Victoria
—Es tarde, deberíamos volver —me dijo Ricky, porque llevábamos mucho rato sacando a Sisi, y la pobre llevaba más de diez minutos sentada a nuestro lado con la lengua fuera.
Yo asentí y me puse de pie, pero tenía la cabeza tan revuelta que no podía pensar con claridad. Sujeté la mano de mi mejor amigo y le besé sin darle tiempo a apartarse. Él se retiró después de un par de segundos, pero me dio igual, no sentí nada.
—¿Qué haces, Vick?
—Definitivamente soy lesbiana... Y solo me gusta Stesha.
Me dejé caer de nuevo en el banco y enterré la cara entre las manos, apoyando la cabeza en el respaldo. Ricky suspiró y se sentó a mi lado.
—¿Por qué te resistes tanto? Si sabes que te gusta... Deja de besar a gente y díselo a ella —ordenó mandón.
Le había contado de mis experimentos besando a Gema y a Stesha.
—Pero ella no lo tiene claro y se besó con mi hermano.
—Victoria, eres mi mejor amiga, pero te voy a decir una cosa: eres la única adolescente que tiene algo claro.
—No es verdad —me quejé, levantándome otra vez—. Alguno más habrá.
—Ya, pues yo no los conozco. ¡Dile que te gusta y deja de dar por culo! Y, si me permites el comentario cruel, déjame decirte que tú has hecho exactamente lo mismo que ella. Por aclararte, te has besado con dos personas, ella se besó con solo uno... Que sea tu hermano, no lo hace más o menos malo.
—Eso lo dices tú. Vamos, anda, antes de que vuelvan a castigarme. —Suspiré levantándome y le puse la correa a Sisi de nuevo.
Ricky me acompañó hasta mi casa, él vivía a un par de calles de distancia, y aunque le aseguré que no hacia falta, no me dejó sola. Me dio un beso en la mejilla cuando llegamos y yo me despedí con un gesto de la mano. Me sorprendió lo tranquila que estaba la casa cuando entré, y solté a Sisi que corrió por todas partes en busca de mis padres.
Estaban cuando me había ido, pero ahora todo estaba apagado. Encendí la luz del salón al entrar, y entonces, casi me dio un infarto al ver a Stesha sentada en el sofá.
—¿Qué mierda hacías a oscuras? —me quejé, sujetándome el corazón.
Sisi estaba intentado escalar por sus piernas y Sty le acariciaba la cabecita con aire distraído, pero sin cogerla.
—Esperarte. Mis padres me han dejado aquí para que me cuidasen los tuyos, porque se iban de fiesta, o algo. Y, en un dramático giro de los acontecimientos, tus padres se han ido después a cenar con tus tíos. Y como sigo castigada sin móvil, tampoco podía avisar a mis padres. He caído presa de las circunstancias —bromeó finalmente.
—Pobre tú —me burlé—. ¿Sobrevivirás a este drama?
—No creo. —Se apoyó una mano en el pecho y se tumbó en el sofá con los ojos cerrados.
—¿Has cenado, rubia? —pregunté, riéndome un poco.
—No, ¿me vas a cocinar? —bromeó, levantándose de nuevo.
—Tengo la esperanza de que mis padres nos hayan dejado algo —reconocí, yendo a la cocina.
Abrí la nevera, mientras Stesha rebuscaba por los armarios. Iba a decirle que no habría nada para cenar ahí, pero así la tenía entretenida. Di con unos filetes que estaban fritos ya, y los metí en el microondas, mientras Sty se comía un puñado de cereales.
—¿No puedes esperar un minuto y medio? —me reí.
—No, morena, tengo hambre.
Le quité los cereales cuando iba a coger un nuevo puñado y los guardé en el armario. Ella me miró fijamente. La había acorralado sin querer entre la encimera y mi cuerpo, pero, que conste, que había sido solo para que no se llenase con los cereales. Iba a apartarme, pero Stesha me sujetó de la cintura y pegó sus labios a los míos con suavidad.
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Tu nombre en las estrellas - Bilogía Estrellas 2 - *COMPLETA* ☑️
RomansKevin no ha podido superar la marcha de Lindsay, pese a que ya hace un año. Esta vez, él es su propia causa perdida. Lindsay, sin embargo, ha retomado su vida aplicando todo lo aprendido en Madrid. Victoria ha decidido que hay más vida tras Stesha...