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Al entrar al salón me extrañó de no ver a ningún profesor.

Saqué el teléfono de mi bolso y miró la hora 7:44 AM una hora menos de clase, no me molesta que se tarde más la profesora de Biología, para nada.

Nos sentamos cada una en su pupitre una al lado de la otra.

Coloqué mi bolso encima de la mesa y me puse a revisar mi teléfono, tenía algunos mensajes de grupos y de otras personas, contesté todos los mensajes.

Miré rápidamente a Ori y estaba igual que yo, mirando su teléfono, dejé de mirarla y volví a concentrarme en mi teléfono.

- Buenos días chicos.

Alce la mirada y ví entrar a la profesora apurada dejando sus cosas en el escritorio.

Se coloca en medio de las dos grandes pizarras para que todos la podamos ver.

- Disculpa por la demora clase, es que me citaron a una pequeña reunión en la dirección - dice hablando alto y mirándonos a todos.

- Noo, si es por eso profe se hubiese quedado toda la mañana hablando paja - todos nos empezamos a reír por lo que dijo Diego, el payaso y mala conducta del salón.

Qué está sentado detrás de Oriana.

Un blanquito, alto, cabello negro, ojos color marrones oscuro, una sonrisa que derrite a todas las chicas por la dentadura blanca y perfecta que tiene, buen físico y muy atractivo.

Todas las chicas del salón han estados con él, menos yo, pero no duran más de una semana de novios, porque su machismo y ego no se lo permiten.

Es demaciado engreído y no me gustan los chamos así porque a esos siempre les importa más ellos que la otra persona y uno todo el tiempo no puede ser así, tenemos que tener nuestro lado humilde para poder ser buena persona.

Por eso nunca me he fijado en él.

- De más están las groserías Velásquez y haga el favor de sentarse bien, que parece un garabato - lo regaña la profesora.

Sin ganas él se acomoda en su silla y se le queda mirando fijamente a la profesora.

- ¿Algo más profe? - dice con una sonrisa de cínico y retandola con la mirada.

- Sí, que dejé de comportarse como un niño chiquito y madure de una buena vez - dice molesta - Ya no están en primaria, dónde los profesores se tenían que calar cada berrinche que hacían. Ya esa etapa la quemaron, ahora son unos bachilleres que ya saben el significado de muchas cosas - nos mirá a todos.

Miró a mi lado derecho donde se encuentra Oriana, ella igual me mira, yo giró los ojos de fastidio y ella hace de que se está apuntando con una pistola con su mano y con sus labios hace el sonido del disparo.

La típica charla que hace el profesor cuando alguien hace algo malo.

"Madurez" ¿Esa palabras me perseguía por todos lados o soy sólo yo?

Todos en el salón nos quedamos callados, no queríamos escuchar más sus reclamos.

- Bueno, para poder continuar con la clase del día de hoy o lo que queda de ella - da un suspiro - Hay un nuevo alumno en el salón, quisiera que pase por favor y se presente con toda la clase - dice mirando hacia la puerta. Todos hicimos lo mismo.

Entrá un chico alto, delgado, llevaba puesto como corresponde el uniforme del liceo, de piel blanca, cabello negro, ojos oscuros, lindas cejas, ¡Ya va! Coño, esté chamo tiene mejor sacada las cejas que yo, nojodass.

Se coloca al lado de la profesora y hace un escaneo a todos nosotros.

Se ve que es sencillo el chamo, no tiene aires de grandeza ni nada por el estilo, vamos bien por ahora.

- Hola me llamo a Jefnier Osorio, tengo 14 años y soy de Corozal, Puerto Rico - dice mirando a toda la clase.

- Así como dijo Jefnier es puertorriqueño, fue transferido directamente desde su otro colegio hasta esté - coloca una mano en el hombro del chamo - Es su primera vez estudiando en un colegio fuera de su país, espero que lo reciban bien y... - fue interrumpida.

- Claro mi amor - dice Daniela alargando la "r" de "amor", lo miró de arriba a bajo mordiendose el labio inferior.

Todos empezamos hacer bulla por lo que dijo Dani, así era ella siempre dispuesta para los chamos lindos que veía.

El chico sonrió por lo que dijo Dani, uhh linda sonrisa.

- Daniela por favor, comportate ¿Sí? - dice de manera que ya dejé sus chiste para otro día.

- ¿Y ahora que dije? - miró a la profesora con los ojos abiertos - Ay no, si no es una cosa es la otra - giró los ojos, agarró su bolso y salió de clases.

- ¡Daniela Pérez! Regresar aquí, ¡Ahora! - grita la profesora molestá.

La podíamos ver por qué había ventanas antes de llegar a la puerta del salón.

- No, me voy - siguió caminando sin hacerle caso a ninguna palabra de lo que dijo la profe.

- ¡Tienes 01 en todo el lapso en mi materia! - dijo ya a lo último la profesora.

- Dale, si va - grito a lo último porque ya estaba lejos del salón.

La profesora fue un momento a su escritorio y empezó a escribir algo en una hoja.

Todos aprovecharon de empezar hablar y hacer lo que estaban haciendo antes que llegara la profesora.

Por mi parte me quedé quieta, observando cada gesto que hacía el chico nuevo.

Parecía perdido ahí parado mirando a todos, hundido en sus pensamientos.

Hasta que su mirada chocó con la mía, esa mirada pícara y seductora que tenía, ¡Dios! ¿Quién es su padre? ¿Christian Grey?

Sonrió y me picó el ojo, sonreí ruborizada.

No vale, si seguimos así no voy a durar mucho estado en el mismo salón con él.

¡Y apenas es el primer día de clases!

Dejé de mirarlo y me concentre de nuevo en mi teléfono.

- Jefnier, bienvenido soy tu profesora de biología, esperó que atiendas bien a mí clase... - escuché hablar a la profesora sobre toda la bulla que había - Puedes sentarte donde gustes.

Nunca despegue mi vista del teléfono, pero siento como alguien pasa por mi lado izquierdo y se sienta en el pupitre de atrás.

¡Mierda!

- Hola - susurran a mi oído.




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Juntos .Lunay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora