16: Amor

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Ren: Joaco no puede contestar. Él no se siente bien...

Joaquín sintió su frente fría, eso lo había despertado, no estaba seguro de qué día era, pero sabía que estaba en su habitación. Se quitó una toalla mojada de su frente e intentó levantarse; le costaba un poco de trabajo, pero una voz familiar lo detuvo.

Emilio: Tranquilo, Joaco –lo tomó de los hombros intentando que volviera a acostarse. –No te levantes, debes descansar.

Joaquín: Emi... -no entendía que hacía ahí, pero sonrió muy contento. –Debo seguir dormido, teniendo el sueño de mi vida.

Emilio: Si serás menso, mi solecito. –le besó la mejilla. –No estás soñando, pero si tienes fiebre, así que a descansar.

Joaquín: ¿Qué haces aquí, Emilio? –dijo acomodándose en la cama tratando de quedar sentado, se dio cuenta de que llevaba un playera de Stich como pijama y se sintió muy apenado.

Emilio: Te llamé para darte los buenos días, pero tu hermana me contestó. Dijo que prácticamente te habías desmayado en la cocina por la fiebre. Así que vine corriendo, quería saber cómo estabas.

Joaquín: Estoy bien, no tenías por qué venir...creí estabas con Textos.

Emilio: Si, lo dejé a él y a Diego con mucha comida y una cuenta; ya luego me disculpo. Y si tenía que venir, bonito. Tu cara no dice exactamente que estas bien...me siento más tranquilo estando a tu lado.

Joaquín: Lo siento, tu mensaje temprano decías que querías salir y resulta que me enfermé.

Emilio: Estamos juntos, eso es lo que importa. –tomó la toalla de su frente y pasó su mano sobre ella. –Creo que ya se te bajó la fiebre, llamé a un médico, no debe tardar en llegar.

Joaquín: Gracias por preocuparte, mi amor... -Emilio lo miró sorprendido, era la primera vez que lo llamaba así, Joaquín se arrepintió un momento, pero miró a su novio reírse.

Emilio: Recordé cuando me llamaste así en una escena. –se sentó en la cama junto a él –Me sorprendió demasiado cuando lo dijiste.

Joaquín: A mí me sorprendió que no cortarán la escena porque me equivoqué...

Emilio: Pero no te equivocaste... -su solecito se recostó colocando su cabeza en sus piernas.

Joaquín: Sólo se me salió...sabes que a veces no tengo filtro para decir lo que pienso –se sentía muy a gusto sintiendo cómo Emilio acariciaba su cabello.

Emilio: Me encantó ese día, fuiste sincero. Además, la escena quedó increíble, mi amor –amaba mirarlo sonrojarse, sobretodo mirar sus orejas.

Joaquín: Y soy sincero ahora.

Emilio: Y eso hace que me enamores más, amor.

Fueron interrumpidos cuando Elizabeth entró a la habitación con el médico que había conseguido Emilio. Este se hizo a un lado para permitirle examinar bien a Joaquín. Le tomó la temperatura, la cual había disminuido y le recetó unos medicamentos para el resfriado, recalcando al menos dos días de reposo. La medicina hizo que Joaquín se sintiera muy cansado y se quedó dormido al cabo de unos cuantos minutos, por lo que Emilio le avisó a su madre que quizás no llegaría a dormir a su casa. Tuvo que rogarle a la madre de Joaquín para permitirle quedarse con él con la condición de que Emilio dormiría en el suelo sin ninguna excepción.

Emilio amaba ver a Joaquín dormir, sentía que podía mirarlo todo el día, tenía que admitir que con la nariz roja se veía adorable. Se sentó en una silla a cierta distancia de la cama, le tomó una foto a Joaquín durmiendo y la subió como historia de Instagram con una pequeña leyenda que decía: "¿Quién me envidia?" De inmediato, comenzaron a llegar mensajes de respuesta, comentando del motivo por el cual estaban juntos, shippeando enormemente Emiliaco. Emilio sentía la necesidad de contestarles, pero quizás debería hablar primero con Joaquín, de cómo iban a llevar su relación con el público. Bajo a la cocina buscando a la madre de su chico.

Sra. Elizabeth: Emilio, ¿cómo sigue Joaquín?

Emilio: Se le ve mejor, creo que le funcionó la medicina.

Sra. Elizabeth: Muchas gracias por hablarle al doctor.

Emilio: No agradezca, él es de confianza y me siento más tranquilo por eso. Disculpe, quería saber ¿si gusta que fuera a comprar algo de comer para Joaquín? Le quisiera preparar algo, pero la verdad la cocina no se me da y no quiero enfermarlo más.

Sra. Elizabeth: No te preocupes, yo le prepararé sopa. –lo miró algo intranquilo y se sintió conmovida, se notaba que quería hacer más por él y no sabía cómo. Se sintió muy afortunada de que amaran mucho a su hijo. –Aunque, ¿crees que puedas conseguirme unas cosas para prepararle un jugo? Es algo milagroso para los resfriados.

Joaquín se despertó y se sentó al borde de la cama. Se sentía muy contento porque Emilio se había preocupado por él, se sintió afortunado de tenerlo como novio, todavía le costaba trabajo creer que eran novios; Emilio entró por la puerta con un vaso de jugo en la mano.

Joaquín: Amor, pensé te habías ido a tu casa

Emilio: No, bonito, ¿cómo crees? Aquí me tendrás un buen rato. –se sentó junto a él en la cama –Tu mamá te hizo este jugo, fui a comprar las cosas hace rato y de paso fui a mi casa por ropa.

Joaquín: ¿Ropa? –dijo tomando el vaso de jugo con mucho nerviosismo - ¿Vas...vas a quedarte?

Emilio: Si, mi madre lo autoriza y también la tuya, sólo que tengo que dormir en el piso, así que lo siento...

Joaquín: Oh, en el piso...sí, me imagino... -se puso demasiado ansioso, su amistad laboral, su crush, su Emilio, su novio se quedaría en la misma habitación que él a dormir. Emilio notó que Joaquín usaba una playera de Stich muy tierna y llevaba un short algo corto de color negro, era algo ajustado, no pudo no mirar su entrepierna. Su respiración se aceleró y se sintió muy sonrojado, no pudo evitar recordar la conversación con sus amigos.

Emilio: Amor, quizás no sea el momento, pero... ¿qué piensas del sexo...? –Joaquín apenas le había dado un sorbo a su jugo, cuando casi lo escupe por la sorpresa de la pregunta. Comenzó a toser, el jugo era de jengibre y comenzó a calarle, de repente sintió que le regresaba la fiebre, o no, sólo eran sus mejillas rojas por la pena. –Ok, si no era el momento.

Joaquín: ¿Te cae? –dijo con algo de trabajo. –Amor...mi madre está abajo...

Emilio: Si, ya, lo siento –se sentía muy avergonzado, ahora tenía imágenes en la cabeza que no se podía quitar, eran imágenes muy agradables, pero lo ponían nervioso. –Recordé algo de esta mañana con mis amigos, es que estaba hablando de ti...

Joaquín: Creí que sólo habías salido sólo con Textos.

Emilio: No, cuando te despertaste la primera vez te dije que también había ido Diego, pero bueno estabas algo modorro.

Joaquín: Ah cierto, ¿qué Diego? –quiso darle otro sorbo a su jugo.

Emilio: Mi mejor amigo...justo estábamos hablando que ustedes se conocen, aunque me sorprende que no convivieran mucho en la banda. –Joaquín se detuvo en seco mirando al suelo, pasó su trago de jugo con mucha lentitud.

Joaquín: ¿Diego Valdes? –había olvidado que se era un gran amigo de su chico de rizos. - ¿Ustedes hablaron de mí?

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Sólo si es contigo - EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora