38: Siempre será él

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Los días pasaron y sólo requirieron un par de salidas más para que Emilio y Joaquín nuevamente pudieran sentirse cómodos entre ellos, pronto sería la última función de teatro, y podrían tomar unas vacaciones antes de comenzar con las grabaciones de la serie. Ya habían grabado la propuesta lo que les trajo una nueva amistad, Ale Müller. Era curioso, porque había empatizado con todos los chicos de inmediato y hasta cierto punto, Emilio y Joaquín aprovechaban mucho su presencia para no quedarse solos tanto tiempo entre grabaciones. Además que también había sido agregada a las salidas en grupo que solían tener. 

La mente de Emilio se encontraba muy ocupada esos días, se venían cosas importantes, la serie, el lanzamiento de su disco, la última función del teatro, el cumpleaños de Diego...y también el de Joaquín. No había logrado acercarse mucho a él, le ganaban siempre los nervios, pero no faltaba mucho para su cumpleaños y para volver a estar entre grabaciones, quería recuperarlo antes de que todo eso pasara. Sin embargo, tenía que reconocer que había habido avances, ya no se evitaban tanto como antes y Joaquín siempre le sonreía de un modo menos tímido. 

Joaquín: Te traje un mazapán de chocolate –le extendió el dulce a Emilio mientras esperaban a instrucciones. Se encontraban en reuniones para ver lo de la serie.

Emilio: Tiene mucho que no como de esos –le sonrió animado –Muchas gracias, Joaco.

Joaquín: Estaba viendo Instagram...la gente está muy preocupada por nosotros.

Emilio: Ya lo sé –se encogió de hombros –Y deja tú la gente, la prensa especulando que nos llevamos mal y que tenemos una rivalidad...es ridículo. Hasta dicen que te maltrato.

Joaquín: ¿De verdad?, ¿en dónde? Tengo que aclarar eso.

Emilio: No importa, es mentira y tú y yo lo sabemos, eso me basta a mí. –trató de sonreírle para tranquilizarlo –¿Sabes? Estaría bien salir a tomar algo después de esto...

Joaquín: No creo poder soportar otra cita de mi hermana... -dijo rodando los ojos.

Emilio: No, menso –le dio un leve empujón en el brazo –Me refiero a sólo tú y yo...

Joaquín: Oh ya –sentía su corazón latir demasiado rápido –Está bien, sólo avisaré en casa.

Emilio: Perfecto... -dijo suspirando, no sabía si realmente se atrevería a invitarlo, pero pudo hacerlo y ahora se sentía un poco nervioso.

Terminaron con los asuntos laborales y Joaquín le avisó que iría al baño y aprovecharía para avisarle a su madre sobre su salida, por lo que Emilio lo esperaría fuera del edificio. Al salir notó cerca de la entrada la moto de Gabriel, y este estaba recargado en la pared del edificio, al reconocerlo lo saludó.

Gabriel: ¡Emi! –se acercó a abrazarlo –Tardaste un poco, ¿listo?

Emilio: ¿Qué? –se llevó una mano a la frente recordando que habían quedado de ir juntos nuevamente al edificio para platicar y pasar el rato. –Mierda...

Gabriel: ¿Lo olvidaste? –soltó una carcajada –Eres imposible, pero bueno, será mejor irnos.

Emilio: No, espera Gabo –lo tomó del brazo –No puedo...

Gabriel: ¿Tienes otro compromiso? Si gustas puedo llevarte.

Emilio: Soy de lo peor, pero si tengo algo muy importante que hacer –suspiró –Y traigo mi coche así que...lo siento, no sé dónde traigo la cabeza, de verdad no era mi intención olvidarlo.

Gabriel: Hey, no te apures, yo entiendo –le jaló ligeramente su mejilla –Eres un chico muy ocupado y eso es bueno. Ya saldremos otro día, por lo pronto te dejo esto... -extendió su mano y le dio un llavero de la cabeza de un águila –Lo vi y pensé en ti.

Sólo si es contigo - EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora