Esperanza bostezo cuando sus ojos estuvieron abiertos. Se frotó los ojos mirando a su alrededor y se preguntó cómo había llegado a su habitación. Le pareció recordar a JiMin, hablando de un ángel en sueños, y supuso que había sido todo producto de su imaginación.
Esmeralda estaba enredada en sus sábanas en la cama contigua, tenía los rizos envolviendo los ruleros color verde manzana. Le picó el rostro repetidas veces, pero la rubia ni siquiera se movió. Solo cuando Esperanza vio el reloj comprendió que si amiga no iba a despertar pronto.
Eran las seis de la mañana, y el clima estaba fresco, pero aún así se levantó descalza y en remera sin mangas para ir a desayunar, y aunque esperaba estar sola, en la mesa del comedor, estaban YoonGi y Seok Jin desayunando. Se habían acostado tardísimo y aún así estaban despiertos como si fueran las diez de la mañana, totalmente animados. Los dos pares de ojos se posaron sobre la muchacha, que estaba abrazándose a sí misma en busca de que su piel de gallina la abandonara. El mayor, refunfuñó y se puso de pie acercándose con el buzo que colgaba del respaldo de su silla e ignorando las negativas de la morena, pasó el buzo sobre su cabeza.
Esperanza miró a Jin por debajo de la capucha del buzo que era demasiadas tallas más grande. El chico estaba riendo a más no poder de verla usando la prenda, que la hacía parecer una niña con la ropa de su padre. Tuvo que ayudar a la chica a doblar las mangas y YoonGi los estaba grabando mientras peleaban con la tela.
Cuando Seok Jin estaba nuevamente sentado comiendo, Esperanza estaba mirándolo encantada, no sin pellizcarle las mejillas y poner voz aguda al ver los mofletes del mayor llenos de comida mirándola con reprimenda. YoonGi, lejos de ayudar, estaba riendo a más no poder grabando las caras de su hyung y la menor, que luego de un rato se calló la boca para solo mirar. Tampoco le duró mucho al ver que JiMin se había sentado a la mesa comiendo solo una manzana.
Haciendo dar un salto a Seok Jin, se puso de pie ruidosamente para preparar el desayuno del castaño y el de ella. Una vez finalizó, se acercó con la bandeja hasta Park, que aún estaba medio dormido, dejo la comida frente a él y le revolvió el cabello. Caminó hasta su lugar con su propia comida y comió junto a Seok Jin supervisando que el recién llegado estuviese comiendo. De a poco, el comedor se llenó de gente comiendo y riendo, y Esmeralda, quien había estado babeando no hacía mucho, se encontraba espléndidamente despierta y hermosa sentada junto a su mejor amiga.
-¿Qué vas a cocinar hoy, Kibō? - inquirió la rubia bebiendo café.
-¿Quién dijo que yo iba a cocinar? - preguntó fingiendo estar ofendida. - Asado. - Musitó codeando a Esmeralda.
Los siete chicos al rededor la miraron expectantes.
-¿Qué?
-¿Puedes enseñarle a Jin hyung, por favor? - Pidió Tae como un niño pequeño, JungKook ya estaba haciendo pucheros a la morena.
-Si el quiere, le enseñaré. - Esperanza estaba encantada pellizcando la mejilla de V y este festejo triunfal junto con el resto.
Con una sonrisa, Kibō se retiró a su habitación para vestirse con ropa decente y que no le quedará enorme como un carpa para seis personas. Estuvo meditando varios minutos frente a su ropa; la verdad había dejado de pensar mucho en lo que usaba, pero quería verse bonita, destacar un poco. Quizá había sido el hecho de que Esmeralda parecía un diamante incluso sin maquillaje, había mucha ironía en ese tipo de pensamientos, pero aún así quería eso, poder ser tan naturalmente linda.
Suspiró molesta y tomó unos jeans negros rotos, una blusa lisa y el primer suéter que encontró. Estaba refunfuñando poniéndose las botas cuando pasó por enfrente del espejo y notó que no había elegido cualquier cosa, si no que era el mismo suéter que tantas otras veces había compartido con Mark, y era el mismo que le encantaba a Camila. Hacía tiempo que no lo usaba, y de solo verse en el, el reconfortante recuerdo de sus amigos la hizo sonreír.
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Kibō --> Park Jimin.(En Edición)
Ciencia FicciónSinopsis: - ¿Confías en mí? -Con mi vida. Jimin observó a la joven frente a él y se preguntó qué más había detrás de esa sonrisa y ojos cargados de culpabilidad. Esperanza, una chica que vive una adolescencia común y corriente, se encuentra repe...