Kibō --> Park Jimin.(En Edición)

CAPÍTULO 38: Pesadilla.

JiMin entró al gran teatro donde siempre acostumbraba a ver a Esperanza en sus sueños, confundido. Recordaba haberse quedado dormido en su habitación en la casa de sus compañeros, debido al cansancio. Se suponía que iban cenar juntos, no tenía tiempo de sentarse en ese lugar y esperar a despertar. De todas formas, últimamente estaba solo allí. Suspiró, y aunque quiso despertarse, visualizó algo sobre el escenario. Se sintió repentinamente alterado, acercándose por el pasillo de bancas hasta la escalera de madera, por la cual ascendió con lentitud. Era Esperanza quien estaba allí, vestida con el mismo vestido de siempre, descalza y con el cabello suelto. Se encontraba sentada en el suelo, llorando sobre un banco de color gris, como los que había en un parque. Inmediatamente JiMin supo que Kibō estaba triste, y cuando decidió acercarse, una oscura sombra saliendo de detrás del escenario, lo sorprendió. Se acercaba a Esperanza de manera lenta y amenazante, mientras susurros se escuchaban por todos lados, diciendo cosas incomprensibles. Reaccionó en su propio cuerpo y corrió hasta Esperanza, a quien abrazó protector, y aunque no creyó que algo sucedería, la sombra huyó despavorida de allí, soltando un chillido desagradable.

Se despertó sobresaltado, sudando. Se sentó en la cama y miró a su alrededor desconcertado, ¿qué había sido todo aquello? Salió de su habitación, encontrándose con que afuera llovía torrencialmente. Caminó hasta la cocina, donde YoonGi, que no notó su presencia, hablaba por teléfono con alguien por altavoz. Reconoció la voz de Esmeralda poco después, que hablaba de algo muy nerviosa. JiMin se sirvió un vaso de yogurt tratando de no inmiscuirse en la conversación, pero el camino que llevaba las palabras de Emer, fue lo que lo obligó a parar la oreja.

-Rose dice que este demonio es muy peligroso, y que no posee personas, sino que hace un trabajo para alguien que lo obligue desde este mundo. Claramente Flint tiene que ver en todo esto, y de alguna forma rompió el sello de brujo de Clarice y atacó a Esperanza con esa criatura. - La rubia parecía agitada y de fondo había gente gritando y hablando de cosas que Park no entendió, de seguro porque estaba en Fénix. - Hace días que está robando sus sentimientos y pensamientos positivos, dejando solo los malos. Dicen las chicas que Esperanza ya entró en la etapa final, donde el sujeto se desprende totalmente de sus fuerzas y decide despedirse del mundo y finalmente suicidarse...

Aquellas palabras helaron a JiMin, que soltó el vaso que estaba sujetando. El vidrio hizo un fuerte ruido al estrellarse contra el suelo, mientras el chico caminaba lejos de la cocina, siendo observado por YoonGi, que al notar su presencia, abrió los ojos de par en par. JiMin no pudo decir nada, simplemente se calzó el primer par de zapatillas que encontró en la entrada de la casa y salió corriendo con un juego de llaves. El abrigo y el paraguas no le parecían importantes mientras salía por la puerta como alma que se lleva el diablo, dejándola abierta, al igual que la reja de entrada. YoonGi comenzó a gritar a Emer que su amigo sabía dónde estaba Esperanza, que vayan de inmediato, y en cuanto estuvo fuera, el escuadrón sombra había cruzado un portal, viendo en todas direcciones hacia donde se había ido Park, a quien divisaron corriendo a lo lejos por la calle de la derecha.

JiMin sabía que estaba llorando, incluso con la lluvia que se llevaba todo con ella, porque los ojos le escocían de sobre manera. Las piernas habían empezado a fallarle debido al pavimento húmedo y resbaladizo, pero no le importó y siguió corriendo desesperado. Su sueño había cobrado todo el sentido cuando escuchó lo que Emer decía: Esperanza estaba perdida, pero él sabía donde estaba, la había visto en su sueño. Solo deseaba que no sea tarde, que Kibō no se hubiera suicidado, quería la oportunidad de impedirlo, porque no podía permitirse perderla.

En cuanto estuvo frente a la puerta del parque, frenó de repente, casi cayendo al suelo, de no ser porque se sujetó como pudo de un auto estacionado. Entró por la reja de entrada, corriendo por entre la maleza, siguiendo de memoria el camino entre los árboles hasta el lugar especial que tenía con Esperanza. Dobló en la última intersección que le faltaba, casi volviendo a caer, solo para ver a lo lejos a su amada, llorando sobre el banco debajo del árbol donde sus iniciales habían sido grabadas. Más allá del cuerpo de la joven, había una inmensa bruma negra acercándose, pero entre toda la negrura, diferenció los dos ojos amarillos encerrados en pupilas rojo sangre. Siguió corriendo, cayendo justo junto a Esperanza, a quien abrazó, sorprendiendo. Desconcertada, la morena miró a su alrededor, sintiendo los fuertes brazos alrededor de su cuerpo.