XLV

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___:

Ayudaba a sol a cocinar mientras los chicos se encargaban de preparar todo para pasar una linda tarde en amistad junto a Neo, Alejo y sus novias e hijos los cuales me presentarían hoy.

-Ya terminé con la ensalada esta sol… - le avisé.

No se por que, pero notaba las cosas tensas con ella y me incomodaba bastante.

-Bueno, yo estoy haciendo preparando para hacer la ensalada de papas y eso.

-¿Queres que te ayude? – pregunté.

-No, esta bien.

-Pero puedo ayudarte en serio, no hace falta que hagas todo vos, ya no sos la única, estoy yo también para ayudarte.

-Es que no, yo lo hago a mi manera, y a todos les gusta como lo hago yo así que déjame a mí.

-Es una ensalada rusa Sol, no exageres.

-Bueno, pero lo hago yo, en serio no te molestes.

-Bueno, voy a ver si puedo hacer un postre – dije incómoda por la situación, se notaba que le gustaba tener todo bajo su control.

-No, eso ya esta cubierto, Anto trae helado, Fabi trae un postre de vainillas y flan y yo hice una chocotorta, me parece que eso ya es suficiente.

-Pero déjame hacer algo, también puedo hacer un postre Sol.

-No ___, acomoda la mesa si queres.

-Yo voy a hacer unas galletitas brownies para comer con el helado o así nomas, son mi especialidad – sonreí.

-Bueno, hace como quieras – salió de la cocina dejándome sola y confundida.

Decepcionada por las actitudes que estaba teniendo conmigo decidí no prestarle atención y hacer mis galletitas igual, total, quién era ella para decidir que postres hacer y cuales no.

Me puse manos a la obra y en menos de una hora había terminado con todas, solo les faltaba dejarlas enfriar y ya.

Salí al jardín encontrándome con Mauro y Tomás jugando con Mateo y Sol sentada leyendo una revista, caminé hasta ella y me senté a su lado.

-¿Te pasa algo? Te noto rara conmigo.

-No, nada, ideas tuyas.

-Se que no son solo ideas mías, primero lo de ayer, ahora lo del postre…

-Esta todo más que bien – me miró y sonrió.

-Bueno, esta bien – dije nada convencida.

-SOLEDAD – una voz de chica se escuchó a lo lejos.

Miramos de donde provenía la voz y pude ver a una pelirroja junto a alejo y un nenito. Detrás de ellos a una morocha junto a neo y otro nenito.

-¡Llegaron perras! Estaba re solari – auch.

Tomás me miro e hizo una mueca, yo solo fingí sonrisa.

Sol se levantó y caminó a paso apresurado hacía los invitados, yo hice lo mismo.

-Hola Alejito – lo saludé.

-Hola enana, te presento, ella es Fabiana, mi chica, Fabiana, ella es ___, una vieja amiga.

-Un gusto ____, me hablaron mucho de vos – me saludó amistosamente – Mira, él es nuestro hijo, se llama Bruno, saluda hijo.

-Hola – me saludó vergonzosamente.

-Hola enano – saludé yo.

-Mírala, se siente una picante por poder decirle enano a alguien – Neo se carcajeo.

-Cállate vos y salúdame.

-Hola wachina, todo bien o todo mal.

-Todo mal gato – me hice la ofendida.

-Cállate, mirá, ella es mi jermu Antonella y el es mi hijito Santino.

-Encantada – saludé a la chica – Hola lindo – me agaché para saludar al niño.

-Me alegro de conocerte finalmente ___, me hace muy feliz que al fin puedas conocer a tu sobrinito del alma.

-A mi igual, gracias.

-Che loco – habló a lo lejos Duki – ¿Y si dejan la emotiva presentación un toque y lo hacen mientras comemos? Porque tengo un re hambre.

-Siempre cagando los momentos vos wacho – lo retó Tomás mientras veía el asado.

Nos sentamos en una mesa que llevaron al jardín y comimos bajo la sombra de un árbol entre anécdotas, charlas y risas.

-Anto, ¿me ayudas a levantar la mesa? – dijo sol y la morocha la siguió.

-Las ayudo – me levanté.

-Na tranqui, lo hacemos nosotras de un vuelo.

-Sol, déjala que ayude si quiere… si queres podes ir preparando el licor de chocolate que trajimos y llevar los postres – habló la morocha.

-Esta bien – me encogí de hombros e hice eso.

Saqué el licor del frizzer y lo llevé a la mesa, también llevé la chocotorta, el postre de vainillas.

Pensé por unos segundos si llevar mis galletitas y si, las llevaría, que coma el que quiera, que importa lo que dijo Sol.

-Fua, ¿Por qué no me dijeron que iba a haber todo esto de postre? Me guardaba un lugarcito – dijo Tomás.

-Proba mis galletitas – dije amenazante.

-Pero amor…

-Amor nada, come mis galletitas que hice con tanto amor para vos mi amor.

-¿y yo puedo agarrar? – preguntó Alejo.

-Obvio, todos pueden agarrar pelotudo, lo estoy jodiendo a Tomás nomás.

Al ratito llegó Sol junto a la pelirroja y se sentaron.

-¿y esas galletitas? – preguntó Sol.

-Las hice yo, son mi especialidad, espero les guste.

-Tienen una re pinta – dijo Antonella.

-Re si – coincidió Fabiana.

-Le dije que no hacía falta pero bueno.

La actitud que Sol estaba teniendo conmigo ya me estaba empezando a molestar, porque no había hecho nada como para que se enojara de esta manera conmigo.

Suspiré pesadamente intentando no explotar y con una sonrisa logre seguir con la reunión.

-Coman gente – les señale mis galletitas y todos los presentes tomaron una.

-Mmm – Neo hizo una mueca – Están buenardas che.

-Mal – dijo Alejo.

-Fua, ya te podes casar cenfe – acotó Duki y reímos.

-___, te salieron muy muy ricas en serio, casate conmigo – bromeó Tomás.

-Ay basta chicos – me avergonzaba – Muchos halagos por hoy, me alegro que les haya gustado.

-Voy a buscar platos para servir lo otro – dijo Sol y se fue.

Una llamada entrante ingresó al celular de Tomás, al ver la pantalla se levantó y se alejó a contestar.

Me quedé hablando con los presentes en la mesa y al rato Tomás regresó con una expresión preocupada en su rostro.

-¿Pasó algo? – le pregunté.

-No nada, tengo que salir un rato… tengo que ir a ver a Lucas, después  vuelvo – besó mis labios y se marchó sospechosamente.

El día continuó bien, a eso de las cinco de la tarde los chicos se marcharon y me quedé junto a Duki, Sol y Mateo.

Me preguntaba, ¿dónde se había metido Tomás? Algo estaba pasando… y tenia que saber que, algo me estaba escondiendo.

Maratón 2/?

Solo Es Cuestión De Tiempo ; C.R.O (Segunda Temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora