495. A Su Lado

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El cielo de Arkadia perdía su luz mientras las nubes opacaban su inusitada belleza. Luna kom Floudon Kru, líder del Clan Floukru y una de las más veteranas Natblidas permanecía en silencio sentada sola en el bosque al calor de una pequeña hoguera.

En aquellos momentos en que todos estarían compartiendo una cena y debatiendo sobre los estragos de la guerra, la Natblida prefería no estar presente.

Necesitaba un tiempo a solas para llorar a su amigo aunque sencillamente era incapaz de hacerlo.

Las emociones no parecían fluían por ella, estaba mentalmente hastiada y decepcionada por todo lo acontecido.

Lincoln no debió haber muerto y menos aún de aquella vil manera.

Se sentía impotente, cansada de llegar siempre tarde a todo, de no haber podido proteger a Lexa, de no haber podido evitar la muerte de Lincoln, de no poder frenar esa guerra.

Era innecesario darle más y más vueltas al tema y aún así, Luna seguía haciéndolo.

El sonido de una rama al quebrarse no muy lejos de ella, hizo que la Natblida se pusiese en pie tomando inmediatamente su espada expectante.

—Sal de donde estés, descúbrete —ordeno la líder floukru en dirección a la espesa maleza tras ella.

Todos sus instintos alertas ante el posible y furtivo ataque del desconocido.

Las palmas de unas manos asomaron en alto acompañadas de unos pasos, y una silueta que enseguida Luna reconoció haciendo que esta bajase lentamente la espada.

—Solo soy yo, tranquila —dijo John Murphy sin dejar de mirarla a la luz de la hoguera.

Luna que se relajo ante aquella conocida presencia dejo la espada apoyada de nuevo sobre el tronco sobre el que estaba sentada y se sentó de nuevo.

—Nunca vuelvas a acercarte a un Natblida de esa manera —le dijo ella apartando la mirada de él de nuevo hacia el fuego—. Podrías acabar herido o mucho peor aún, muerto.

Murphy que puso una cara al escucharla metió las manos en los bolsillos de su chaqueta.

—Intentaré recordarlo para la próxima.

—¿Qué haces aquí, John? —preguntó Luna sin ganas de juegos en esos momentos.

—¿Tú que crees?

La Natblida levantó la mirada al escucharle y Murphy fue consciente por primera vez de como había sonado aquello.

—Quería ver como estabas —dijo el skykru sin más mirándola fijamente.

—Seguro —murmuró Luna al escucharle volviendo a posar su mirada en el crepitante fuego.

—¿Sabes Luna? —comentó Murphy de pasada dirigiendo la vista también al fuego acercándose a él justo antes de sentarse frente a ella sobre otro tronco caído—. Aunque a todos os parezca un cerdo insensible que carece de sentimientos, en ocasiones los tengo.

Luna que solamente bajo la mirada arrepentida de su tono, no quiso resultar tan dura con él.

—Lo siento, yo... no es un buen momento, Murphy.

—¿Ya no soy John? —preguntó el skykru dándole una miradita.

La líder flokru se quedo callada sin mirarle y él se dio cuenta de que la cosa era seria.

—Siento lo de Lincoln —dijo Murphy con cautela mirando las llamas en el suelo.

—No es verdad —musito Luna mirándole.

—No, no lo es —respondió Murphy sincero mirándola de nuevo—. Pero lo siento por ti. Se que le querías mucho —Luna bajo la mirada y Murphy hizo una breve pausa—. No puedo olvidar lo que le hizo a Clarke por más que lo intente, pero te diré algo. No era un mal tipo. Hizo mucho bien por nuestra gente, por la vuestra y no se si merecía acabar así.

—Lincoln siempre fue bueno —se recordó a si misma Luna perdida en su memoria—. Recuerdo que cuando las cosas se pusieron mal en la plataforma y créeme, no te haces una idea de lo mal que se pusieron los primeros años de habitarla, él siempre estuvo ahí. A mi lado. Tratando de mejorar las cosas para todos.

—Si, eso suena exactamente como a Lincoln —murmuro John Murphy inevitablemente con sorna.

—Incluso sabiendo quien era yo, lo que había hecho al huir del Cónclave, siempre me apoyo —prosiguió la Natblida con tristeza—. Y yo no se si supe agradecérselo. No se si supo lo importante que era para mi o para los nuestros.

—Lo supo, seguro —repuso Murphy al escucharla mirándola a través del fuego—. No te tortures con eso. No merece la pena.

Luna que cerro sus ojos dejo caer la cabeza entre sus manos lamentándolo.

Murphy que se la quedo viendo se sintió mal por ella, y levantándose del tronco bordeo la hoguera y se sentó a su lado en silencio.

Las palabras a esas alturas resultarían inútiles, el daño estaba ya hecho. Lincoln no volvería a la vida, no regresaría jamás y lo único que podía hacer por Luna, era estar a su lado junto a ella tal como estuvo ella cuando murió Emori.

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 4... (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora