Capítulo 09.|Flash back.

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Justin me acompañó a mi departamento después de que dejáramos Starbucks. Aún la conversación que habíamos tenido horas atrás seguía merodeando nuestras cabezas, al menos la mía. Que ambos soñáramos con Jaxon, no es el problema aquí. El problema es que las mismas palabras son parte del mismo sueño de ambos, y realmente quiero entender por qué y qué significan, pero no logro pensar con claridad ahora.

Subimos el ascensor hasta la tercera planta, mientras este subía, sentía la tensión entre Justin y yo. El aún estaba pensando en la anterior conversación, pero yo había decidido ponerle fin ya que no me encontraba demasiado bien y realmente necesitaba descansar. Las puertas del ascensor se abrieron y ambos salimos hacia la puerta de mi departamento. Abrí y ambos entramos. Mi padre estaba terminando de acomodar sus cosas para su viaje a Arizona, en cuanto nos vio se acercó a los dos.

—¿Cómo les fue? Vinieron rápido.—Nos dijo observándonos a ambos.

—Justin tiene que hacer algunas cosas y yo después de dejarte en el aeropuerto quiero descansar un rato.—Dije bostezando, realmente estaba cansada, la noche anterior no dormí nada.

—Ya te dije que puedo tomar un taxi cariño, y sí necesitas dormir un rato largo.—Me abrazó hacia él.

—Yo me tengo que ir, no te olvides de ir a la casa, a mamá le hará muy bien verte. Nos vemos en la universidad.

Se despidió de mí con un tierno beso en la mejilla y de mi papá con un suave apretón de manos, luego salió del departamento dejándonos solos a mi padre y a mí.

—Es un gran muchacho.—Dijo mientras yo me dirigía escaleras arriba.—¿Tiene novia?—Me preguntó y lo miré a los ojos.

—No lo sé, puede que sí, puede que no, sólo sé que es un pica flor, lo he visto con una y otra mujer de vez en cuando.—Respondí secamente.

La imagen de la tal Sarah volvió a mi cabeza y como si fuera que la conociese de toda la vida y la odiara, negué con la cabeza para que su rostro desapareciera de mi cabeza.

—Ya veo.—Suspiró.—¿Qué te parece si comenzamos a salir hacia el aeropuerto?

—Sí, vámonos.

Minutos más tarde me encontraba sentada en una banca del aeropuerto esperando que mi padre llenara algunos papeles. Mi mirada se perdió entre todas las personas que caminaban de un lado a otro, con sus equipajes, otras esperando irse, otras llegando. Hasta que mi vista se fijó en una mujer. Era alta, pelo castaño con algunos rayos rubios, ojos azules y pensé inmediatamente en mi madre, era idéntica a ella, pero no era mi madre. Suspiré, aunque a veces parezca que no, me hace falta su presencia aunque me haga más daño que bien.

—¿Cariño?—La voz de mi padre me sacó de mis pensamientos.

—¿Si?—Respondí mirándolo a los ojos.

—Ya anunciaron mi vuelo, tengo que ir entrando.—Asentí y me puse de pie para darle un abrazo.—¿Estás bién, cariño?—Tomó mi rostro en sus manos mientras evaluaba mis gestos.

—Sí, es sólo que voy a extrañarte.—Me atrajo hacia él y me besó el cabello.

—Cariño mío, yo voy a extrañarte más, pero sabes que siempre puedes llamarme, y cualquier cosa que pase, por favor, no dudes en avisarme. ¿Entendido?—Volví a asentir y lo abracé por última vez antes de verlo irse.

—¡Te amo!—Gritó antes de que la puerta se cerrara.

—¡Y yo a ti, papá!—

A estas alturas mi voz ya no se escuchaba. Cuando regresé al departamento eran las cuatro de la tarde. Cerré la puerta y lancé mi bolso en el sofá y luego me lancé yo. Uff, por el amor a Cristo, estoy realmente agotada. Cubrí mi rostro con ambas manos mientras intentaba no dormirme. Tengo muchas cosas de la universidad que hacer. Caminé a la cocina para prepararme algo de comer, pero no tenía energía suficiente para ponerme a eso, así que tomé el teléfono y ordené comida china. Luego subí escaleras arriba para darme un baño antes de que el repartidor venga con mi comida.

Ámame Sin Medidas #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora