CAPÍTULO 31: Querer no es lo mismo que poder.

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Esperanza estaba babeando sobre la almohada de su cama en su habitación, en su casa. Había estado todo el día anterior y la noche, estudiando para un examen de la academia de baile. Estaba a pocos días de haber comenzado con su mes de relevo, por lo que tenía más tiempo para hacer otras cosas, como estudiar, bailar, verse con JiMin, dormir con JiMin, salir con JiMin y un montón de otras cosas con JiMin.
Pero la felicidad que había construido esos días, se esfumó ante el sueño que se había desarrollado en su cabeza: Estaba ella cocinando en una casa que no conocía, mientras que hablaba por manoslibres con alguien sobre una entrega de nuevos libros, ya que al parecer tenía una librería. Escuchó la puerta ser abierta pero estaba muy ocupada para contestar, aunque no tardó en sentir unos cariñosos brazos alrededor de ella.
-Huele, delicioso, amor. - Flint se separó luego de dejar un beso en su mejilla.
Esperanza no podía creerlo. Era él, pero no parecía igual que como lo había visto al final, se veía como al principio, incluso más dulce, con esa sonrisa que podría haber dejado a cualquiera en el suelo y que podría opacar al mismo sol. Su cabello estaba algo más largo a lo que acostumbraba usar para Fenix, llevaba un suéter de cuello alto de color avellana y un pantalón oscuro, acompañado de unos zapatos bien lustrados. Los anteojos que ella había visto otras veces, estaban sobre el puente de la nariz, que se arrugó cuando sonrió. Ella realmente estaba viendo a Flint como siempre debió ser.
-Espero que te guste, lo preparé especialmente para ti.- La morena dejó un beso en los labios del chico contenta. -¿Cómo te fue hoy en el hospital?
-Excelente, fue un día muy tranquilo, gracias a Dios....
Esperanza entonces frunció levemente el ceño, sintiéndose extraña al escuchar al castaño hablar sobre visitar a Camila y pablo, quienes se habían mudado juntos recientemente, según había entendido. Entonces escuchó música en sus oídos, baja, era muy leve pero muy dulce. Inmediatamente se dio cuenta de que todo era un sueño y soltó los cubiertos que se había puesto a lavar en aquella falsa cocina. Flint entonces se había acercado preocupado, pero había sido inútil tocarla, porque ella se había hecho a un lado temerosa.
-Esperanza, me estás asustando. - El castaño la miraba con preocupación, pura y sincera, el hombre que la había herido y destruido de mil maneras, no estaba allí.
-Ésto no es real.
Musitó la morena y la realidad que su mente había creado se disipó, dejándola despertar de aquel extraño sueño. El llamado de Emer también habían sido de ayuda, ya que le preguntaba si estaba bien y por qué no había apagado su alarma todavía. El tono de JiMin cantando promise era lo que había oído mientras soñaba.
Luego de contestar que simplemente estaba muy cansada y que no la había escuchado, se levantó de la cama y se retiró hasta el baño a asearse. No podía sacarse de la cabeza a Flint abrazándola, saludando luego de un largo día de trabajo en una vida evidentemente ordinaria. Sacudió la cabeza frente al espejo luego de bañarse y se dijo en voz alta que no debía pensar en ello, que después de todo no era real, y que jamás podría serlo, al menos no con Flint.
Salió del baño y se vistió con ropa cómoda. Avisó a Emer que iría caminando hasta la academia y salió solo con su tostada y mermelada en mano, había tomado de un trago su té de hierbas y había desaparecido de la vista de la mayor en cuestión de segundos. Caminó por las calles de Seúl pensativa, hasta que llegó a la academia y tuvo que concentrarse en dar su examen bien.
Como su brazo ya estaba completamente sano, antes del examen se encerró en la sala de prácticas. Ensayo primero sola, hasta que se le fueron uniendo sus compañeros de grupo, que no la interrumpieron, sino que simplemente se sumaron luego de estirar un poco. La morena estaba tan perdida en sus propios pasos, que solo una vez que finalizó, notó al resto a su alrededor. Les sonrió mientras se iba a tomar agua, molesta consigo misma por no prestar más atención a su alrededor.
Sintió que le acariciaban el alma cuando la voz de JiMin le llegó hasta sus oídos. Corrió a abrazarlo en cuanto lo vio, contenta de que lo único que sentía lo suficientemente real en su vida, estuviese frente a ella con un bentō. Habían arreglado verse para el almuerzo, pero JiMin le había avisado que la práctica se iba a extender. Lo que no se esperaba, era que el muchacho le llevaría el almuerzo.
-Querido, no hacía falta. - aseguró la morena guardando la comida en su mochila.
-Sí, estoy compensando no poder estar contigo hoy. - El muchacho la abrazó una vez más. - Hoy maratón de Marvel en casa, no lo olvides. Adiós, te quiero.
Todo eso, se lo había dicho mientras se iba alejando caminando para atrás. Esperanza rió cuando el chico casi se tropieza y le tiró un beso desde donde estaba. Sonrió olvidando lo de esa mañana, lista para dar su examen de una vez por todas.


Kibō --> Park Jimin.(En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora