Novios por accidente...

Esa es su respuesta.

Ambos, aún en esa esquina, seguían callados, preguntándose quién sería el que dé el próximo paso.
Julia y Henry no dejaban de mirarse.
Henry sonrió tiernamente.
Julia sonrió tiernamente.
El efecto que tenían sobre el otro, era impresionante.
Henry instintivamente levantó sus brazos, colocó sus palmas en el contorno del rostro de Julia y se acercó lentamente, ella también se acercaba.
Cuando sus labios se tocaron, ambos cerraron los ojos.                Lo que sentían en ese momento, era inexplicable.
Emociones vibrantes recorrían sus cuerpos mientras el contacto de sus labios fluía con rapidez.
Julia caminaba hacia atrás hasta chocar contra la pared y colocar sus brazos sobre Henry, rodeándo su cuello, él dejó una mano en el mentón de Julia y con la otra acariciaba su cintura y su mano bajaba lentamente hacia sus caderas apretándola hacia él cada vez más.
El beso fue largo, ninguno quería dejar los labios del otro.
Pero Julia recordó lo que quería decirle.
Ella bajó sus brazos que previamente rodeaban el cuello de Henry, apoyó sus manos en el pecho de él y lo apartó, separando sus labios lentamente.
Julia: - Oye, debo decirte algo.
Henry: - ¿Qué sucede?
Julia trataba de hacer el esfuerzo de no reír al ver la boca de Henry completamente color rojo, el labial que ella se había puesto para la cita y que había retocado luego de comer, se estaba haciendo notar.
Julia: - Creo... no, no lo creo, estoy segura. Me gustas.
Henry: - ¿Quieres que siga dándote mi respuesta?
Definitivamente, esa es su respuesta.
Henry: - Tu también me gustas, me gusta mucho más de lo que te imaginas.
Julia no dejaba mirarlo tiernamente.
Julia besó con delicadeza la nariz de Henry, dejándola roja también y lanzó una carcajada.
Henry: - Vas a despertar a los vecinos.
Julia: - ¿Crees que eso me importa?
Henry: - ¿Ahora eres traviesa?
Ambos volvieron a juntar sus labios, ese beso largo de nuevo.
Se sentían tan bien