Ya era sábado por la tarde.
Will no quería responder las llamadas exageradas de Julia.
Sin respuestas de su mejor amigo, Julia, salió del apartamento a caminar, su objetivo era encontraste con Will para hablar.
El edificio estaba callado, el lunes próximo era feriado, nadie trabajaría, la mayor parte del edificio abandonó su apartamento para unas pequeñas vacaciones.
La calle estaba húmeda, pero era un día muy deslumbrante.
Julia se dirigió a un parque inmenso que se encontraba a pocas cuadras del edificio, allí se sentó y se ocupó de hablar por teléfono con toda su familia.
Sentada, se quedó observando a los chicos que jugaban con un balón, trataba de lograr encontrar a ese rubio de ojos claros que tanto buscada.
Rendida, decidió volver al apartamento, así que comenzó a caminar.
Buscó lo necesario para preparar la cena, y ya lista para volver a su hogar, Julia escuchó un ruido raro.
El ruido provenía de un callejón, para una amante de los animales, ese sonido era muy fácil de adivinar.
Un pequeño gatito.
Desesperada, Julia, corrió hasta hallar la bolsa donde el pobre se hallaba, blanco y de ojos oscuros, parecía sano, pero no dudó en llevarlo a la veterinaria.
Luego de darle al gato sus inyecciones y de verificar que su salud fuera buena, fue a su apartamento.
Olvidándose de la cena, Julia comenzó a cortar cajas y a buscar mantas por toda la casa, junto dos platos de plástico que servían para la ensalada y allí le dió lugar al gato.
Pronto sintió el ruido a llaves.
Henry entro exhausto y se detuvo a observar todos los papeles y recortes que rodeaban a Julia.
Henry: - ¿Qué haces?
Julia: - Te tengo una sorpresa.
Antes de que Henry agregara algo, el pequeño gato salió de la cocina.
Henry: - ¿Una mascota aquí?
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Novios por accidente...
RandomDos desconocidos en el mismo apartamento. Este es el caso de Julia, alegre y dulce, con su nuevo compañero, Henry, alguien de pocas palabras. ¿Se llevarán bien? ¿Florecerá una historia de amor? Descúbrelo por tu cuenta, no vas a arrepentirte.