La blanca Nación del Hielo lucía yerma y solitaria pensó Aranae kom Trishana Kru mientras avanzaba por ella en su imponente montura seguida del ejercito de su clan formado por cuatrocientos hombres y del clan Delphikru conformado por unos doscientos setenta más.
Habían sido los primeros en atravesar el Paso del Eden y habían puesto rumbo al norte de Azgeda. A medida que la tarde avanzaba tenían previsto llegar a Mistra Sa'rayah la capital de Azgeda antes de que la noche cayese.
Otro de los salvajes trakaras la vio hacer eso y grito corriendo velozmente hacia ella con su hacha en alto aprovechando que Ontari se agachaba tomando a Roan de su chaleco para ver la gravedad de su sangrante herida y cuando esta se volvió apenas tuvo tiempo a nada mas que a esperar el golpe de gracia levantando su brazo para cubrirse el rostro, pero el trakara prendió en llamas con un desgarrador grito cayendo al suelo.
Varios gritos se fueron elevando en el cielo y alarmada, Ontari volvió la cabeza viendo como cada guerrero trakara que luchaba contra los trigedas surgía en llamas consumiéndose desgarradora e inesperadamente frente a sus oponentes y no supo ni entendió lo que pasaba.
Aranae palideció ante las vivas llamas del guerrero trakara frente a ella retrocedió espada en mano temerosa y desconcertada.
Aden la busco a lo lejos con la mirada y en su lugar encontró a Octavia, Canciller de Arkadia con la espada clavaba en el pecho de uno de los llameantes trakaras con furia y horror en su cara.
Derrick cayo al suelo hacia delante soltando su espada mientras cubría su cabeza con sus manos al sentir a los trakaras prenderse en llamas al atacarle para su sin sentido y su sorpresa.
La respiración entrecortada de Yham en la montaña sentada rasguñada sobre la manta y con la palma de su mano aun sangrante se acelero mientras Darshan colocaba su mano tras ella ayudándola a incorporarse mirando ambos horrorizados hacia el borde de la alta ladera.
Halena kom Kongeda, primogénita de la Comandante de la Sangre, heredera de la Coalición, indiscutible Anorah y por tanto despiadada Wadesha permanecía herida en el borde de la montaña viendo como abajo sobre capas y capas de helada nieve, sangre y muerte, los trakaras restallaban en llamas frente a los guerreros trigedas en cada rincón del helado páramo hasta alcanzar no solo la Fortaleza del Hielo sino los barcos apostados a lo largo de las gélidas costas flotando en sus frías aguas.
Rashesh que estaba de pie no muy lejos suya la observaba atentamente expectante viendo como la Anorah extendía su mano hacia el helado paramo deteniendo la implacable batalla con la sangre corriendo por su abierta espalda, los cortes en su cara y en desnuda piel bajo la ropa.
Lo que percibía el Nohara en ella le mantenía a prudente distancia, la vida de la diosa se había consumido bajo la mano de la traicionera Wadesha y esta había absorbido no solo parte de su poder sino su oscura alma, cosa que le permitía llevar acabo lo que estaba haciendo con ellos.
Había diezmado a aquel pueblo en unos pocos minutos, destruyéndoles sin estos pudiesen hacer nada para evitarlo.
Ina Anak había desaparecido al fin dejando tras de si un rastro de horror, terror y muerte pero el ser que se había abierto paso desde el Otro Lado hasta esta realidad, no estaba seguro de que fuese del todo Halena, la poderosa Anorah que él se había encargado de enviarla a vencer y con la cual, se había terminado aquella guerra.
Continuara...
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Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 4... (#TheWrites)
Fanfiction#1º Premio The 100 Awards 2016. #Premio Prime 2017 Distinción Fluidez En La Trama. #1º Premio Fanfic PremiosParati17. #Nominación Triologías Premios Pluma 2017. #3º Premio Fanfic Saturno Awards 2019. Una guerra se avecina, la diosa Ina Anak no se de...