Sólo si es contigo - Emiliaco

48: Decisiones

El sol de la mañana, entraba por la pequeña habitación de Joaquín, haciéndolo volver de sus sueños, ¿qué era lo que había soñado? No importaba, en cuanto abrió sus los ojos, los recuerdos de la noche anterior regresaban a él junto con una sensación helada que recorría su cuerpo.

>>David: Es que, ¿qué es lo que tienes que pensar? –soltó al observar que el castaño no había sido capaz de sacar la llave de la caja. 

Joaquín: Es que no esperaba esto... -suspiró –No me lo tomes a mal, hace mucho que vivo con Candy y con Matty viajando tanto, no me parece un buen momento para dejarla sola.

David: Candy no es ninguna niña, Joaquín; es obvio para todos que no vivirán juntos siempre, tienen que hacer sus vidas –observó que el castaño miraba fijamente la llave sin saber del debate mental que estaba teniendo, ya que, una parte de su mente quería obligarlo a decir "sí", pero la palabra simplemente no salía. –Vida, yo te amo, amaría que viviéramos juntos, pero tampoco te quiero presionar, pienso que, si tengo que hacerlo...estamos más lejos de lo que pensé.

Joaquín: David yo... -sabía lo que estaba sintiendo, pero, aun así, no se sentía capaz de decir muchas palabras –Sólo quiero pensarlo...nada más.

David: Bien –soltó después de un largo suspiró al notar el rostro conflictuado de su novio, sentía una presión en su pecho, la noche resultó ser muy diferente a como la había planeado –Sabes que estaré en Japón la siguiente semana, cuando regrese, ¿hablamos? <<

El castaño no podía evitar sentir una sensación de culpa atormentando su cabeza, mientras el guardaba más silencio, el rostro de su novio perdía brillo. Era cierto que no se sentía listo para dar ese paso, sentía que las cosas estaban más que bien del modo en que se habían mantenido a lo largo del tiempo. Amaba pasar tiempo Candy, la tradición de comer pizza y helado después de cada corazón roto, desafiar a Matty a beber tequila a las 3 de la madrugada, ir con la vecina, la señora Walker para pasar por su perro Picket e ir al parque, inclusive amaba cosas tan sencillas como el brillo que tenía el departamento cada que el sol entraba por las pequeñas ventanas y encendían sus girasoles.

Sí, amaba vivir en ese departamento, pero era cierto que no viviría ahí toda su vida y era normal el pensar en formalizar con David e irse a vivir junto a él, eventualmente pasaría, ¿entonces? Recordó cuando Candy conoció a un chico que pensó era el amor de su vida, cada que escuchaba su nombre un brillo especial resaltaba en sus ojos, en especial cuando se mudó con él, si bien regresó después de una semana, ella, en su momento, no lo dudó ni por un segundo, lo amaba demasiado.

¿Qué siento yo? Pensó el castaño recordando hubo una época en la que se rehusaba a tener una relación, por los fantasmas del pasado; no porque no quisiera dejarlo ir, era más un miedo a ser lastimado sin estar listo, y terminar lastimando a otros, ¿qué fue diferente con David?

>> Joaquín: Te tomas este a mediodía –le entregó a su amiga pelirroja unas pastillas mientras se encontraba aun en pijama y envuelta en múltiples cobijas con la nariz y ojos hinchados. –Cualquier cosa, Matty se quedará en el departamento, y yo estaré al pendiente del celular.

Candy: Eres un ángel –dijo con voz entrecortada –Lo siento, ¿estás seguro que estarás bien con los inversionistas?

Joaquín: Tú no te preocupes, cualquier cosa, te llamaré.

Candy: Estaré al pendiente.... –rio bajo –Pero ya lárgate, porque si llegas tarde te llenaré de gérmenes y lo lamentarás.

Tomó su maletín con todo el material que había armado junto a su socia la noche anterior para salir del departamento hacia la estación del metro. En el camino, Joaquín se había dedicado a observar los papeles; se encontraba nervioso, después de ser un sitio de internet exitoso, había un grupo de gente interesada en invertir para que su marca de ropa fuera toda una cadena nacional, no podía arruinarlo, sobretodo, porque estaría solo, sin su socia para respaldarle.