Henry: - ¿Qué sientes?
Julia: - Me duele la cabeza.
Henry ignoró por completo lo que dijo Julia y comenzó a buscar algo en la cocina.
Pronto levantó su mano con un termómetro.
Henry: - Corre tu brazo, así podré medir tu temperatura.
Julia: - No lo haré.
Henry: - Una de las reglas era que no hables mucho, solo cierra tu boca.
Henry corrió por su cuenta el brazo de Julia y comenzó a medir la temperatura.
Mientras el termómetro hacía su trabajo, Henry y Julia permanecían callados mirando el televisor.
Pronto, Henry miró el termómetro y sorprendido corrió al teléfono.
Julia: - ¿Qué haces?
Henry: - Llamaré al doctor, tienes fiebre.
Julia: - No lo hagas, me aterran los hospitales.
Henry: - Ya eres adulta.
Julia: - Tú también eres adulto y deberías saber que los resfríos se curan simplemente con una sopa.
Henry: - No sé hacer una.
Julia: - Pero yo sí.
Julia se levantó del sofá, pero Henry le pidió que vuelva a recostarse.
Henry: - No lo hagas, no hagas esfuerzos, solo dí los ingredientes y yo prepararé la sopa, vamos.
Así fue lo que sucedió.
Julia decía los ingredientes mientras Henry se ocupaba de cocinarlo.
Julia secretamente reía por las pocas habilidades culinarias que poseía Henry.
Pronto la sopa estaba servida en la mesa.
Julia comía con lentitud y Henry la observaba.
Henry: - ¿Está muy mal?
Julia: - Está bien. Gracias por preocuparte.
Henry: - Solo trato de no morir a golpes por culpa de los vecinos.
Julia lanzó una pequeña carcajada, casi escupiendo la sopa y Henry no pudo evitar sonreír.
El clima era tenso.
Solo miraban el televisor.
Nadie hablaba.
El silencio habitaba en esa sala.
Pronto se quedaron dormidos,
Julia en el sofá y Henry con su cabeza entre las piernas.
A ambos los despertó la alarma de Henry.
Antes de ir al baño, Henry tomó el termómetro y volvió a medir la temperatura de Julia.
Henry: - Hoy no irás a clases, la fiebre bajó, pero no es seguro.
Julia: - Pero no puedo faltar.
Henry: - Sí puedes, hablaré con el profesor no te preocupes.
Luego, Henry fue al baño y salió de allí preparado.
Antes de despedirse alguien tocó la puerta.
Era Will.
Will: - ¿Y Julia?
Henry: - No irá a clases.
Will: - ¿Crees que confiaré en tí?
Will se movió a un costado apartando a Henry para poder ver a Julia.
Will: - ¿Qué sucede?
Julia: - Tengo un resfrío, pero no te preocupes, Henry ya me ayudó.
Will: - ¿Así que ahora el estúpido es enfermero?
Avergonzado, Henry tomó a Harold del brazo y ambos se retiraron del apartamento.
Will se fue enojado.
Antes de dejar a Julia sola, Noah se acercó a ella sigilosamente y susurró en su oído.
Noah: - Te dije que pronto verías el otro lado de Henry
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Novios por accidente...
RandomDos desconocidos en el mismo apartamento. Este es el caso de Julia, alegre y dulce, con su nuevo compañero, Henry, alguien de pocas palabras. ¿Se llevarán bien? ¿Florecerá una historia de amor? Descúbrelo por tu cuenta, no vas a arrepentirte.