Lindsay
Me quité el vestido de las estrellas con mucho cuidado y lo colgué en mi armario. Luego guardé los zapatos en su sitio y me puse la camiseta de Kevin y un pantalón largo, de pronto tenía frío. Metí los pies en unas zapatillas suaves y fui al baño a quitarme el maquillaje.
La puerta del baño que comunicaba este con la habitación de Kevin estaba abierta. Suspiré y fui a regañarle, era un coñazo tener que ir detrás de él cerrando todas las puertas. Sin embargo, cuando crucé a su habitación, me lo encontré haciendo la maleta. Y lo último que necesitaba, era otro abandono aquella noche.
—¿Dónde vas? —pregunté.
Kevin se dio la vuelta sobresaltado hacia mí. Aunque se tranquilizó al instante, pero no me sonrió ni nada. Se cruzó de brazos y sus bíceps musculosos se marcaron el doble de lo normal.
—¿Qué quieres, Lindsay?
—Saber dónde vas —murmuré, y se me llenaron los ojos de lágrimas
No me había sentido tan confusa desde que el año anterior había tenido que elegir entre vivir en Madrid o Nueva York y no quería que aquello volviese a salir tan mal.
—Me buscaré un piso y otro trabajo. Seguiré estudiando la carrera, porque es una buena oportunidad para mí, pero no voy a seguir torturándonos así. —Nos señaló con un gesto.
—¿Vas a buscarte otro piso un domingo a las diez de la noche? —pregunté con un puchero.
No quería que se fuera y quería saber que Mason no me quería solo por mi dinero. Me sentía tan dividida entre los dos... Quería a Kevin, aún, pese a todo, no podía engañarme, le quería. Era mi amor prohibido, el de por las noches, bajo las estrellas. Pero Mason debía ser un amor para cada día del resto de mi vida, ¿no? Era de fiar, o eso pensaba antes. No se cansaría de mí y se enrollaría con Stesha...
—Me iré a un hotel esta noche. No al de tu padre, claro. Me buscaré la vida. No te preocupes por mi... —Me sonrió burlón—. Es verdad..., que solo fui tu paño de lágrimas.
—Cada noche, antes de dormir, me siento en el sillón de abajo, con todas las luces apagadas y miró las estrellas sobre el Central Park —murmuré—. Y es el único momento en el que me permito recordarte.
—Linda... —gimió dolorido.
—Pero me rompiste el corazón, Kevin. Yo iba a quedarme contigo y te vi besándote con Stesha. Y eso podría haberlo soportado, pero no hiciste intento de explicármelo. Pensé que me querías fuera de tu vida. Volver a Nueva York es lo más difícil que he hecho jamás, y pensaba que no lo superaría. Al principio, cuando Vicky estaba aquí, era casi fácil, pero, cuando me quedé sola, fue una pesadilla.
—Lo siento... —murmuró, pero no le dejé seguir hablando.
—Pensé que no volveríamos a vernos y que lo nuestro, si es que había habido un «lo nuestro» jamás sería otra vez. Miraba las estrellas y lloraba cada vez que lo hacía, Kevin. Porque yo te quería muchísimo y tú me diste la patada. Y me convencí de alguna forma de seguir adelante. Me levantaba procurando ser mejor que el día anterior. Cada mañana me iba al parque a correr, cómo tú me enseñaste. Una mañana conocí a Mason haciendo ejercicio. Empezamos a correr juntos y a hablar. Una noche me di cuenta de que podía pensar en ti y no llorar. Te quiero aún, Kevin, y te querré siempre. Y quiero a Mason. Y me da miedo que lleves razón, porque quiero casarme con él.
Kevin se acercó a mí y me secó las lágrimas con los pulgares. Me miró muy cerca a los ojos y yo sentí el corazón latiéndome de forma dolorosa contra el pecho. Por un segundo pensé que iba a besarme, pero no lo hizo.
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Tu nombre en las estrellas - Bilogía Estrellas 2 - *COMPLETA* ☑️
RomanceKevin no ha podido superar la marcha de Lindsay, pese a que ya hace un año. Esta vez, él es su propia causa perdida. Lindsay, sin embargo, ha retomado su vida aplicando todo lo aprendido en Madrid. Victoria ha decidido que hay más vida tras Stesha...