Al decir esas palabras, Aurora y Aria se miraron entre ellas, sabían lo que la otra pensaba, ambas pensaban que todo era muy raro, y que por increíble que pareciera, podía ser que ese nombre reflejase lo que en realidad era.
-Por favor adelante, seáis bienvenidos, mi nombre es Cindy - dijo la mujer en la puerta mientras se apartaba para que pasasen.
-Gracias señorita - dijo Samuel, uno de los profesores.
-No hay porque darlas, debéis estar cansados y con ganas de entrar en calor, esta noche hay un baile de disfraces, su asistencia es obligatoria, y de paso podéis coger un disfraz para utilizarlo como muda de ropa, así que si hacéis el favor de acompañarme - dice dirigiéndose por un pasillo.
Los alumnos junto con los profesores y la guía siguieron a la mujer através de muchos pasillos, en eso pudieron apreciar que el hotel era mucho más grande por dentro que por fuera. Su recorrido terminó cuando la mujer abrió una puerta, dejando ver una sala llena de disfraces.
-Podéis elegir el que queráis, además - dijo mientras se acercaba a una mesa llena de colgantes - deberéis coger un colgante, podéis elegir el que más os guste, deberéis coger uno para una pequeña actividad que tendrá lugar en la fiesta a media noche.
-¿De qué se trata? - preguntó una alumna.
-Lo siento, es una sorpresa, esperaré fuera, los que acaben que salgan y se les asignará una habitación, los vestuarios están en el fondo - dicho eso se fue.
Todos miraban con curiosidad los distintos disfraces y colgantes sin saber qué elegir. Había disfraces de todo tipo, desde trabajos a seres sobrenaturales, pero solo había seis tipos de colgantes: con la figura de una varita y un libro de hechizos, con la figura de la cabeza de un lobo aullando, con la figura de una dentadura con colmillos, con un pentagrama, con la figura de unas alas, y con la figura de una flor de loto.
Aurora eligió un disfraz de bruja como el que ella tenía, un vestido negro, largo, algo ajustado en la parte de arriba, con dibujos de lunas menguantes, lunas crecientes y estrellas en color dorado en la parte superior a la cintura, de manga larga, y contaba con dos bolsillos, uno en cada lado en la parte de la cintura, el disfraz también contaba con unos zapatos negros con algo de tacón, junto a un sombrero negro en punta con el mismo estampado que el vestido. Aurora cogió un colgante con la figura de la varita y el libro, ya que iba de bruja, iría completamente de ello, además cogió uno con la cabeza de lobo, ese era para Aria, ya que sabía que su amiga elegiría ese.
Una vez lista con su colgante al cuello, y el otro en su bolsillo para dárselo a su amiga, se fue a buscar a su amiga entre los disfraces. Cuando la encontró ella vestía de loba, de una loba gris plateada, Aurora necesitó mucha fuerza de voluntad para no reírse. Se acercó a ella, Aria intentaba levantar solo una ceja para dar a entender a Aurora lo de su disfraz.
-¿Intentando elevar solo una ceja? - se burló Aurora.
-Es muy difícil - se quejó Aria - que me dices de ti, otra vez ese disfraz, justo, tienen un disfraz idéntico al tuyo que tanto te gusta.
-Pues sí, ya es coincidencia - hizo una pausa - antes de que se me olvide, ten - le dijo entregándole el colgante que cogió para ella.
-No hace falta, yo ya tengo uno - dijo enseñándole un colgante idéntico al que Aurora cogió para ella - pero acertaste con el modelo.
-Obvio, te conozco, sé que te encantan los lobos, y por consiguiente los licántropos.
-Pues sí, igual que yo sé que te encantan las brujas.
-Pues sí - dijo y se rió, y a la risa se le unió Aria.
-Señoritas - dijo alguien a su lado, las dos amigas se giran y vieron a Cindy - por lo que veo son muy amigas, ¿les importaría compartir habitación?
-No, para nada - dijo Aurora mientras Aria veía a Cindy con el ceño fruncido.
-Tened - les dió unas llaves - vuestra habitación es la 635, está grabado en la llave por si lo olvidais.
