Al día siguiente, se suponía llegaría Heidi pero ni Laura ni Jaime sabían a ciencia cierta si sería así o no. Durante la tarde, Jaime le informó a Laura que debería hacer un viaje de una semana a México para promocionar una película, por lo que Laura quedaría sola con los niños hasta que llegara Heidi.
Una vez que Jaime se fue, los niños y ella se acomodaron en el cuarto de la niñera para ver la televisión, decidiendo un rato después, que dormirían todos juntos.
Como rutina, Laura siempre se levantaba temprano para preparar a los niños y llevar a Elena a la escuela. Ese año, Jaime también comenzaría a ir a la guardería, al menos un rato. Por lo que decidió comenzar con la rutina de levantarlos temprano para que ellos se fueran acostumbrando.
Durante esa semana, Jaime se mantuvo en contacto para saber sobre sus hijos y saber si Heidi había llegado. Afortunadamente, llegó un par de días después de que se había ido Jaime.
La tarde siguiente a la llegada de Heidi, Laura volvió a tener malestares en el estomago. Estos habían ido y venido en las semanas anteriores. Y como buena enfermera que era, sabía que ya nada bueno le pasaba. Pero su jefa era más perspicaz que ella, y se dio cuenta que estaba enferma.
Por lo que la obligó a ir al médico.
-Y no tendrás como arrancarte porque yo te acompañaré.
Así que, aprovechando que los niños estaban en la escuela, acompañó a la niñera al centro médico familiar para que le pudieran hacer un reconocimiento.
Estaban en la sala de espera, revisando una revista cada una cuando Heidi le dejó caer una bomba:
-Fui a México...- Laura levantó la mirada y observó el cambio de semblante de Heidi. No había tomado en cuenta que estaba un poco pálida.- fui a ver a un especialista.
-¿Especialista en qué?
-Oncológico.
Se hizo un silencio sepulcral entre ellas. Laura no podía creer las palabras de Heidi.
En aquel momento, la llamó una enfermera.
-Ve. Luego continuamos.
Aún shockeada, siguió a la enfermera por el pasillo hasta la consulta del médico. Luego de las presentaciones, la doctora le pidió que se colocara una bata para hacerle un reconocimiento.
- Bueno Laura, necesito que me respondas unas preguntas, ¿De acuerdo? – le indicó la doctora tiempo después, mientras ella terminaba de acomodarse sus prendas.
- Sí, claro.
- ¿Fecha de tu último periodo menstrual?
- Hace... - haciendo sus cálculos rápidamente, sin recordar algo tan nimio para ella. – pues... - mirando al médico con vergüenza – la verdad, no lo recuerdo.
- Mmm... - anotó algo en la ficha y prosiguió - ¿Mantienes relaciones sexuales?
- No – contestó rápidamente, segura de lo que decía.
- ¿Nunca has tenido relaciones sexuales? – preguntó la doctora mirándola fijamente. Mirada que la hizo removerse nerviosa. Nunca era decir mucho. Si había mantenido relaciones, solo que no con la frecuencia que la gente piensa de una chica de veintisiete años.
- Bueno, nunca no.
- Entonces, me corrijo. ¿Ultima relación sexual? – esa si la recordaba claramente.
- Diez semanas, aproximadamente.
-¿Haz comido algo fuera de lo común en los últimos días?
-No. He comido lo mismo que les doy a los niños, pero ellos no han tenido problemas de estómago.
-Debes saber que existen personas que desarrollan alergia a algún tipo de comida y otras no. Es más común que se den en niños, pero los adultos no están exentos de ello.
La doctora siguió en silencio, anotando en la ficha. Luego de un par de minutos en silencio, le indicó que le tomaría una muestra de sangre. Le explicó que los resultados estarían dentro de un par de días.
-En esta tarjeta – le entrega una tarjeta donde garabateó su teléfono y una fecha- van los datos de la consulta y la fecha en que deben estar los resultados. Llama para poder retirarlos. Cualquier problema que tengas, llámame. Ahí dejé mi número privado, por si es necesario. –La mira unos segundos, muy seriamente- espero no tener noticias tuyas antes de los resultados.
-Yo también espero lo mismo.
Despidiéndose, la doctora la acompañó a la puerta
-¿Andas acompañada?
-Sí.
-Sería bueno que cuando retires los resultados, pidas una cita de urgencia y vengas acompañada, así los revisamos inmediatamente.
Pensando en aquello, salió hacia la sala donde la esperaba Heidi. Estaba segura que no era tan grave lo que tenia pero la estaba poniendo nerviosa la seriedad con que la doctora le dio las indicaciones.
Por la cara que ambas pusieron, recordaron en qué había quedado la conversación anteriormente.
Ambas salieron de la consulta y se fueron caminando lentamente hasta encontrar un banco, un par de cuadras más adelante. Laura se sentó junto a Heidi y le tomó una de las manos frías que tenía sobre su regazo.
-¿Por qué fuiste hasta México?
-No quiero asustar a Jaime. –Heidi miraba el entorno, apretando la mano de Laura.
-¿Qué te dijeron?
-Me enviaron a hacer una colonoscopia. Hace unas semanas me hice el chequeo rutinario y tengo problemas con los niveles ferrosos de mi sangre.
-¿Ya te hiciste el examen?
Heidi asintió.
-¿Y?
-Me los enviarán dentro de la próxima semana. Laura, no lo sabe nadie. Y quiero que siga siendo así.
-¡¿Qué?! –Gime sorprendida- ¿Cómo pretendes ocultar una cosa así?
-Eres la única que lo sabe, y más te vale que te mantengas en silencio. Si no, hablaré yo también.
Laura la miró y achicó los ojos.
-Sabes jugar sucio.
-Sí.
Se miraron y ambas rieron.
A pesar de las risas, Laura sabía que Heidi tenía temor a los resultados. Su mirada se lo decía. Esas situaciones era difícil para todo el mundo que no sabía cómo lidiar con la enfermedad. Lo mejor que podía hacer es tranquilizarla para que no aumentara su ansiedad ante los resultados que debían esperar.
-Está bien. Me quedaré en silencio. Pero tienes que prometerme que te vas a cuidar. No te vas a sobre exigir estos días y te vas a relajar.
- Prometido – dijo la rubia al momento en que levantaba la mano derecha y posaba la izquierda sobre su corazón. Laura la observó, y un pensamiento asomó en su cabeza.
-¿Es por eso que le pides el divorcio a Jaime?

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¿Seguirás Amandome?
RomansEsta noche eres todo mío. Esta noche, la luz del amor está en tus ojos pero, ¿Seguirás amándome mañana? Algo tan "inocente" como un amor platónico, se sale de control después de una borrachera. Cuando se dan cuenta de las consecuencias, asoman los...