13.- Sin lugar en el mundo... Otra vez

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Lindsay

Después de firmar la separación de bienes, que me había dejado mal cuerpo, Mason me había invitado a pasar la mañana con él y comer juntos. Así que salimos por allí a pasear.

Y no conseguí quitarme la sensación de desasosiego en toda la mañana. No estaba muy segura de si había sido por ver la cara de decepción que Kevin había tenido todo el tiempo, o porque había algo en todo el papeleo con Mason que no me convencía.

En realidad, yo no quería pedirle ayuda a Kevin, pero al llamar por la mañana a mi padre para que me dijera que hacer, necesitaba que alguien más listo que yo lo viese, él me dijo que fuera con él. Y cuando intenté convencer de que no era buena idea, empezó a hacer preguntas que yo no sabía cómo responder. Y me pareció menos malo preguntar a Kevin que seguir soportando el interrogatorio.

Y luego me había arrepentido, porque estaba claro que Kevin ya no quería saber nada de mí. Y eso volvía a convertirme en la persona que siempre estaba en el lugar equivocado. Ahora vivía con él y no quería verme y me iba a casar con Mason y no sabía si me estaba intentado estafar.

—No me encuentro bien, Mason —le dije, tras acabar de comer. En realidad, apenas había picado de mi ensalada sin ninguna gana—. Me voy a ir a casa.

—Deja que te acompañe. ¿Quieres ver a un doctor?

—No, solo necesito dormir.

Aun así, dejé que me acompañase, porque sería más rápido que discutir. Mi chofer nos llevó hasta el piso que compartía con Kevin, aunque me planteé mucho pedirle ir a casa de mis padres o de mi abuela. ¿Cómo podía estar sin un lugar en el mundo otra vez? Era como volver a aquel yate flotando a la deriva, o a rehabilitación, o cuando mis padres me dejaron en Madrid...

Se me llenaron los ojos de lágrimas y me los sequé antes de que Mason se diese cuenta. ¿Cómo iba a decirle que de pronto me sentía desolada y que él no podía consolarme? Salté prácticamente del coche en cuanto llegamos y Mason me sujetó de la mano, entrelazando sus dedos con los míos.

—Me quedaré contigo hoy, ¿te parece bien? Quiero asegurarme de que estás bien.

Me dio un beso en la frente y me reconfortó un poco. Quizá ahora no tenía un lugar para mí, pero lo tendría junto a Mason, ¿no? Era lo que quería, lo que llevaba planeando seis meses. Seríamos felices juntos. Lo habíamos sido hasta que Kevin había vuelto.

Yo apreté un poco más fuerte su mano y dejé que me acompañase hasta casa. Me sentía realmente enferma, quizá había cogido algún virus o algo. En cualquier caso, solo quería dormir.

Abrí la puerta de casa con un suspiro, soltándome de Mason para poder hacerlo, y cuando entré al salón, me encontré a Kevin abrazado a una chica con fuerza.

—Necesitaba mucho esto —aseguraba él.

Yo cerré de un portazo para llamar su atención, después de que Mason entrase al piso. No podía creerme que yo estuviera rayada por lo que Kevin me había dicho, y que él estuviera con otra. ¡Con motivo me había dicho que pasaba de mi culo!

Pero, ¿cuándo había pasado aquello? No lograba entender cuándo había tenido tiempo para conocer a otra tía. Si no habíamos pasado tanto tiempo separados... A no ser que ya la conociera de antes. O quizá era de la universidad. ¿Era la tía con la que se había emborrachado el día anterior? ¿Se la tiraba?

Sentí que se me llenaban los ojos de lágrimas otra vez y para colmo, ese idiota ni siquiera había soltado a la chica. Se habían girado hacia nosotros, pero seguía teniendo un brazo sobre los hombros de ella, y sonreía como si fuera muy feliz de golpe.

Tu nombre en las estrellas - Bilogía Estrellas 2 - *COMPLETA* ☑️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora