Capítulo LV - El final

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Nueve meses después...

Después de preocuparse que todos los detalles estuvieran cubiertos, Jaime se acercó a su cuarto para cambiarse de ropa y colocarse el traje que llevaría aquella velada.

Era el cumpleaños de Laura y tenía intenciones de celebrarlo como se debía. Y también, aprovecharían la ocasión para darles a todos una gran sorpresa.

Todos los invitados, que no sobrepasaban las treinta personas, habían sido invitados a la celebración de cumpleaños de Laura, pero no se esperaban ser testigos de su boda.

A pesar de no estar del todo convencida, Laura aceptó que Jaime organizara aquella velada y que se prometieran ante sus amigos y familia. Lo que no aceptó, es realizar una boda por la iglesia ni con gran fiesta. Para ella no era necesario el papel si no el vínculo, y así se lo hizo saber a Jaime. Y él concordaba con ella. Pero aun así, quería formalizar aquella relación con los votos que habían decidido entregarse.

Llegando al cuarto, se encontró con la más tierna de las escenas.

Laura se encontraba sentada con las piernas cruzadas en medio de la cama, envuelta en su albornoz. Y frente a ella, apoyada en cojines, estaba Lulú riendo con las cosquillas que su mamá le provocaba.

Laura ya se había maquillado y peinado, y solo estaba esperando el momento para poder colocarse el sencillo vestido color lavanda que había decidido llevar esa noche. Un suave vestido de gasa, con un encaje que dejaba ver un escote sensual pero discreto. La falda caía hasta el suelo, envolviendo las piernas, con dos cortes disimulados a la altura de la pelvis que dejaba mostrar las piernas en todo su esplendor al momento de caminar. Mientras la pequeña, estaba vestida con su enterito, también color lavanda, pero lleno de diminutas margaritas estampadas que la hacían ver muy tierna. La pequeña estaba muy sana y con las mejillas sonrosadas, característico de los bebés, por lo que Jaime se sentía tan orgulloso de verla y disfrutaba de sus arrumacos y risitas que les provocaban sus hermanos más grandes.

Aprovechó que ninguna había reparado en él, para tomarles una fotografía que, seguramente, terminaría en alguna de las redes sociales de ellos. Luego de guardar su teléfono, se acercó a ellas, sentándose justo detrás de Laura y besándole el cuello.

-¿Ya están lista?

-Ya casi estamos – dijo Laura mientras seguía provocando las risas de Lulú.

-Te falta aún el vestido... - besándola nuevamente en el cuello – hueles bien.

-Si... es el jabón. – Laura rió con la respuesta, mientras tomaba en brazos a la pequeña y se volteaba para besar rápido a Jaime. – Amor, tú no estás listo aún.

-Lo sé, pero no demoro nada. – Laura enarcó una ceja – Ya verás.

-Si claro – dijo irónica – ver para creer.

Jaime la besó rápidamente.

-Tú cuenta hasta cincuenta, y antes de que termines, estoy aquí.

-Y yo soy miss universo.

Caminando hacia la ducha, mientras se quitaba la ropa, le respondió:

-Pues fíjate que podrías serlo, eh.

Minutos después, Jaime salía del baño, vistiendo solo los pantalones del traje. Mientras, descalzo, buscaba la camisa que se pondría. Laura, lo observaba sonriente sin convencerse aún que aquel hombre era su compañero, y en cosa de horas, sería su marido.

Saliendo de su ensimismamiento, Laura se percató de que Lulú había dejado de tomar leche, por lo que se la cambió de pecho, mientras suavemente le acariciaba la espalda. Cuando levantó la vista, observó que Jaime ya había conseguido colocarse la camisa, pero aun no la abrochaba por lo que la vista era aún más excitante que verlo desnudo. Si hay algo que había aprendido en aquella relación, era que Jaime la excitaba aún sin esfuerzo. Y verlo a medio vestir, o medio desnudo, era algo que le encantaba.

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