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Me quedé en shock al escuchar su voz.

- Responde - dice en tono molesto.

- ¿Decir qué?

- Andrea, no te hagas la loca, sabes perfectamente de que habló.

- Carlos, abrer - me senté en la cama dando un leve suspiro - No tengo que darte explicaciones de lo que hago con mí vida. Es más ¿Quién te dijo?

- No importa quién me dijo, lo que no me cuadra es ¿Por qué mi mejor amiga no me había dicho nada? - dice obvio - Porque creo que somos mejores amigos ¿No?

- Somos amigos, Carlos - aclaré.

- Ja, ya me cambiaste por ese hijo de puta.

- Te controlas, no le digas así porque él no te a hecho nada.

- Ya lo defiendes.

- Sí, coño. Lo defiendo y ¿Sabés por qué? Porque él no me anda reclamando por lo que pasa en mi vida ¡Eso no es peo tuyo! Porque yo no ando de metida en lo que haces tú.

- ¿Y yo no he sido un caballero contigo? ¿Nunca he estado pendiente de los cabrones que se te acercaban? No te cuidaba?... Te voy a decir algo y quiero que te quede bien claro.

- No tie... - me interrumpe.

- Si ese cabron te llega a romper el corazón o te veo llorar por su culpa, no respondo - me advierte.

- El no es así, él no es como tú crees, ni mucho menos como tú de cabrón.

- Que inocente - ríe - Y a mí no me estés comparando con ese mamaguevo. Ya bajate de esa nube que él es diferente a los demás, es hombre y si se las pegó a una lo seguirá haciendo, no cambiará.

- Te duele que te digan la verdad, eso es todo.

Lo oigo suspirar.

- Ya te dije ya, déjate de eso.

- Ay sí, como sea - gire los ojos.

- Mirá - dice rápido antes que colgará.

- ¿Qué? - dejé fría.

- Te quiero y lo sabés, no quiero que nada malo te pase - ya no se escuchaba molesto.

- Ujum.

- Piénsalo, hablamos después.

- Chao - colgué.

Tire el teléfono a la cama, lleve mi cabeza a mis manos apoyando mis codos en mis piernas.

Empecé a respirar profundamente repetidas veces. Siempre lo mismo.

Se abrió de repente la puerta, era Jefnier. Se sienta a mi lado y me mira directamente a los ojos.

Acaricia mi mejilla con su mano, cerré los ojos al sentir su contacto. Suspiré y detallé todos sus rasgos físicos, hallando alguna imperfección en él pero se me hace muy difícil encontrar algo de imperfección en él, para mí es perfecto.

No sé veía molesto ¿Qué raro? Yo que él no me volvería hablar. Coloca su otra mano en mi mejilla acercándose a mí dejando un beso en mi frente seguido de un abrazo.

Al colocar mí cabeza en su pecho y sentí sus fuertes brazos rodeandome, brindándome seguridad y confianza, estalle en llanto.

Lo abracé muy fuerte, no quería que nunca se fuera de mi lado, talvez ese es mi temor y el porque de mis discusiones hacia él o por lo menos yo lo sentía así.

Inale su perfume varonil, era como una droga para mí que al solo sentir su olor mis cinco sentidos estaban en otro mundo.

Jef acariciaba mi espalda haciendo que mis lágrimas cesarán. Ya no estaba molesta con él, nuestras discusiones ya quedaron en el pasado y es momento que este viaje se convierta en el mejor viaje que nunca tuve con mi mejor amigo.

Me separó lentamente de él.

- Perdóname, Jefnier - una lágrima rueda por mi mejilla y él la limpió rápidamente.

- No tienes que pedir perdón, mi amor - me da un beso cerca de mis labios, eso hizo que algo en mi estómago se moviera.

Colocó mi mano derecha en su muslo.

- Tengo que hacerlo - asentí convenciendome mentalmente - Te has vuelto en una persona muy importante para mí en tan poco tiempo Jefnier - respiré profundo - No sabes lo agradecida que estoy de que la vida te halla puesto en mi camino - forcé una sonrisa.

- Mi amor yo también estoy muy agradecido de haberte conocido, de verdad - acaricia mi mano en su pierna.

Me regala una bella sonrisa haciéndome sonreír también.

Es tan bello.

- De verdad no quiero seguir discutiendo por tonterías contigo. Perdóname por mi raro comportamiento últimamente, mi cabeza no está analizando bien las cosas y hace que actúe como una estúpida.

- No digas eso, no eres un estúpida - negó.

- Si Jef, si lo soy, una estúpida que no valora y quiere lo que tiene y es por eso que me pasan las cosas... - me interrumpió.

- Claro que no, eres una hermosa persona y con las mejores vibras que he conocido - lame sus labios - Y no me gusta verte así llorando por cosas que te diga otro hombre y si ese mamabicho quiere hablar conmigo que venga, porque le voy a dejar saber quién es el que ronca de verdad.

Empezó a alterarse, coloqué mi otra mano en su pecho.

- No, no - negué - Tú no harás nada Jefnier, a golpes no vas arreglar nada. Y mucho menos hablaras nada con él.

Se queda mirando un punto fijó.

- Mírame Jefnier - lo hace - No te metas en problemas en ésto, no lo vale - negué.

- Puñeta y ¿Qué quieres que haga? Quedarme aquí de brazos cruzados después de escuchar todo lo que te dijo ése canto 'e cabron? - enmarca y una cejas - ¡No! siempre es lo mismo cuando hablan, quedas mal tú y si tú estás mal yo igual lo estoy y quiero que hagas algo bloquealo de todas partes. No quiero que sigas teniendo contacto con él.

- Ya lo había hecho pero es él que consigue mi número.

- Te compró un celular nuevo, lo que sea pero no te quiero ver hablando más con él - dice serio.

Ellos pueden advertirme y decir lo que quieran pero en ésto la que tiene la última palabra soy yo. Yo estoy en medio de todo esté lio.

- Bien, hagamos algo. Luego del viaje déjame hablar con él y resolver las cosas, después veo que hacer.

Jefnier miró hacia un lado haciendo una mueca, no le gustó mucho la idea pero era la única forma de dejar las cosas claras.

Me mirá otra vez.

- No, Andrea. Terminarán peleando como siempre. Es mejor lo que te dije.

- Andrea.

-No Jefnier, tengo  que hablar con él, tenemos  que resolver todo esto para dejar todo en claro. Y si es de no hablarnos más, será así - me encojí de hombros.

La verdad  es que no me gustaría  que nuestra  amistad acabará así. Hemos sido amigos desde pequeños, muchos momentos importantes para mi los compartí con Carlos e igual él conmigo.

Pero si no cambia su manera de pensar sobre el tema de sus celos descontrolados, no creo que está amistad dure mucho. Todas las personas tienen un límite y ya llegué al mío.

- Diablos... Está bien.

- Gracias - sonreí a medias y me acerco a él para depositar un beso en su mejilla pero...

Juntos .Lunay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora