En un momento determinado, Jaime la tomó en brazos y la llevó a lo que ahora sería el cuarto de ambos. No le dio el tiempo a protestar ni nada, simplemente la ayudo a quitarse la ropa y en ropa interior, le facilitó una polera suya para que la usara de pijama. Él aprovechó de colocarse solo la parte de debajo de su pijama, y se acomodaron juntos en la cama. Abrazados, y en completa oscuridad intentaron encontrar la calma de sus pensamientos.
Jaime llevó una mano hacia el vientre de Laura y sonrió ante las pataditas del bebé.
-Ey, bebé – susurró Jaime tiernamente – es hora de que duermas.
Al parecer el bebé decidió protestar pues sintió otro golpecito en su mano que lo hizo reír. Besó a Laura en la sien, mientras ella disfrutaba de aquel momento de papá e hijo.
-Aun no naces, pero estas demostrando ser llevado de tus ideas, eh.
-Mmm... posiblemente eso venga por el lado del padre.
-¿Ah, sí? Tú no lo haces nada mal eh.
-Bueeeeno... - Lau sonrió y le dio un pequeño beso en la quijada.
Acomodada entre el pecho y el brazo de Jaime, Laura pensaba en todos los miedos que la abrumaron hace unas horas atrás. Seguían ahí, en silencio, esperando otro momento de sensibilidad para brotar. Y temía que cuando salieran al exterior, fuera aun más fuerte que ese día.
-Tengo miedo... - susurró tan quedamente que pensó que Jaime no la había escuchado. Minutos después, Jaime le preguntó en el mismo tono de voz.
-¿Por qué tienes miedo?
-Por no tener control de la situación... no saber reaccionar si el bebé necesita algo.
-Eso es normal... incluso hoy, yo también tengo ese temor... pero recuerda que estamos juntos en esto... somos un equipo ¿De acuerdo?
-De acuerdo... - suspiró profundo, reteniendo el particular aroma de Jaime y llenándose los pulmones con todo lo que infundía el apoyo de Jaime.
Los días siguientes, los niños tenían sus últimos días de escuela mientras que Jaime está ya libre de compromisos por parte de la serie. Por lo que le estaba dedicando tiempo a otros proyectos que tenía en carpeta, mientras le hacía compañía a Laura en casa. Luego de dejar a los niños en la escuela, Jaime volvía a casa para remolonear junto a Laura y juntos aprovechaban de planificar algunos detalles del parto.
Laura ya no tenía la energía de hace unas semanas, por lo que pasaba buena parte del día en el sofá o en la terraza de la casa, y Jaime aprovechaba para consentirla constantemente. Aun así, estaba preocupado por verla tan agotada de un día para otro. Así mismo, se lo hizo saber a la doctora, una mañana en que la llamó para comentarle lo que sucedía.
-Es difícil que te dé un diagnostico pero debido a las lesiones que tiene Laura, posiblemente eso ya esté afectándole al bebé. Lo que hay que procurar, es que no realice mayores movimientos que le requieran energía adicional. Mucho descanso.
-Por eso no se preocupe.
-Y, Jaime... - se detuvo la doctora, antes de hablarle de la realidad – tienes que estar preparado. El bebé está pequeño, pero puede nacer en cualquier momento.
Aquello le produjo un mini ataque de ansiedad.
-¿Eso puede ser un problema más grave?
-Esperemos que no. El monitoreo que le hicimos hace unas semanas, decía que estaba sano. Pequeñito para lo común, pero con todos sus órganos listos, en caso de que pudiera nacer ahora. Pero aún así... tú sabes, un bebé sietemesino puede tener alguna complicación. O puede que no.
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¿Seguirás Amandome?
RomanceEsta noche eres todo mío. Esta noche, la luz del amor está en tus ojos pero, ¿Seguirás amándome mañana? Algo tan "inocente" como un amor platónico, se sale de control después de una borrachera. Cuando se dan cuenta de las consecuencias, asoman los...