-Gracias - dijo Aurora con educación.
-Gracias - dijo Aria de mala manera.
-No hay de qué - dijo Cindy, las chicas se fueron por el pasillo de la derecha, una vez que estuvieron alejadas, Aurora decidió hablar.
-¿Por qué te has portado así?
-No me da buena espina.
-A mí tampoco, pero no hay que ser groseras.
-Pero si a ti tampoco te gusta la falsedad - se quejó Aria de su amiga.
-Lo sé, pero si ocultan algo, es mejor fingir que no pasa nada, no es falsedad, es actuar - dijo Aurora con una sonrisa pícara.
-Tienes razón - dijo Aria también con una sonrisa pícara.
El día se les hizo muy corto, después de esa práctica llegaron a la habitación, se dieron una ducha cada una y se volvieron a poner el disfraz, Aurora la preguntó entre risas que si no le incomodaba el disfraz, a lo cual se ganó una mirada fulminante por parte de Aria. A la hora de la comida pudieron apreciar que había bastante más gente a parte de sus compañeros, y lo más raro de todo es que todos llevaban un disfraz en lugar de ropa, lo cual les pareció raro y sospechoso.
En la tarde preguntaron en recepción si había alguna instalación de ocio en el hotel, la recepcionista dijo que sí, y una mujer las acompañó a la zona oeste del edificio, allí estaban: el gimnasio, la piscina, la sauna, un pequeño spa, una sala de juegos recreativos, lo que parecía un bar de deportes, una guardería, una cafetería y hasta una gran biblioteca. Las chicas se quedaron estupefactas, ya que no entendían como podía ser tan grande, además de que ellas estaban seguras que estaban en medio de la nada, ni carreteras pasaban por ahí, por lo cual se preguntaron ¿¡¿qué hace un hotel como este en medio de la nada?!?, la respuesta la tendrían al día siguiente.
Las chicas pasaron la tarde en la biblioteca, intentando averiguar que estaba pasando en ese sitio, su curiosidad era grande y su apetito escaso, por lo que se saltaron la hora de la merienda, solo les importaba encontrar algo de información que aclarase sus dudas. Cosa que no tuvieron problemas de realizar sin intromisiones, ya que fueron las únicas que estuvieron en la biblioteca, nadie ni de casualidad abrió la puerta.
Cuando llegó la noche, salieron a cenar, cenaron rápido, pero disimulando para no levantar sospechas. Una vez acabada la cena volvieron a la biblioteca, cuanto más pasaba el tiempo, más frustradas estaban, todos los libros eran de fantasía, ninguno que contara los orígenes del hotel, pero ambas estaban de acuerdo, esto parecía cosa de brujas, y que el hotel se llamara el hotel de las brujas, no ayudaba.
-¿Podrían ser brujas de verdad? - preguntó Aria incrédula.
-No lo sé, pero eso es lo que parece, el nombre lo dice, los libros de esta biblioteca lo dicen - dijo Aurora exasperada - todos los libros cuentan historias de seres sobrenaturales, al menos los de esta planta, aún queda la de arriba.
-Ag - se quejó Aria - ¿pero quién tiene una biblioteca tan grande en un hotel?
-Alguien adicto a las historias de sobrenaturales - se burló Aurora.
-¿En serio? - dijo Aria intentando levantar solo una ceja.
-Déjalo ya, llevas intentando aprender a levantar solo una ceja mucho tiempo.
-Cierto - suspiró - ¿qué hora es?
-Las once y cuarto, y la fiesta empieza a y media, deberíamos ir yendo.
-Tienes razón.
Las chicas se levantaron del sofá donde estaban, no les apetecía ir, pero tampoco iban a hacer un feo, ya continuarían mañana pensaban, ninguna de las dos se planteó que a partir de media noche, toda su vida daría un giro de ciento ochenta grados.
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La híbrida convertida: entre magia y colmillos *Completada*
FantasyDos mundos, uno de humanos y otro de sobrenaturales. Los sobrenaturales se clasificaban en seis especies: brujas, vampiros, licántropos, demonios, hadas y ninfas. Hace casi trescientos años, un grupo de brujas convenció al resto de intentar imponers...