31.- Fin del juego

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Victoria

Sentí la presión muy ligera en los dedos y, cuando alcé la cabeza, me encontré a Stesha mirándome con los ojos entrecerrados.

—Eh, ¿estás bien? —pregunté, levantándome de la butaca dónde estaba sentada para acariciarle la frente.

Sus padres, que estaban apoyados en la pared de enfrente, no tardaron en acercarse también. Stesha nos miró parpadeando, y luego se llevó la mano al vientre.

—¿Me oyes, Stesha? —preguntó Abram, entrando a la sala privada del hospital. Sty asintió un poco y luego me dirigió una media sonrisa.

—Lo siento mucho, Stesha, es culpa mía.

—No digas tonterías —gimoteó un poco—. ¿Me voy a morir? —preguntó a Abram, que se puso a mi lado para comprobar que todo estaba en orden.

—Claro que no. La incisión...

—Olvídate de la jerga médica, que de todas formas no la voy a entender —pidió ella, recostándose un poco mejor y cerrando los ojos—. ¿Sobreviviré?

—Sí, Sty. Te pondrás bien, pero han tenido que extirparte el útero por complicaciones en la...

—Que no quiero saber los detalles médicos —se quejó otra vez—. ¿Puedo vivir sin útero?

—Sí, pero no podrás tener hijos.

—Pues mira tú —resopló un poco—. Creo que ya había elegido un modo de vida que lo complicaba un poco...

—Bueno, había y hay otros medios —explicó Abram—. Pero tampoco creo que sea momento de hablar de eso. Tendrás que estar aquí un par de días. En cuanto estés mejor, pediré que te trasladen a mi clínica. ¿Vale?

—Claro. ¿Por qué tienes esa cara de culo? —me preguntó.

Yo llevaba llorando desde que me había enterado de lo que le había pasado. Así que seguramente esa sería más o menos la cara que tenía.

—Porque ha sido por mi culpa, si no te hubieras metido a defenderme...

—Entonces es mi culpa, ¿no? Papá —Alex se acercó enseguida—, dile a esa tonta del culo lo que hacemos en esta familia por la gente que queremos —bromeó un poco—. ¡Eh, ¿qué haces?!

Abram estaba trasteando con las bolsas de medicación y el grito de Sty nos hizo mirarle. Él, sin embargo, se lo tomó con calma.

—Te subo el goteo, para que no te duela, relájate.

—¡No me duermas otra vez! —se quejó.

—Tranquilízate, Sty —ordenó su madre, acariciándole el brazo un poco.

—¿Cuánto tiempo llevo aquí? —preguntó entonces, tratando de sentarse o levantarse o algo.

—Un día y pico —respondí.

—¿Y el juicio?

—Dado los acontecimientos han decidido darte un indulto —explicó su padre—. Aún no saben de dónde salió la navaja, ha venido un policía un par de veces, supongo que querrá hablar contigo.

—¿Y tu hermano y Lindsay? ¿Y la familia del director? —me interrogó Stesha.

—Los soltaron después de que te declarasen inocente o lo que sea —expliqué.

—¿Y Kevin? —insistió.

Crucé la mirada con Abram y sus padres. El médico nos había dicho que no la alterásemos, pero supuse que no se iba a tranquilizar mucho sin saber de Kevin.

Tu nombre en las estrellas - Bilogía Estrellas 2 - *COMPLETA* ☑️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora