7

3.9K 180 16
                                    

Después de un rato el auto se detiene, estábamos en una parte recidencial, que supongo que es aquí donde vive Jefnier.

Siento que me aprietan la mano, no me había dado cuenta que todavía tenía la mano entrelazada con la de Jefnier.

Volteó a mirar a Jefnier poniéndose su bolso en el hombro y mirándome a la vez.

- Jefnier un placer haberte conocido - dice mi mamá con una sonrisa girandoce en su asiento para poder mirarlo bien.

- Más bien el gusto fue mío por haberla conocido, señora Cecilia - sonríe.

- Cecilia, nada de señora por favor - frunció el ceño.

Jefnier ríe y asiente con la cabeza.

Mi mamá volvió a acomodarse en si asiento y empezó a revisar su celular.

Jefnier volvió a apretar mi mano para llamar mi atención ya que estaba mirando hacia el frente.

- Me tengo que ir - susurró.

- Si - sonreí a medias.

Me acerca a él y me abraza fuerte, igual lo hago.

Estuvimos así unos segundos hasta que me separé de él, aunque no quería hacerlo mientras algo muy dentro de mí me decía que no lo dejará ir.

Jefnier coloca sus manos en mi mejilla para acercarse y besar mi frente.

Sonreí y por un momento se me fue todo el enojo que había tenido hacé momentos ¡Sólo con un beso de él!

Creo que estés día me dió muchas sorpresas, demaciadas diría yo.

- Nos vemos mañana - acaricia mis mejillas.

Es demaciado lindo ¿Cómo puede gustarme en tan poco tiempo? Ni siquiera lo conozco bien ¿No sé quiénes son sus padres? ¿No sé nada de su pasado? ¿Sus amigos? No sé nada.

Salí de mi trance para no hacerlo esperar más.

- Eh, sí claro - sonrió a medias.

- Ok - se acercó más a mi rostro y me da un beso suave en la mejilla, se aleja y mirá mis ojos - Mi amor no llores por ese mamabicho, no te quiero ver así.

- Trataré - susurré.

- Bien - quitó sus manos de mi mejilla y se giró para poder abrir la puerta - Gracias por traerme Cecilia - dice alto llamando la atención de mi madre.

- De nada, mi amor - dice - Cualquier cosa que necesites, me avisas - él asiente con la cabeza - Mejor te doy mi número y así me avisas cuando necesites algo.

- Claro - ríe y le da su número.

Yo me quería morir.

Como mi madre podía hacer eso, sé que no le da vergüenza nada pero... Ay Dios, no puedo con ella.

Me acomodé bien en el asiento y empecé a revisar mi Instagram, mientras que ellos se terminan de hablar.

- Chau, Andrea - dice desde afuera del auto.

- Chao, Jefnier - me despido con la mano.

Sonrió y se dió la vuelta, entrando por un portó muy llamativo que detrás de este a lo lejos se podían ver unas casa con una fachada muy bonita.

Luego de unos segundos mi mamá arrancó.

Juntos .Lunay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora