504. Lamentos

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Un ambiente sumamente extraño recorría la imponente ciudad de Polis, capital de la Coalición y hogar de la Comandante de la Sangre y heredera de la Sangre Nocturna de Becca Pramheda.

Había un ambiente de celebración, alivio y regocijo pero también de perdida y muerte.

Muchos de los guerreros de los Catorce Clanes que habían acudido al llamado de Azgeda no habían vuelto y habían encontrado la muerte allí dejando hasta su ultimo aliento en la dura contienda.

Todo había terminado por fin y no tenían la mas mínima idea de como la heredera de Heda lo había logrado pero el hecho en si era que lo había hecho.

De regreso en la imponente Torre de Polis, Yham algo herida y magullada, temía tener problemas por haber escapado a hurtadillas del templo para reunirse con la primogénita de Heda y avisarla a ella y a su madre de cuanto había visto en sueños.

La noticia de la muerte del príncipe heredero de Azgeda y consorte de Lexa, Roan había dejado a todos conmocionados en la Torre.

Nadie creía que iba a caer en batalla pero lo había hecho dejando un vacío de mando junto a la Comandante la cual ahora era la única regente de la prometedora y comprometida alianza entre sus pueblos.

Darshan se había enterado de la muerte de Keryon hacia más bien poco y no había dicho una sola palabra al respecto de pie junto a Yham, la Natblida Caminante de Sueños en una de las terrazas.

—¿Qué pasara ahora? —se atrevió a preguntar Yham en un susurro escuchando fuera sonar lo cuernos de la victoria—. ¿Le contareis a alguien lo que soy? ¿lo que hemos hecho?

—No, no lo haremos —respondió el Nohara viendo desde lo alto las multitudes colmar las calles venidas de todos los clanes trigedas—. Resultaría demasiado peligroso hacerlo.

Yham que se quedo callada al escuchar eso también miro hacia abajo notando la tristeza y la lejanía en Darshan.

—Siento mucho que les hayas perdido —dijo la Natblida viéndole cabizbajo y en silencio.

Darshan que trago al escucharla quiso alejar cualquier pensamiento por vago que fuese sobre ello.

—Quizás debimos ser mas rápidos —se lamento él con tristeza.

—Hicimos cuanto pudimos. Darshan. No te tortures por ello —le respondió la magullada Natblida dándole un suave apretón en el hombro a modo de apoyo antes de retirarse dentro dejándole allí a solas con sus pensamientos para ir a curar sus heridas—. Algunas cosas simplemente no pueden ser evitadas.

No había nada que pudiese hacer para consolarle por  sus muertes. 

Ellos sabían a lo que se exponían yendo a esa guerra y habían muerto tal como querrían hacerlo, luchando por una causa justa, salvando a su gente.

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 4... (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora