35: Quédate conmigo

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D: ¡¿Terminaron?! –se encontraba en su habitación acomodando unas cosas cuando recibió la llamada.

T: Si –suspiró –le marqué a Joaco bebé para preguntarle si había visto al Mailo y pues, me contó eso...la verdad no se escuchaba bien.

D: Deben de estar destrozados los dos, pero ¿qué pedo?, ¿en qué momento?, ¿qué pasó anoche?

T: Creo que anoche solo fue una cosa más, la verdad Mailo si estaba hasta las chanclas. Pero, no sé creo que quisieron comerse al mundo como Aristemo, pero Emiliaco aún era una obra en proceso.

D: No, yo no creo...lo dices como si estuvieran confundidos por la novela, pero oye, tú y yo los vimos, fue real, no me creo que hayan terminado.

T: Lo sé, la verdad si me siento muy mal por los dos...sólo espero que no afecten sus compromisos laborales. Deberíamos ir con Emilio.

D: No, ya sabes cómo ha estado conmigo, pero tú si búscalo, ya lo haré yo cuando esté más tranquilo, no pienso dejarlo solo.

T: Bueno, porque si hay que darle apoyo, si me imagino que ha de estar mal.

D: ¿Entonces no vamos a hacer nada?

T: ¿Cómo qué?

D: No lo sé, algo...lo que sea.

***

El celular de Emilio anunció la llegada de un mensaje era de Textos, preguntándole si podían verse, seguramente habían hablado ya con Joaquín, ya sabían de la ruptura. Le contestó que se quedaría todo el día en casa dormido porque la cruda aún no lo dejaba en paz por lo que sería mejor verlo otro día, pero en realidad se encontraba en una cafetería a pocas cuadras de su casa.

Miraba el celular todas las notificaciones de las redes, pero no se sentía con ganas de contestar ninguna. No sabía por qué seguía viendo las fotos de Joaquín con Diego, leyendo los comentarios como muchos decían que serían una linda pareja. Se estresaba porque eran los únicos comentarios que quería contestar: "También hace buena pareja conmigo, hasta mejor", ¿qué pasó con Emiliaco, traidores?" Pero no podía ser tan infantil, además tenía que dejarlo ir, así que dejó el celular en la mesa para tomar su café.

Volvió a mirar el mensaje de Textos pensando. Realmente no quería estar en su casa, tampoco quería estar solo, pero aún se le caía la cara de vergüenza con su amigo por haberlo hecho ir por él a altas horas de la madrugada, tampoco quería ver a Roy, no se sentía con ánimo, al final le llamó a una persona que pudiera ser ajena a todo eso.

Gabriel: Te ves peor de lo que esperaba –dijo al llegar al lugar y acercarse a su mesa, se sentó en la silla junto a él. –Te ves acabado.

Emilio: Gracias –le sonrió –Eso quiere decir que me veo mejor de lo que me siento...

Gabriel: Entonces, así está bien.

Emilio: Siento que te debo una disculpa, hice demasiadas tonterías anoche...ni siquiera tomas por tus problemas de riñón y yo hice que llenaras tu ropa de alcohol.

Gabriel: Para nada... -rio un poco –Me refiero a que, sí hiciste muchas tonterías, pero no son necesarias las disculpas.

Emilio: Actué como un tonto...

Gabriel: Como un completo imbécil, en realidad.

Emilio: Oh, vaya, gracias –se recargó en su silla –Eso me hace sentir mejor.

Gabriel: Lo que no entiendo es porque te juntas con chicos así. Sé que no te conozco tanto, nos hemos tratado muy poco, pero la idea que tenía de tu persona, está muy lejos del chico que vi ayer y, sé que ese no eres tú.

Sólo si es contigo - EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora