Victoria
Me giré como pude sobre la moto, para ver quien se había subido detrás de mí. Alguien le pasó un casco a Stesha, que no tenía ni idea de cómo había llegado hasta allí.
—¡Bájate! —ordené.
—Ni de coña, morena. Si vas a hacer el gilipollas, yo soy una experta.
Se colocó el casco y yo agité la cabeza, mirando hacia delante de nuevo. Tampoco podía regañarla, porque no sabía cuál de las dos estábamos más loca.
Había pasado toda la semana tratando de no pensar en la carrera ilegal, no era buena idea, era peligroso y arriesgado. Además de caro. Tenía dinero ahorrado, así que podía permitírmelo, pero era tirarlo, ¿no?
Y pese a que me había dicho una y otra vez que no iba a ir, cuando llegó el día de la carrera, le había cogido las llaves del garaje a mi padre, y no había podido evitarlo. Era como si la moto me llamase, incluso había estado soñando con ella. La echaba de menos, así que, pese a que había intentado hacer vida normal, incluso había salido a cenar un par de veces con Gema y había ido a entrenar con Stesha el resto de tardes, la moto había ganado.
Lo que no sabía era como Stesha sabía dónde estaba. No había contado a nadie que había cogido la moto, así que solo se me ocurría que me hubiera seguido, o algo parecido. Una chica medio desnuda nos hizo un gesto para que nos preparásemos, y yo le di gas a la moto. Me preocupaba un poco el peso añadido, no estaba acostumbrada a ella.
—¡Agárrate, rubia! —le grité sobre el ruido.
La oí reír a mi espalda, y solo pude sonreír como una idiota. Aceleré cuando dieron el inicio a la carrera, y me colé entre las dos motos de mis lados que trataron de cortarme el paso un poco, para hacerme frenar. Oí a Stesha gritar a mi espalda, y luego se rio otra vez.
Aceleré más, esquivando a un nuevo motorista que intentó adelantarme malamente por la derecha. Stesha me apretó más fuerte y me pareció que se acojonaba un poco, pero a mí me gustaba aquello, me sentía tan... libre. Me hubiese gustado extender los brazos a los lados para disfrutar del aire contra mi cuerpo, pero supuse que no podría mantener la dirección.
Entrecerré los ojos al ver que el camino se metía por un callejón estrecho, con el hueco justo para la moto. Tenía un competidor justo delante, que frenó un poco para entrar por el hueco. Si yo frenaba no podría adelantarle en un rato y me iría comiendo su mierda, y si aceleraba para adelantarle a lo mejor no podía entrar por el callejón a tiempo.
Al final, decidí que no quería ir detrás de nadie y aceleré en lugar de frenar. Me pareció que Stesha me gritaba algo, pero no podía oírla con el latido de mi propio corazón en mis oídos.
Por un segundo, pensé que la había cagado, fue como si el tiempo se ralentizase a nuestro alrededor y el palpitar de mi corazón era lo único que podía oír, por encima del ruido de las motos o del aire. Tuve que inclinar todo mi peso hacia un lado y rocé aun así el retrovisor contra la pared, que soltó chispas. Pero logré mantener el equilibrio, y cruzamos por el estrecho callejón.
Solté una carcajada aliviada cuando salimos por el otro lado, y me pareció que Stesha reía también, aunque quizá me estaba gritando, no podía saberlo. Después de aquello, fue facilísimo. El del callejón iba el primero, así que atravesamos las primeras la línea de meta y cuando paré más allá de la llegada, Stesha se bajó de un salto casi y se quitó el casco.
—¡Estás loca! —me gritó, pero se le escapó una sonrisa.
Yo me quité el casco también, y lo apoyé en la moto antes de tirar de su chaqueta y pegarla a mí para juntar nuestros labios. Sentía la adrenalina a tope y necesitaba... Quería a Stesha.
ESTÁS LEYENDO
Tu nombre en las estrellas - Bilogía Estrellas 2 - *COMPLETA* ☑️
RomanceKevin no ha podido superar la marcha de Lindsay, pese a que ya hace un año. Esta vez, él es su propia causa perdida. Lindsay, sin embargo, ha retomado su vida aplicando todo lo aprendido en Madrid. Victoria ha decidido que hay más vida tras Stesha...