45: Aquí y ahora

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Los días continuaron pasando y poco a poco el éxito parecía no querer esfumarse, la serie había terminado, la temporada de la obra de teatro vería sus últimas funciones, y Emiliaco, era más fuerte que nunca. Los chicos se habían dedicado a cuidar y disfrutar al 100% su relación, querían que el tiempo, simplemente dejara de existir para poder amarse intensamente, sin importarles nada.

Renata: Ya en unas semanas se acaba Aristemo, chicos –les sonrió, se encontraban en la habitación de Emilio junto con Diego. Habían organizado una pequeña carne asada, junto con Textos, Niko, Elaine y Gabriel, quienes se encontraban en el jardín terminando de montar la parrilla.

Emilio: Técnicamente, se acaba la obra –decía mientras de acomodaba su cabello frente al espejo –Aún nos faltan algunos otros compromisos por ahí.

Diego: Sí, pero eso ya es como retroalimentación, la serie, tu disco y eso. –dijo mientras estaba recostado sobre las piernas de Renata en el suelo –Y, entonces, ya van a confirmar Emiliaco, ¿no?

Joaquín: Oh, qué bonito... -dijo mirando su celular mientras se encontraba acostado en la cama. Los tres chicos lo miraron confundido –Hicieron un dibujo mío entre flores.

Emilio: Si está muy lindo –sonrió al momento de que su novio le enseñó su celular. –Creo esa cuenta hace cosas muy bonitas de los dos. Pero más bonito eres tú –se acercó más para poder besar su nariz.

Renata: ¡Dejen de derramar miel! Y no se hagan y contesten la pregunta del chinito.

Joaquín: Pues... -ambos chicos cruzaron miradas sonriendo de lado –No, no vamos a confirmar nada.

Renata: Pero, Aristemo, es un hecho que se acaba y pues...

Emilio: Sí, pero esto es aparte –se rascó detrás de la nuca nervioso. Puede que no dijeran muchas palabras entre ellos, pero las miradas con Joaquín parecían una conversación bastante seria –En primera, no creemos que necesitemos "confirmar" nada.

Joaquín: Cuando lo queramos, simplemente dejaremos de escondernos...

Emilio: Además, tenemos que esperar a...

Joaquín: ...Nueva York

Emilio: Sería un poco injusto y feo que saliéramos y contemos al mundo que nos amamos cuando...-volvieron a intercambiar miradas, estas ahora tenían un poco de amargura –Cuando pronto tengamos que separarnos...

Renata: Pero...

Diego: Muero de hambre –dijo levantándose de su lugar y extendiéndole la mano a la pequeña Bondoni –Vamos a ver si estos lentos ya prendieron el carbón.

La pequeña lo miró un poco confundida, pero en cuanto el platinado le sonrió, tomó su mano sin dudar y salieron de la habitación. Emilio y Joaquín se quedaron callados por un momento, hasta que el menor se sentó con las piernas cruzadas en la cama, pidiéndole con una seña con la mano al rizado que lo acompañara. Emilio sonrió de lado y se recostó en sus piernas para que Joaquín pudiera acariciar su cabello tiernamente.

Joaquín: No hemos hablado mucho de eso. No realmente.

Emilio: Más bien, no hemos dicho mucho en voz alta.

Joaquín: Si me aceptan en la escuela...

Emilio: Bonito, no tenemos que preocuparnos por eso ahora. Apenas acabas de mandar todos los papeles.

Joaquín: Emilio...no podremos decir eso para siempre, ¿sabes? –suspiró al notar la cara seria del rizado–Amor, cada vez está más cerca el día en que sí tengamos que preocuparnos por eso.

Sólo si es contigo - EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora