XXVI

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La mirada de Santiago viajo desde mi cara hasta el volante del auto mientras intentaba que arrancara. Salió del auto impaciente y levantó el capó, lo seguí y al salir del auto el viento frio despeino mi pelo.

- Amor… - llamé su atención.

- Qué carajos le pasa a esto a ahora – dijo mirando el mecanismo del auto ignorando mi llamado.

- Santi… - volví a hablar.

- Encima no entiendo nada de esto, lo voy a tener que llevar con el mecánico – pensó en voz alta y tocó alguna parte la cual hizo que chillara – ¡Pero la re puta madre! – exclamó y llevó su dedo a la boca haciendo gestos de dolor.

- ¿Qué te paso? ¿Estás bien? No toques si no sabes amor…

- Es que algo le pasa y quería solucionarlo y ¡agh! que mierda.

- Mejor dejemos la salida para otro día – dije comprensiva y por un momento dude si era momento de comentarle mi charla de ayer con Tomás.

- No es justo – irritado cerró fuerte el capó y me miró – Vamos adentro, esta haciendo frío – asentí y lo seguí.

Nos adentramos a la casa y seguí sus pasos hasta el sillón dónde se tiró frustrado.

- Amor… - llevó su vista a mi.

- ¿Qué pasa?

- Quería hablarte de algo – dije titubeante y en ese momento creo que se dio cuenta que quería hablar de algo en serio porque se incorporó sentándose derecho y me miró con cierta preocupación.

- Decime – su penetrante y fija mirada estaba en mi, tratando de indagar de que se trataba o tal vez era mambo mío de lo asustada que estaba al tratar de proponerle algo que era sabido de antemano que iba a negarse.

- Ayer viste que fui con el especialista que va a tratarme, el se especializa en casos como el mío ya que lo vivió de forma muy personal.

- Si, no me contaste nada vida, ¿cómo te fue? – acomodó un mechón de pelo detrás de mi oreja y me miro expectante.

- Bien… pero no es de eso de lo que quiero hablarte, o sea si, en parte si es sobre eso pero no tan así… - comencé a enrollarme – lo que quiero decir es que si un especialista, recibido con matricula y demás puede decirte o recomendarte mejor dicho que hay que hacer en algunos casos.

- Tam… al punto – dijo y ladeó su cabeza.

- O sea, por ejemplo él me dijo que lo mejor era que si quería recordar mi pasado debía volver un poco a lo que era mi rutina diaria antes del accidente… en parte obviamente no voy a ir y retomar todo lo que ya perdí – hice una pausa y él arqueó una ceja. Abrió la boca para hablar pero le corté – Me dijo básicamente que debía codearme mas con ellos, que eran como mi familia y que iba a tener algún tipo de desbloqueo, que iban a saber como ayudarme e ir uniendo las piezas de mi vida – finalicé.

Él esperó unos segundos y al ver que no iba a decir más habló.

- A ver, ¿lo que vos me estas queriendo decir es algo así como que queres pasar más tiempo con tu ex pareja y con sus amigotes?

- No… no específicamente… y no son amigotes, son familia…

- Ay por favor Tamar…

- ____ - le corté - Me llamo ___ Santi – corregí.

- Perdón, ____ - hizo énfasis en mi nombre – A lo que iba es que es lo que ellos te dijeron, no sabemos si es tan así.

- Yo lo siento, acá – llevé las manos a mi pecho – Y quiero acordarme de ellos, de quienes son y siento, es más el doctor me dijo que si no me abro a ellos, que si no me doy el tiempo de conocerlos quizás nunca vuelva a ser lo mismo.

- ¿Entonces?

- Quiero que vayamos a vivir con ellos ahí, en su casa y que nos abramos a conocerlos…

- ¿Vos me estas hablando en serio o es una joda esto? Porque no puedo creer que esto sea cierto. ____ por mi anda, velos, es tu vida… pero tampoco para irnos a vivir ahí – se río - Pensar que el otro día te lo planteé y me dijiste que no, que como iba a exagerar y demás.

- Yo no lo planeé, tampoco es algo tan malo amor, vamos a vivir juntos igual.

- Con miles de personas más.

- Por favor – rogué.

- No ___, no.

- Hacelo por mi, por favor – lo tomé de sus cachetes – Me ayudaría muchísimo Santi…

- Hacemos unos días de prueba y si no me gusta yo me voy, y vos si queres te quedas, o como quieras. Es todo a lo que puedo acceder por mi, una semana.

- Perfecto, una semana – lo abracé contenta –¡Gracias amor, gracias!

- Está bien – dijo no muy convencido.

***

Armábamos los bolsos con ropa al compas de Aerosmith y una que otra canturreada mal pronunciada por parte mía.

Emocionada por la nueva experiencia que iba a vivir guardé entre tarareos todas mis cosas en  bolsos mientras Santiago trataba de ocultar su mal humor debido a que no le apetecía nada ir a vivir allí.

Salimos con los bolsos en mano a esperar el remis para dirigirnos a nuestro nuevo hogar.

La verdad es que yo me sentía bastante bien, iba a ser una nueva y gran experiencia, había encontrado a mi familia y era algo que me emocionaba bastante. Porque la peor parte dónde me encontraba llena de emociones confusas ya había pasado, o eso creo.

De mi familia biológica por ahora no sabia mucho, solo que mi madre había fallecido y que mi padre era un estúpido, o lo sigue siendo tal vez por ahí.

Sentía muchísima curiosidad de saber quien eran y como eran, más de mi madre que ya no tendré la oportunidad, pero una fuerza mayor me gritaba anda a buscar a tu papá.

Nos tomamos el auto que nos llevaría a destino y no pude evitar no ver la terrible cara de culo de Santiago.

Al llegar a la casa Santiago pagó y yo bajé del auto, luego el me siguió.

El hombre nos tendió los bolsos que guardaba en el baulero del auto.

Tomé un bolso y caminé a la puerta de la casa, di una gran bocanada de aire y golpeé. Varías voces se escuchaban dentro de la casa.

A los segundos la puerta se abrió de par en par dejando ver a Sol con un aspecto bastante de entre casa y me sonrió mostrando su hilera de blancos y perfectos dientes.

- ¡Hola beba! – me saludó y me estrechó en sus brazos.

- Hola Sol – la abracé más fuerte.

Me emocionaba verla, a pesar de casi no conocerla aquella tarde que pasamos juntas me dio una espiadita de lo que era nuestra amistad y me gusto bastante.

- ¿Cómo estas wachina? Pasa – se hizo a un lado para que pasase sin notar que a pocos metros detrás mío venia Santiago con bolsos incluidos.

- Mirá.

Alcé el bolso que había puesto sobre el suelo y su cara fue de asombro.

Luego apunté a la persona que venia detrás mío.

Arqueó una ceja e hizo una mueca, pero al volver su vista a mi me sonrió y volvió a abrazarme.

- ¿Te venís a vivir acá con nosotros? ¡Me muero!

- Buenas – saludó Santiago al llegar a mi lado.

- Hola, vos debes ser el ángel que cuido a mi amiga durante todo este tiempo – abrazo a Santiago con total confianza – Gracias por eso, soy Sol, la mejor amiga de ___.

- Para mi fue un honor – me tomó de la cintura – Un gustos Sol, soy Santiago, su marido.

- Entonces ustedes dos… ¿vienen a vivir acá con nosotros? – preguntó incrédula.

- Si – contestó Santiago un tanto cortante – por desgracia – masculló por lo bajo, pero lo suficiente para que pueda escucharlo.

Lo miré mal. 

- ¿Qué? – preguntó ella – No te escuché perdón.

- Nada nada, se siente mal, estuvo con mucho trabajo hoy y para colmo se nos rompió el auto.

- Ah bueno – nos miró sonriente y se golpeó la frente con la palma de la mano – Perdonen, soy una boluda, pasen pasen.
Se hizo a un lado dejándonos pasar.

En el living, sentados en los sillones se encontraban sentados Mauro, Alejo y Sebastián frente al gran televisor.

Estaban jugando a lo que parecía ser fútbol en la play.



Perdonen mi ausencia no me odien ah
Es que mi cabecita no esta andando del todo bien últimamente.

Mañana me voy a la joda de mi amiga por su cumple y me quedo a dormir ahí.

Pero si puedo actualizo ah

Les iba a traer un capitulo re largo como recompensa pero al ver que posta se estaba extendiendo mucho lo tuve que separar en partes.

Espero poder publicar otro mañana, besitos y nos leemos pronto.

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Solo Es Cuestión De Tiempo ; C.R.O (Segunda Temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora