Capítulo 29. «También te amo».

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No sé si era un sueño o un simple espejismo, pero mis ojos no creían que él pudiera estar aquí. Pero así lo era, Justin estaba aquí, a mi lado, con sus manos en ambos lados de mi mejilla mirándome muy asustado y preocupado mientras las jodidas lágrimas no paraban de bajar.

—Debs, nena, por el amor a Dios. ¿Qué tienes?—Me preguntó desesperado al verme temblar de esta manera.

Me limpié las lágrimas y lo miré fijamente a los ojos. Alcé la mano y acaricié su mejilla para asegurarme de que era real, mierda, si lo era.

—Estás aquí.—Susurré en un suspiro lleno de satisfacción.

Su rostro se frunció sin entender porque mi comportamiento, se sentó a mi lado sin apartar la vista de mí ni sus fuertes manos.

—Claro que estoy aquí. ¿Dónde más estaría?—Preguntó sin entender nada.

Sonreí apenas y negué con la cabeza posando mi mirada en el suelo.

—Pensé que te habías ido, que me habías abandonado.

Sus ojos se abrieron sorprendidos al escucharme, mientras yo me mordía el labio inferior sumamente nerviosa, tenerlo aquí cerca me da alegría, pero tengo miedo que la razón de él estar aquí sea otra.

—¿Abandonarte? ¿De qué estás hablando?—Preguntó levantando un poco la voz, está completamente confundido.

Tomé aire en mis pulmones y posé mi mirada en él que me miraba sin entender nada.

—Anoche estabas aquí, te conté mi pasado, te conté lo que me pasó y me quedé dormida en tus brazos, al amanecer, tú ya no estabas, pensé que te habías ido porque no pudiste soportar lo que te conté y me habías dejado.

Su cara era un dilema, se transformó en ternura y dulzura.

—¿Por qué demonios pensaste eso? Yo te amo mujer, no podría dejarte y mucho menos por lo que me contaste. Fue algo horrible que no debió suceder, pero que te puedo prometer que mientras estés conmigo, estarás a salvo.

Me besó la punta de la nariz y sonrió levemente para luego unir sus labios con los míos.

—Me asusté mucho, tenía mucho miedo, Justin.

Dio cortos besos en mi cabello para luego separarse de mí y mirarme a los ojos.

—¿Porqué no fuiste hoy a clases?

Estrujé mi cara con mis manos, estaba cansada, hoy había sido un pésimo día, como últimamente estoy acostumbrada a pasar.

—No quería verte, no quería que me dijeras en la cara que me dejabas.

Escuché su risita y observé su rostro, era demasiado guapo. Me tomó del mentón y me miró intensamente.

—Estás loca mujer, estás loca o no te das cuenta lo profundo de mis sentimientos por ti, porque desde que estoy contigo, un día sin ti es una completa tortura. Estuve como loco buscándote, llamándote, no te encontraba por ningún lado, me estaba volviendo loco.

—Lo siento, de verdad lo siento.

—¿Por qué te encontrabas de esa manera cuando llegué?

Otra pregunta que tiene que ver con mi pasado y que no quiero responder, de sólo recordarme se me remueven las tripas. Negué con la cabeza, no quería hablar. Justin me levantó la vista y fijó su mirada en mí.

—Aquí estoy, no me ocultes nada, quiero ayudarte.

Suspiré y asentí con la cabeza.

—Recordé episodios de ese día, es horrible recordar.

Ámame Sin Medidas #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora