IV

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Tomás/ palermo, buenos aires

- Lucas – llamé su atención y éste dejo su celular para dirigir su vista a mi.

- ¿Vamos a ver a Gonzalo? – esbozó una sonrisa. Gonzalo era nuestro nuevo manager “nuevo" el que contratamos al tiempo de lo que paso con Luís. Maldito Luís hijo de puta.

- ¿En serio? – preguntó levantándose de su asiento contento y viniendo hacia mí.

- Si, ya es hora… - nos abrazamos y fuimos hasta la casa de Gonzalo.

Una vez allí el nos atendió alegremente, hacia un tiempo que no lo veía. Cada vez que el me ofrecía algo siempre me enojaba y lo terminaba sacando a las patadas del lugar.

- ¿Entonces? – preguntó él.

- ¡Si, acepto y quiero que nos pongamos a laburar ya! Ya quiero retomar Gonza.

- ¡Muy bien pendejo! Al fin, ya era hora… entonces ¿aceptas lo de esta noche?

- Si obvio que si, volvimos… volví, y con todas las pilas.

- Me alegra verte así, con las pilas. Bien… ¿estás bien no?

- Si obvió gonza.

Nos pasamos la tarde organizando promociones, fechas, temas nuevos.

Por mi parte como solista tenia algunos temas que escribí en todo este tiempo que me gustaría sacarlos a ver que onda, si pegan como antes o no.

Me aterraba la idea que ya toda la gente se haya olvidado de nosotros o simplemente no pegarla y que todo salga mal como en uno de los últimos conciertos que dimos.
Unos de los tantos que arruine, mi reputación desde entonces no a sido la mejor.

En ese tiempo estaba hundido en una profunda depresión, solo y extrañando a la mujer que mas amo… y ame en toda mi vida, siempre será así.

Al terminar caminé y caminé sin rumbo alguno, no estaba del todo bien, lo estoy intentando pero por momentos me acuerdo de cosas y todo va para atrás.

Caminé y caminé … pero me pare al reconocer un cartel en aquella casa.
Aquella casa que yo conocía perfectamente bien.

La estructura se venia para abajo, parecía como si nadie hubiera pisado el lugar por veinte años.
Los pastos de la vereda estaban altos hasta mis rodillas. Los vidrios de la ventana parecían haber sido rotos por algunas piedras.

En sus blancas paredes, ahora llenas de moho había grandes grafitis, declaraciones de amor, hasta insultos. Miré aquella ventana, sucia y suspire.

Me dirigí hasta la puerta de entrada y revisé en mis bolsillos. Agarré mis llaves, seleccioné aquella pintada con esmalte de uña rosa y abrí la puerta para adentrarme a la casa.

El piso crujió al contacto con mis pies, cerré la puerta detrás de mi observe detenidamente el lugar.

Los muebles estaban cubiertos de sabanas blancas llenas de polvo el cual no tardo en hacerme estornudar. Subí las escaleras y fui directamente al único lugar en donde quería estar en este momento.

En aquel lugar que no pise desde la vez que la acompañé a ordenar un poco, ella pensaba alquilar la casa o que nos mudáramos ahí los dos juntos. La opción dos siempre me gusto mucho más.

Abrí la puerta y caminé hasta la ventana la cual abrí para que entre la luz del día. Me senté en aquella cama, prolijamente estirada. Cama en la cual hice mía a ___ por segunda vez.

Recorrí el lugar con mi vista y vi aquellos posters que ella había dejado en su pared a petición mía.

- ¿Y el de Duki, no lo pensas sacar?

- Celoso – me dijo ella con una sonrisita.

- No.

- Si.

- No…

- No, no lo iba a sacar, iba a dejar estos que son chiquitos, el tuyo y el de el – Dijo dulcemente.

- Pero no me gusta como salí… salí mal en esa foto ___ , deja este que es más grande.

Sacudí mi cabeza despejándome de cada uno de esos recuerdos que tan mal me hacían. Yo intento superar, pero de masoquista de mierda que soy sigo y sigo, Soy un boludo.

Salí de la casa y volví a cerrar con llave. Algo tenia que hacer con esta casa…

Al empezar a caminar visualice a Franco el cual venia a paso apresurado hasta mi para alcanzarme. Al notarlo di unos pasos en dirección hacia él y me senté a esperarlo.

- Hola… - saludó él.

- Hola – intenté sonreír pero no me salió.

- ¿Todo bien? – preguntó.

- Si, todo bien por ahora ¿y vos? – metí mis manos en los bolsillos a causa del frio que empezó a hacer desde que se escondió el sol.

- Bien acá, volví de mi viaje… - lo vi titubeando. Quería preguntar algo y sabia perfectamente que así que le ahorré el trabajo y hablé.

- No – negué con pesadez – No se nada de ella – le palme la espalda y apreté mis labios. El entristeció su seño.

- Oh… bueno yo, te iba a comentar que voy a retomar la búsqueda – aquello me cayo como baldazo de agua fría – Capaz vos…

- No, gracias Franco – le corté – No la voy a seguir buscando. Parece que solo corremos y corremos en círculos y me frustra mucho. Me hace muy mal pasar por esa situación, no se si lo soportaría otra vez… viste que hace unos seis meses salí de rehabilitación…

- Entiendo – suspiró – yo si vos queres te mantengo informado – asentí.

- Bueno me tengo que ir… cualquier cosa me decís… tenes mi número.

- Obvió, nos vemos…

no quería que piense que ella ya no me importaba. Solo que la situación, mi debilidad por las drogas y todo el conjunto de cosas me hacían mal… no era buena idea, no quería volver a hundirme.
Quería salir de todo esto, quería volver a ser yo.

Caminé unas cuantas cuadras hasta estar frente a una placita y ahí me senté a mirar como el cielo cada vez se volvía más obscuro, los padres comenzaban a irse con sus hijos. Miré la hora y eran las ocho de la noche.

- ¿Se puede? – preguntó la voz de aquella chica.

- Obvio Juli – me hice a un lado y se sentó  junto a mi.

- Sabia que ibas a estar acá, te estuve buscando.

- ¿A si, para qué?

- No se Tomi, hace mil que no hablábamos y como quedamos como amigos después de tanto que se yo. Te extraño che bobo.

- Yo también Juli – la abracé.

Julieta fue una persona que me marco mucho, pasamos las mil y unas. Más muchísimas peleas, más todo lo que paso con ____.

Pero ella fue una de las pocas personas que estuvieron cuando más lo necesite y eso lo apreció muchísimo.



Subo otro porque quiero y porque puedo y no queria dejarlas así.
Ahora publico el otro.

Solo Es Cuestión De Tiempo ; C.R.O (Segunda Temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora