Sólo si es contigo - Emiliaco

46: Momentos importantes

Noviembre 2019

Emilio: Y, ¿qué tal ha estado tu día hoy?

Joaquín: Fue muy pesado, metí un taller de baile y estoy batallando un poco.

Emilio: ¿Tú? Jajaja, no me lo creo. Amo como bailas y con esa cinturita que te cargas...uff.

Joaquín: Emi, aquí todos son profesionales, llevan bailando desde que son bebés casi, casi. Hay un chico, se llama Matthew, es buenísimo, de hecho, es el mejor de la clase, al parecer lleva bailando desde los 5 años, y se nota. Sólo que es muy serio, nadie le habla porque dicen que es muy rudo y un poco grosero. Pero bueno, eso no importa, lo importante es que baila demasiado bien y yo soy muy torpe.

Emilio: Bueno, pero apenas llevas como una semana de clases. Irás mejorando.

Joaquín: Eso sí, además también me enteré que muchos siguen trabajando, van a audiciones y hacen cosas pequeñas mientras estudian.

Emilio: Para uno que madruga, hay alguien que no duerme, Joaco, eso lo dice mucho mi padre. Así que, échale ganas. Puedes comenzar a buscar cositas por allá.

Joaquín: Sí quizás más adelante. Por cierto, mucha suerte en tu proyecto nuevo; es el primero en una producción diferente.

Emilio: Aun no es seguro que me den el papel y me pone un poco nervioso, porque esta vez, seré sólo yo. Pero, tengo buena escuela, me siento listo, además las grabaciones empezarían el próximo año. Ahorita primero es el concierto y luego la gira por el país.

Joaquín: Estoy más que seguro que te darán el papel, eres un gran actor. Pero sí, ahorita la prioridad es tu primer concierto...ya es la siguiente semana.

Emilio: Sí... ¿vendrás?

Joaquín: No lo sé...honestamente no creo, las clases aquí apenas empezaron y pues...

Emilio: Claro, no, sí, yo lo entiendo...Si supuse que te sería complicado venir.

Joaquín: Lo siento.

Emilio: No lo hagas, está bien. Ya sabíamos, así que tranquilo, perrillo.

Joaquín: Emi, debo irme, tengo clase en un rato y saldré a comer con mi padre.

Emilio: Anda tranquilo y mucho éxito. ¿Hablamos por videollamada en la noche?

Joaquín: Claro, amo nuestras conversaciones de mil horas.

Emilio: Va, te veo a las 9 entonces.

Joaquín: ¿Tus 9 o mis 9?

Emilio: Tus 9, nos vemos Joaquelongo.

Joaquín: Hasta al rato, Emi.

Al guardar su celular, Joaquín embozó una sonrisa, sin duda la distancia estaba siendo cruel para él, pero esas largas conversaciones lo hacían que se sintiera todo menos pesado. Emilio seguía existiendo en su vida y planeaba que siempre fuera así, tomó sus llaves dedicándole una mirada al llavero de girasol y salió de su habitación en el campus. Justamente tenía su taller de baile que tanto le gustaba, pero era, hasta el momento, su materia más pesada. Ensayaron un par de coreografías que habían armado el día anterior y al final, la profesora Kellman daba retroalimentación personal a cada estudiante, cuando fue el turno de Joaquín, se sentía nervioso.

Kellman: Bondoni... -se quitó los lentes mientras caminaba por la sala de ensayo recorriendo todo el cuerpo de Joaquín –Yo sólo quiero saber, ¿dónde está el chico del vídeo?