Después de la universidad Justin me acompañó al departamento para pasar un rato agradable juntos, sin personas a nuestro alrededor de las que nos tenemos que esconder. Nos serví dos copas de vino y nos sentamos en el sofá.
—¿No tienes que ir a la biblioteca hoy?—Me preguntó y negué con la cabeza.
—No, es mi día libre. Además es más interesante pasar el día contigo que con un montón de libros.—Dije algo coqueta y Justin rió levemente y se acercó a mí lo bastante cerca besando lentamente mis labios.
—Creéme, yo pienso lo mismo.—Dijo lentamente llenándome de su fragancia.
Reí y lo golpeé despacio en el hombro.
—¿Te había dicho que eres la humildad hecha persona?
—No me has dicho muchas cosas.
Suspiré. No le he dicho la palabra mágica, o a la que los hombres románticos esperan que sus novias les digan, pero es que aún es muy pronto y Justin debería entenderme. No le he dicho exactamente lo que siento y aún no estoy en condiciones de decírselo, es demasiado rápido. Suspiré y lo miré a los ojos, esos ojos miel que me derriten y me hacen delirar.
—Te he dicho que estoy enamorada de ti, es más que suficiente por el momento, Justin.
—Sí, lo sé, pero no sabes cuanto me gustaría escucharte decir que...
—Es demasiado pronto.—Articulé y lo vi apretar la mandíbula algo desesperado.
—Claro, tienes razón.—Me dio un beso en los labios bastante suave y me miró con una tímida sonrisa.—Quisiera tenerte para mí el día de mañana completo. ¿Aceptas?
Fruncí el ceño y sonreí al verlo tan entusiasmado.
—¿Toda para ti?—Lo miro levantando las cejas.
Él ríe a carcajadas.
—Señorita Bradshaw, es usted de mente muy sucia.
Su sonrisa era tan amplia que no pude evitar lanzarme a sus brazos y robarle un beso demasiado entregado. Sus labios eran tan suaves y divinos que podría durar horas y días besándolos y sería la chica más feliz del mundo. Ya entiendo la obsesión de las mujeres por este hombre, no es solo su físico, es también la forma en la que besa que deja a una toda atontada.
—Mi mente no es sucia, es solo que no es aburrida.—Rió al escucharme y negó dulcemente con la cabeza.
—Pues debo decirte que me gusta como piensa tu mente.—Me besó el cuello dándome un pequeño mordisco en el.
—Me encantaría pasarme el día de mañana contigo, pero no puedo.—Dije y sus ojos me miraban confundidos.
—¿Por qué no?—Preguntó demasiado interesado.
Suspiré, sé que esto no le agradará mucho.
—Tengo que comenzar un proyecto de la profesora Ventura y es en parejas, así que debo empezarlo lo más pronto posible.—Me mordí el labio algo nerviosa.
Él sigue mirándome sin entender.
—¿Hay algo que falta que no me has dicho?—Me miró seriamente.
Creo que se me había olvidado que esto venía con dar explicaciones de cada cosa que se hace o se deje de hacer.
—Cameron es mi compañero de grupo, él y yo haremos el trabajo juntos.
El silencio reinó en el living, sólo se escuchaba la respiración de ambos y estoy segura que él está procesando lo que le acabo de decir.
—¿Quieres decir que Cameron vendrá a tu departamento a hacer el proyecto?
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Ámame Sin Medidas #1
RomancePRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA ÁMAME. Justin siempre ha suspirado por Debby. De una manera u otra por años intentó ocultar esos sentimientos tan profundos y sinceros hacia la novia de su hermano. Tantos deseos reprimidos lo hacían sentirse la peor pers...