Solo Es Cuestión De Tiempo ; C.R.O (Segunda Temporada)

XVIII

- Ju ¿estás bien? – mi amiga preocupada le habló.

- ¡Es ella! – dijo parándose esta vez se la veía mejor. Yo solo miraba la escena unos dos metros a la distancia.

Una hombre en el escenario anunciando otro artista volvió loca a la gente haciendo que comenzaran a acercarse con empujones y demás al escenario.

Era tanta la gente que me llevó apartándome de mi amiga.

Comencé a intentar pasar entre las personas para volver a salir y fue como una misión imposible.

Al lograr salir de la multitud en la otra punta de donde se encontraba mi amiga con la cantante me decidí a volver al lugar pero mi atención se concentró en una chica. La cual se encontraba sentada en el piso en un estado que supuse era de ebriedad total, rechazando o negándose a unos tipos.

Me acerqué al grupito totalmente decidida a hacerlos echar si era necesario.

- ¿Qué pasa acá? – dije al llegar a ellos – ¿Estás bien? – le hablé esta vez a la chica.

Ella me miró e intentó hablar pero la voz del chico que agarraba fuerte su brazo la interrumpió.

- Mira flaca, no te metas.

- Si, toca pa allá, ¿nunca te enseñaron a no meterte donde no te llaman?

- Me meto porque puedo, quiero y esta situación es extraña. Déjenla hablar a ella – me arrodillé junto a ella – ¿Estás bien? ¿Vos queres ir con ellos, los conoces? – indagué. Pero la chica estaba tan alcoholizada que no pudo ni contestarme.

- Ya esta, nos vamos – acotó uno de los tres pibes agarrándola del brazo y tironeando para que se levantará.

- Para estúpido, no ves que no puede ni caminar – la saqué de su lado.

La chica se acercó a mi oído y logró pronunciar cuatro palabras que me hicieron saber que tenia que ayudarla y no dejar que nada le pasara.

- No me dejes sola – después de decirme esto se apegó a mi.

No sabia que hacer, estaba con tres tipos queriéndose llevar a una mina, la mina totalmente drogada y borracha en un estado sin consciencia alguna.

Estaba sola y lo que mas bronca me daba es que nadie hacia nada. Nadie vino a ayudar ni a preguntarnos si quiera si estábamos bien o si necesitábamos ayuda.

- No se la van a llevar – dije totalmente decidida.

- No jodas wacha es amiga nuestra.

- No me importa, ella me dijo que no la deje sola y es lo que voy a hacer, si no se toman el palo llamo a seguridad para que los saquen.

Quería acusarlos los tipos de seguridad pero lo mejor que podía hacer ahora es hacer que la chica recobre el sentido. Ayudarla, que no le pase nada y llamar a sus padres, porque se notaba de lejos que la chica era menor.

Los pibes diciendo cosas por lo bajo se fueron sin decir nada más, hijos de puta.

Caminé con la chica a la salida del boliche, me saqué los zapatos y caminé con ella hasta el cordón de la vereda.

Le conté la situación a unas chicas las cuales me ayudaron a subirla al taxi e incluso una chica quiso acompañarnos. Obviamente algo desconfiada, y si, era de esperarse uno ya no puede confiar en nadie.

Al llegar a mi casa las hice pasar, dejé la llave sobre la mesita y recostamos a la chica en  el sillón.

- ¿Qué hacemos? – preguntó la chica que me acompaño, Ludmila.

- Vamos a esperar un rato y si no se despierta hay que llamar al medico, respirar respira bien.

- ¿Tenes alcohol?, capaz si le hacemos oler un poco se pueda ir despertando.

- Dale busco, ¿la conoces a la chica? Su nombre algo…

- Si, va a mi curso pero nunca hablamos… no nos llevábamos muy bien, se llama Candela.

- Bueno espérame acá – fui a botiquín del baño, saqué la botellita de alcohol y mojé un algodón con el.

Volví con las chicas a la sala y me acerqué a la chica la cual estaba inconsciente.

- Toma – le di el algodón y ella comenzó a pasarlo bastante cerca de la nariz de candela.

- Parece que esta funcionando – dijo Ludmila al ver que la chica comenzaba a despertar. Mi celular comenzó a vibrar en la mesa.

- Bueno, trata que se despierte y te de el numero de los padres por favor, ya vuelvo – dije y fui a atender a la cocina.

- Tami, ¿dónde estas? – habló Gabriela del otro lado de la línea. Podía escucharse un lejano bullicio.

- Gabi estoy en mi casa con unas chicas, tuve un problema. Después te cuento.

- Decile que quiero hablar con ella – se escuchó otra voz femenina.

- ¿Con quién estás? – pregunté.

- Tami estoy con Juli, quiere hablar con vos. Necesita hablar con vos, es urgente dice.

- Bueno Gabi otro día, ahora no puedo.

- Hola, Tamara, necesito hablar con vos – la voz femenina de antes volvió a escucharse.

- ¿Quién habla? – pregunté confusa.

- Julieta soy, nos vimos hoy. Es importante, tengo que hablar con vos por favor.

- Si no te conozco, ¿qué querés hablar conmigo?

- Es sobre vos, es importante… necesito sacarme una duda – seguía con el misterio.

- Habla clara – dije ya cansada.

- Creo que sos una vieja conocida, necesitamos hablar, de tu pasado.

Algo en mi pecho comenzó a crecer, algo que no estaba muy segura de que fuera, si era miedo por no saber que era lo que me esperaba escuchar.

Alegría porque al fin alguien sabe quien soy y tal vez así encuentre a mi familia, mi nombre, mi edad mi identidad.

O si era bronca porque justo ahora Santiago no esta conmigo, más la discusión que tuvimos anoche. Tal vez todas.

Mis manos comenzaron a sudar y por un momento tuve que agarrarme de la mesada ya que me había bajado la presión.

- Ey, ¿me escuchas? – volví a la realidad.

- Si, acá estoy… perfecto… mañana a la tarde nos encontramos para hablar si queres.

- Si, puedo, mañana en la plaza de la estatua esa enorme. ¿Te ubicas cuál es?

- Si si, la que esta en frente del shopping, ¿puede ser?

- Esa misma, a las seis ahí… te espero.

Cada vez nos acercamos más y más al boom.
Chan chan chan chaaaan
Se vieneeeeeee ahre