¿Seguirás Amandome?

Capítulo XXXII

Aun retumbaba en sus oídos y su corazón las palabras de Jaime: "Te amo".

Anhelos y sueños se estaban cumpliendo con solo esas palabras, pero sabía que no había futuro. Jaime la podía amar ahora, pero sus miedos e inseguridades, terminarían por matar ese amor tan incierto. Y no quería eso.

Quería curar sus heridas, quería volver a confiar. Quería darle una oportunidad al "Vivieron felices por siempre".

Pero para ello, debía alejarse de todos y comenzar desde cero.

Por lo mismo, en los días siguientes comenzó a hacer algunas averiguaciones, pensando en el lugar donde alguna vez había sido feliz con su pequeña familia. Quería reconciliarse con aquel recuerdo agridulce.

Al pasar los días, Jaime se veía más sombrío que de costumbre. Pero cada vez que le preguntaba Heidi, él le respondía que no sucedía nada. Un día, mientras ella cocinaba y Laura la ayudaba, se atrevió a preguntarle a Laura.

-Laura, ¿Te puedo hacer una pregunta?

-Claro que sí. – siguió cortando la zanahoria que traía entre manos.

-¿Sabes que le pasa a Jaime?

Laura dejó de cortar y bajó la mirada, respirando profundo.

-Creo saberlo.

Pasaron varios minutos sin que ambas emitieran palabras, ansiosa, Heidi la incitó a hablar nuevamente.

-Bueno, ¿Y?

-Le dije que me voy.

-¿Perdón? – soltó Heidi, dejando de hacer todo lo que estaba haciendo y mirando fijamente a Laura.

La muchacha sintió las preguntas y reclamos de la rubia y no se atrevía a mirarla a los ojos.

-¿Cómo de que te vas? – le preguntó nuevamente Heidi.

-Eso... Me devuelvo a mi país.

-¿Te vas... te vas? Pero... ¿Cómo?

-Necesito alejarme de todos y comenzar a curar mis heridas y miedos... de otra forma no podré encontrar paz. Y no quiero arrastras a otros en ello.

-Pero cariño, tu familia estamos aquí. Tu vida está aquí. ¿Por qué nos quieres dejar? Si necesitas espacio, puedes irte de la casa. Buscar otro trabajo. Hasta ir a vivir a otra ciudad, pero... ¿Volver a tu país? ¿No crees que estas exagerando todo?

-¿Exagerar? – Miró a Heidi- No tengo una vida. No tengo nada a lo que pueda llamar mío. Y tengo miedo a buscarlo. Estoy esperando por migajas, cuando debiera estar buscando algún destino para mi vida... para mi felicidad. Estoy sobreviviendo... y no quiero seguir así.

-¿Se lo dijiste a Jaime?

-Por eso está así.

-No, ¿Le dijiste que te vas para encontrar la paz que, según tu, solo puedes encontrar lejos de nosotros?

-No... - Laura retomó la labor de diseccionar la zanahoria. – Jaime no entiende a razones.

-¿Y estas dispuesta a dejarlo solo por miedo? Laura, querida, el amor y en general la vida entera, es de arriesgarse por lo que uno quiere.

-Yo no lo sé. Jamás lo he experimentado... - Laura suspiró profundamente – Y en verdad, quiero tener la valentía de arriesgarme a buscar lo que deseo... pero para ello debo reconciliarme con mi pasado...- miro largamente a Heidi – los quiero a todos, no sabes cuánto, pero si me quedo aquí, los arrastraré a todos a mi agujero negro. Aún no tengo la fuerza para salir de ahí, tampoco la tengo para sacarlos a ustedes...