El sol finalmente se había alzado para iniciar un nuevo día y, por primera vez, Joaquín no odió a su alarma por haberlo despertado, vería a Emilio esa mañana junto a él. Sin embargo, al girarse el rizado no se encontraba ahí y temió que todo fuera un sueño. No, era imposible, sus almohadas, incluso su propia piel olía a él y la sonrisa se hizo presente en su rostro. En ese momento, la puerta de la habitación abrió paso a Emilio con una sonrisa y una bandeja de comida en sus manos.
Emilio: Buenos días, chulo –dijo sonriente –Escuché tu alarma así que me apresuré a servir el desayuno.
Joaquín: ¿En serio?, ¿desayuno en la cama? –se sentía genuinamente conmovido, amaba comer en su cama y más, con la idea de que Emilio había cocinado para él –No debiste...
Emilio: Pero quise –le dio un tierno beso en la frente y se sentó frente a él. – ¿Dormiste bien?
Joaquín: Jamás mejor –ambos chicos se dedicaron una sonrisa –Anoche...
Emilio: Fue perfecto –lo miró con dulzura y el castaño asintió levemente –Ok, el menú del chef son huevos revueltos, pan tostado, leche y jugo de naranja.
Joaquín: ¡Mi desayuno favorito! –ambos chicos rieron y comenzaron a comer, observaba que Emilio comía un poco rápido y tendía a hablar con la boca llena –El desayuno no se va a ir, tranquilo.
Emilio: Debo ir a entrenar, pero quiero pasar primero a mi departamento a bañarme –le sonrió y vio que Joaquín buscaba su celular para ver la hora. –Tú también debes ir a trabajar.
Joaquín: Cierto, tenemos una vida fuera de esta habitación –hizo un puchero y luego ambos soltaron una carcajada.
Emilio: Por desgracia –tomó un último bocado y se levantó para terminar de vestirse siendo consciente de la mirada fija de Joaquín. Tomó su chamarra de mezclilla y se la puso en los hombros haciendo que lo mirara confundido –Me la das en la tarde, ¿va?
Joaquín: Bueno –dijo con una sonrisa y un leve sonrojo acomodándose la prenda –Puedo pasar por ti a la academia. Oh, no, tengo junta y saldré más tarde...
Emilio: Entonces yo paso por ti a tu empresa –soltó y el castaño le sonrió de oreja a oreja.
Joaquín: ¿En serio? –vio como Emilio asentía ligeramente y no entendía por qué eso le causaba mucha emoción –Bien, puedo enseñártela, si gustas...
Emilio: ¿Neta? –se sentó en la cama y tenía un brillo particular sus ojos –Si no te molesto ni nada, si me gustaría saber todo de donde trabajas.
Joaquín: Por mí, encantado. Me gustaría llevarte, luego podemos salir a comer algo.
Emilio: Me gusta como piensas –se acercó para besarlo dulcemente en los labios –Te veo en más tarde, entonces. Disfruta tu día, chulo.
Joaquín: Anda con cuidado, mi Emi –le sonrió y lo observó irse de su habitación dejándolo con una sensación demasiado cálida en su pecho; tomó su almohada y la llevó a su cara para soltar un grito de emoción. ¿Por qué se sentía como un estudiante de secundaria enamorado? No lo sabía, pero le gustaba mucho.
Salió de su habitación y lavó los trastes cuando vio a sus amigos que venían saliendo de la habitación de Matthew y se sentaron en el comedor intercambiando miradas, no habían notado que el castaño venía saliendo de la cocina y los observó intercambiar varias miradas sonrientes y cariñosas; le gustaba ver esa escena.
Joaquín: ¡BUENOS DÍAS! –gritó sorprendiendo a ambos –Y, ¿cómo durmieron los mejores amigos del mundo? Pasaron buena noche, ¿cierto?
Matty: Estás asquerosamente animado esta mañana –lo miraba alzando y bajando las cejas.
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Sólo si es contigo - Emiliaco
FanficLa historia de los jóvenes actores, Emilio Osorio y Joaquín Bondoni. Protagonizando una historia que marcará la historia de la televisión mexicana, descubrirán su identidad y sus propios sentimientos, enredándose en un amor fuerte e inocente. ¿Podrá...