Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 4... (#TheWrites)

494. Estamos Listos

En una de las tiendas vecinas a la de mando en lo alto de la colina cercana al Monte Weather, Aranae kom Trishanakru, pasea de un lado a otro de la tienda mirándose la redondeada tripa bajo el ajustado cuero el cual limita ahora muchos de sus movimientos.

Son escasos los meses que tiene pero aún así se le nota lo suficiente.

Es decisión suya acudir al llamado a la guerra, como líder de su clan sabe que no puede rehusar porque sería como traicionar a su Heda y a su gente y por nada del mundo querría hacer eso, pero aún así conserva la sensación de que algo no irá bien.

Treior, Natblida del Clan Yuljeda entra en la tienda viéndola así y se acerca a ella.

—¿Por qué no te quedas? —preguntó el Natblida preocupado por ella—. Vas a tener un bebé.

—Tú también vas a tenerlo —replico Aranae al escucharle arqueando una ceja—. ¿Por qué no te quedas tú?

Treior que puso una cara al escucharla aparto la vista no queriendo discutir con ella.

—No digo que no seas apta para esto —repuso Treior volviendo a mirarla pacientemente.

—Eso es porque lo soy. Es por eso que debo ir con los míos, Treior —le interrumpió ella devolviéndole la mirada con prudencia—. Necesitan una líder que les guíe.

Treior que supo que tenía razón bajo la mirada un tanto preocupado por ella.

Aranae que tomo su rostro entre sus manos le beso muy dulcemente viéndole a los ojos con amor.

—Estaremos bien. Nos hemos preparado para esto toda nuestra vida y ha llegado el momento de poner en practica todo lo aprendido en el entrenamiento.

—No quiero que nada malo os ocurra, Aranae —respondió el Natblida acariciando su rostro con ternura volviéndola a besar muy dulcemente, cerrando sus ojos pegando su frente a la de ella.

—Prométeme que regresarás.

—Regresaré.

—Prométemelo Aranae —le pidió el guerrero con esperanza y aliento.

—Te lo prometo —repitió ella besándole de nuevo durante unos minutos, teniendo que separarse de Treior cuando Keryon se asomo a la tienda.

—Debemos ponernos en marcha, ¿estáis listos?

—Lo estamos —contesto Aranae apartándose de él para coger su espada de la mesa y envainarla a su espalda.

Keryon que se fijo bien en ella, en ellos se les quedo viendo largamente.

Treior que compartió una mirada entendida con Keryon supo que ninguno iba a convencerla a estas alturas de nuevo.

—Bien, vamos. Nos esperan —dijo finalmente Keryon viendo salir a Aranae decidida y a Treior tras ella.

La suerte estaba echada tanto para su gente como para ellos, y no había nada en el mundo que pudiesen hacer para impedir lo que vendría ni sus consecuencias.

Continuara...