Te quiero...

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México fue puesto en el hospital lo más rápido posible, bueno, en una sala que colocaron todo lo que se necesitaba, pues llevarlo a un hospital no sería lo mejor.

Canadá se encontraba haciendo el papel de doctor mientras que otros países le acercaban lo que solicitaba.

Rusia se mantenía ahí junto con Yucatán quién ya había despertado y se estaba sollozando por lo bajo.
¿C-cres q-que p-papi s-se recu-pere, papá?— pregunto el pequeño.

El se recuperará, lo sé...— le dio un corto beso en su frente y Yucatán se recostó en su pecho.
Te quiero papá.— le sonrió y volvió a acomodarse.

Rato después, Yucatán se quedó dormido y Canadá salió de habitación.
Su expresión era neutra y eso preocupó a Rusia.

Esto bien, es solo...— suspiro.—El cansancio que tenía era abrumador, no sé cómo soportó tanto sin colapsar, afortunadamente, logré estabilizarlo, solo hay que esperar...— dijo el amante del maple, le dedicó una sonrisa al más grande y fue a decir su condición a la ONU.

El collar que tenía comenzó a brillar de un tono azulado, se sentía cálido, aún así, le dio algo de curiosidad el porqué lo estaba haciendo.

Entro a la sala donde México se encontraba y observó la misma luz en su cuello.
Se acercó y se sentó al lado de la cama, junto a él.

"FELIZ" RusMexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora