530. ¿Irreparable?

98 10 4
                                    


Algunas nubes dispersas en el cielo impedían ver del todo la pálida luz de la luna que recaía sobre los extensos bosques de Arkadia iluminando cada pequeño rincon.

El asentamiento, ha ido creciendo paulatinamente durante estás últimas semanas por el esfuerzo que tanto skykrus como floukrus le han dedicado, trabajando codo con codo para alcanzar la prosperidad en las tierras que les fueron concedidas por la Comandante de la Sangre en un tiempo anterior.

Esa era la cuarta o quinta noche que el crepitar de las hogueras en los patios exteriores de la nave, reunía a muchos de sus habitantes a la hora de la cena.

No, no era una celebración, puesto que no había nada destacable que celebrar.

Días atrás, la Heda de los Catorce Clanes había partido en dirección a Polis junto con ambas delegaciones, y con la idea clara de honrar a quienes valerosamente habían perecido en la dura batalla defendiendo las tierras trigedas en su nombre. Aunque para nadie era un secreto que una de sus máximas priopidades fuese reunirse al fin con su primogenita para así poder estar juntas.

Las cosas habían cambiado mucho en esos días de transición, muchos habían tenido tiempo de pensar en lo que había estado a punto de ocurrir, en lo que había ocurrido y en lo que ocurriría a partir de ahora.

Muchos eran conscientes de lo afortunados que eran al conservar a los suyos a salvo, mientras que el dolor inundaba a otros al haberlos perdido en esa injusta contienda.

¿Qué vendría ahora?

¿Qué nuevo acontecimiento inesperado o pesar rompería la calma nuevamente?

¿Podría la paz restablecerse por completo subsanando los errores pasado o aún existían pecados que expiar?

Diversas eran las cuestiones que flotaban en el aire volviendo tensa aquella merecida calma, y diversas eran las dudas, la incertidumbre que colmaba la mente de algunos de ellos.

Akeyla kom Floukru permanecía sentada en el borde de la rampa observando jugar a Jarek junto con otros niños a lo lejos abrazada a sí misma. Cerca de ellos había algunas mesas donde su gente compartía espacio y cenaban juntos al aire libre.

La fría brisa helaba un poco sus manos y la suave piel de su rostro pero eso no parecio importarle, estaba acostumbrada. Noches peores habían pasado en la plataforma. Aquel espacio, aquel clima era considerado casi una bendición para ella.

Aún así, acostumbrarse a él aún le llevaría algún tiempo como a todos los nacidos en medio del inclemente oceano.

Akeyla sintió como sobre ella recaía un pesado abrigo que la cubría, y como una pesada figura se sentaba a su lado. Ni siquiera tuvo que girar la cabeza para saber de quien se trataba.

—¿Podemos hablar o seguirás evitandome algún tiempo más? —se atrevió a preguntar su padre cautelosamente fijandose en ella y en como observaba a Jarek a lo lejos—. He tratado de encontrar el momento adecuado para poder...

La floukru que le escucho volvió la cabeza posando directamente sus ojos en él, que agacho la mirada.

—No te ha perdonado —dijo Akeyla con cierta tristeza en la voz refiriendose a su hermana Lexa—. Y quiero que sepas que yo tampoco.

—Keily, yo...

—No —le interrumpió ella quedandosele viendo largos instantes en silencio antes de asegurarse de que no le temblase la voz al hablar—. Yo... yo creía en ti, creía en ti papá. Creía que eras un buen hombre con un pasado doloroso y difícil. Creía que tu vida había estado llena de dolor, guerra y muerte. Creía que... que... —le resultaba difícil encontrar las palabras con las que poder expresar su decepción y la emoción embargo su voz—. Yo te admiraba, ¿sabes? Yo... yo veía cuanto nos querías, cuanto te esforzabas por nosotros y lo apreciaba.

Zaffron que agacho la cabeza sabiendo que ante aquello no podía reprocharle ni decir nada, guardo silencio.

—Ahora que sé la verdad, ahora que he descubierto quien eras realmente, me va a llevar algún tiempo aceptarlo —reconoció ella sintiendo sus ojos humedecerse antes de apartar la mirada de él.

Zaffron que alargo la mano para ponerla sobre la suya, la sintió apartarse y aquello le dolió mucho, mirandola con decepción de si mismo.

—Debes entender que yo entonces era... era otra clase de persona, era un hombre cobarde y distinto pero he cambiado, lo he hecho y lo he hecho por vosotros —quiso transmitirle el ex-guerrero con la voz quebrada.

Akeyla que escucho aquello no pudo evitar mirarle reteniendo las lágrimas con una amarga sonrisa.

—Pero no lo hiciste por ella —murmuró la floukru con pesar necesitando que entiende ese dolor que tenía—. Podrías haberlo hecho, podrías haberla ayudado en su momento y en lugar de eso te escudaste en otras cosas y huiste. La dejaste sola.

—Lo sé, y me arrepiento de ello. No sabes cómo me arrepiento, no sabes lo mucho que me odio por ello pero eso es algo que aunque desearía, no puedo cambiar —se sincero él tratando de hacerla comprender cuan arrepentido estaba de sus actos pasados.

Keily que aparto el rostro nuevamente no quiso que la viese llorar y se llevó el dorso de la mano a la nariz para retener las lágrimas. El solo hecho de pensar en todo lo que su hermana mayor había tenido que pasar en su infancia a manos de su madre y de su mismo padre, hacía que le doliese el corazón.

Zaffron alargó la mano colocandola en su espalda a modo de consuelo y a punto estuvo de decir algo más pero algo en su interior le insto a guardar silencio.

—Oh, Keily...

Ella tan solo se encogió ante aquel contacto y sacudió la cabeza cerrando los ojos mientras las amargas lágrimas rodaban en silencio por su cara, estaba tan herida por aquello qué no sabría decir si en algún momento de su vida lo iba a perdonar.

El que Lexa le indultase había supuesto una sorpresa para ella, en cierta medida un alivio pero también un incomprensible pesar.

Había cosas que desconocía por completo, otras que ahora preferiría no conocer pero el daño ya estaba hecho y aunque se había querido mantener firme por sus hermanos y su bebé, encontrarse cara a cara con aquel rostro que tanto cariño y cuidado le había proporcionado en el pasado, lo único que hacía era recordarle lo estúpida, ingenua e ignorante que había sido la gran mayoría de su vida.

Puede que todo estuviese destinado a suceder así, quizás todas esas pequeñas acciones eran lo que les había conducido a terminar de aquella manera pero por el momento, tolerar su presencia era todo cuanto le podía ofrecer.

Querría ser otra clase de persona, alguien mejor pero al fin y al cabo, era humana y ella también sentía aquella traición.

El tiempo pondría a cada uno en su sitio.

Si, quizás el tiempo diría...

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 4... (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora