.

—No hay nadie aquí, Debs. Nadie nos verá te lo aseguro.

—Bien.—

Sonreí y besé sus labios dulcemente. Sus manos se colocaron a ambos lados de mi cara y su beso se profundizó aún más, haciendo que ambos al separarnos respirábamos con dificultad.

—No sé si pueda controlarme en frente de todos, te lo juro, me vuelves loco.

Reí y negué con la cabeza comenzando a caminar junto con Justin. Caminamos por los pasillos sin dar muestras de nada, al menos yo, porque Justin no dejaba de mirarme seductoramente tratando de acercarse a mí pero yo siempre lo detenía, era divertido. Nos detuvimos en mi casillero para recoger alguno de mis libros y escuchamos a Jessica gritar como loca y corriendo hacia nosotros. Aunque realmente estaba corriendo hacia Justin.

Ámame Sin Medidas #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora