Sólo si es contigo - Emiliaco

8: Ya te extraño

Ambos chicos se despidieron y Emilio tomó un taxi de regreso a su casa. Cuando llegó su mamá estaba ensayando unas cosas para su obra. Ella lo vio contento y se sintió más tranquila, días pasados su hijo parecía traer mucho en la cabeza. Se le veía más tranquilo.

Niurka: Te ves de buen humor.

Emilio: Lo estoy, ma. Me siento muy tranquilo. Oye, tengo que pedirte un favor.

Niurka: Dime, hijo.

Emilio: ¿Crees que pueda ocupar el carro mañana por la noche?

Niurka: Sabes que no me gusta que manejes de noche, ¿a dónde vas a ir?

Emilio: Saldré con Joaquín.

Niurka: Oh, ya veo, si, tu padre me mencionó algo...está bien, pero con cuidado.

Emilio se acercó eufórico a su madre y la abrazó con fuerza. La parte sencilla ya estaba lista, ahora tenía que arreglar otras cosas. Por su parte, Joaquín se encontraba dándole vueltas a lo que acababa de pasar, Miguel le pide una oportunidad, luego llega Emilio diciéndole que tiene una sorpresa y que quiere hablar, no podía evitar sentirse como Temo. Pero la idea de salir con Emilio al día siguiente lo emocionaba mucho, tenía que pensar en qué ponerse, lo cual sería difícil sin saber a dónde irían.

Al día siguiente, Emilio se había despertado temprano, para aprovechar todo el tiempo posible, pues quería salir a tiempo del trabajo y arreglarse para ver a Joaquín, aún no sabía que iba a decirle, sentía un mundo de emociones, pero quería verlo, necesitaba verlo. Tomó su celular y le escribió un mensaje a Joaquín, la verdad es que realmente no estaba seguro de lo que él sintiera. Supuso que el hecho de interrogarlo y la actitud que tomaba con respecto a María significaban que también sentía algo. Sin embargo, estaba ese sujeto, Miguel. Enfrente de Joaquín se denominó su pretendiente, y este no dijo nada. ¿Será que ya era tarde para Emilio? Esa noche saldría de dudas, de todas maneras, Emilio lo único que quería o, al menos lo que más le importaba, era que Joaquín fuera feliz.

"Joaco, el día de hoy será extraño sin verte en las grabaciones. Siento que ya te extraño. Y como no te veré para darte los buenos días, te mando este mensaje. Disfruta el día, descansa porque más tarde serás mío para darte tu sorpresa."

Esas palabras fueron lo que le esperaba a Joaquín al despertar, esas palabras parecían irreales, por un momento sintió que estaba soñando. El chico que le gustaba le había mandado un mensaje de buenos días, y además dijo que lo extrañaría. Su corazón palpitaba con mucha fuerza y con los dedos temblorosos contestó el mensaje, esperando no ser demasiado obvio. Emilio aún no le decía nada, y quizás sólo se estaba haciendo ilusiones a lo tonto, pero no quería soltar sus ilusiones. Él sentía algo, pero esa noche descubriría exactamente qué.

"Yo ya te extraño. Ten un lindo día, suerte en todas tus escenas, aunque no la necesitas. Eres un excelente actor. Y si, a las 6 seré todo tuyo, lo espero ansioso."

Joaquín: Olvídalo Joaquín, eres demasiado obvio, y ya lo mandaste. –dijo en voz baja con sus mejillas rosadas.

Emilio: Diablos Bondoni, eres...demasiado –pensó sintiendo como se sonrojaba.

El día estuvo lleno de mucho trabajo, sin embargo, para Emilio las horas pasaban lentas y cada que podía descansar iba a su camerino a leer las notas de Joaquín. La mayoría tenía letras de canciones, pero también había mensajes muy bonitos: "Hoy es día de ser grandes", "El mejor maestro de piano del mundo", "Ánimo en todo, Emi, cuando sonríes alegras al mundo", "Eres un torbellino de emociones", también había un dibujo supuestamente de una jirafa caminando con un pingüino, abajo tenía la leyenda "el peor dibujo del mundo", ese era de sus favoritos.