6. Pasado el tiempo

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Cuatro años pasaron, Aurora ya era toda una bruja ante la sociedad, con 19 años para hacer 20, Aurora se iba a graduar. Durante esos cuatro años, ella aprendió los hechizos y las pociones necesarias para ser considerada una bruja media. Su aprendizaje fue rápido, bastante más que el resto, ya que normalmente se tiraban entre 6 y 8 años, ella era especial, todos lo sabían, pero no sabían la verdad.

Con la primera luna llena desde el hechizo, que ocurrió once días después, Aurora se convirtió en loba, y no una loba cualquiera, una loba blanca, de ojos azules, alpha pura, su nombre era Atenea. Además de que podía usar la magia sin varita, algo que solo las más poderosas de las brujas pueden hacer, pero aunque todo el mundo sabía que Aurora era poderosa, nadie sabía lo que realmente podía hacer, la única que sabía que podía hacer magia sin varita era Aria, y ni siquiera ella sabía que Aurora era híbrida.

Aria con su primera transformación dejó ver una loba gris plateada, de ojos color miel, beta pura, su nombre era Kiara. Aria seguía sin hacer caso a sus instructores, por lo que tenía muchos castigos, desde heridas por látigo, hasta sin agua y comida dependiendo de la gravedad de la agresión. Aurora a escondidas, curaba sus heridas, pero también creaba una ilusión que desaparecía poco a poco para no levantar sospechas, además de que le traía comida y zumos para que estuviera bien alimentada, gracias a eso, Aria pudo sobrevivir.

Desde hacía algo más de tres años, Aurora tenía una Sisnys, se llamaba Margarita, y aunque Aurora no lo sabía, ella era una de las princesas de su especie, una de las hermanas mayores. Además también salvó la vida de un vampiro al pedirlo como sirviente en el futuro, ya que igual que Aria, este se negaba a obedecer, Aurora también tuvo que curar sus heridas, y darle de su sangre, algo que según Leonardo estaba deliciosa, Aurora tampoco lo sabía, pero Leonardo era el hermano pequeño del rey de los vampiros de Asia.

Ya todo estaba preparado, ese día, veintisiete brujas y brujos se graduarían. Con la graduación, Aurora podría reclamar a Aria y Leonardo como sus sirvientes, y así todos juntos escapar. El plan era sencillo, Aurora consiguió ver un patrón en los ataques a los vehículos que salían de ese complejo a otra ciudad de brujas, por lo tanto sabía qué destino elegir, cuando el ataque fuera llevado a cabo, fingiría su propio secuestro, sus amigos al ser sus sirvientes, su obligación era mantenerla a salvo, por lo que la perseguirían sin que nadie sospechara que estaban huyendo, ese plan lo llevaban pensando desde hacía más de dos años, que fue cuando conocieron a Leonardo, hasta entonces el plan era otro.

-¿Aura estás  preparada? - le preguntó Coral a través de la puerta de su habitación.

-Un segundo - dijo Aurora mientras se ponía los pendientes, unos muy raros que ella misma creó, los cuales todo el mundo sabía que no se separaba de ellos.

-Te recuerdo, que eres la última, ya que te graduas con honores, me dijiste que ibas a ir a Fernia, ¿me equivoco?

-No, he oído maravillas de esa ciudad, es más bien un pueblo, aire libre, poca gente, me recuerda a donde vivía.

-Lo entiendo, allí vive una amiga mía, ella se encargará de tu entrenamiento para convertirte en una bruja del consejo supremo - y eso era que Aurora era tan buena, que era una de las candidatas a un puesto en el consejo supremo.

-Lo sé, ya me lo has dicho como quince veces - se burló Aurora.

-Vale Aura, date prisa, te espero en las escaleras del escenario.

-De acuerdo.

Después de un tiempo Aurora se atrevió a decirle a Coral que no le gustaba que la llamaran pequeña, por lo que desde entonces, la llamaba Aura. Coral siempre era muy buena con Aurora, por ello, ella le había cogido algo de cariño, pero no la podía coger realmente cariño, ya que ella permitía muchas injusticias con las otras especies.

Una vez acabada de arreglarse, Aurora se fue al escenario que había en el patio, ya que la salida del complejo estaba prohibida a menos que fuera por una actividad de clase. Aurora sin embargo convenció a Coral para permitirla salir de vez en cuando, alegando que no soportaba estar encerrada, cosa que era cierto, pero que también era para dejar salir a su loba. Todo estaba dispuesto, el escenario, los asientos, la tarima, todo, absolutamente todo.

-Y ahora, nos enorgullecemos dar el diploma a una de las candidatas al consejo supremo, con ustedes Aurora Ramirez - todos los presentes aplaudieron mientras Aurora iba a por su diploma.

-Gracias - dijo Aurora al recibirlo.

-Además de su diploma - siguió la presentadora del evento, la ministra de educación, ya que como todas las sociedades, esta tenía también un gobierno - también le damos su varita nueva, una varita para un miembro del consejo supremo, una de las varitas más poderosas, junto a los tres sirvientes que había encargado, los cuales la esperan junto a su equipaje en un vehículo con destino a Fernia, ahora Aurora dirá unas palabras.

-Vale, esto no lo sabía - se oyeron algunas risas - cuando yo llegué aquí hace más de cuatro años, casi destruyo el complejo por un hechizo que me salió mal - volvió la gente a reírse - mis compañeros tenían tanto miedo que todos, que eran entonces veintiuno, se pusieron en los tres pupitres más alejados de mi sitio - más risas - pero eso ya se acabó, ahora sé controlar la magia y me enorgullezco de haberlo hecho tan rápido, desde niña cuando era humana soñé con ser bruja, así que esto es un sueño hecho realidad, muchas gracias por escuchar - todos estallaron en aplausos.

-Te echaré de menos - dijo Coral abrazándola.

-Y yo a ti, pero ya es hora de irme, no quiero hacer esperar al resto, no sería justo.

-Tienes razón, adiós mi querida Aura, tú siempre serás mi pequeña.

Aurora le sonrió y fue al vehículo, todo su equipaje estaba ahí, junto con Aria, Margarita y Leonardo. Ese no era el único vehículo que iba a Fernia, había otros tres más, dos graduados como ella, y uno que había pedido un permiso para ir a ver a su abuela enferma.

-Ya queda poco para ser libres - dijo Aria hablando bajo, la parte de atrás estaba aislada de la de delante, pero era mejor no arriesgarse.

-Solo si hay un ataque - refutó Leonardo.

-Se positivo - se quejó Aria.

-Yo nunca me equivoco en cosas tan serias como es nuestra libertad - aseguró Aurora viendo la nueva varita que le habían dado, la cual era símbolo de que estabas en el consejo supremo, o que tienes unas grandes posibilidades de entrar, algo que si Aurora no huyera, sería muy cierto.

-Lo siento Aurora, estoy muy nervioso, quiero volver a ver a mi hermano - se disculpó Leonardo.

-No te preocupes Leo, muy pronto estarás con tu familia, igual que Margarita - dijo Aurora.

El viaje era un poco lento, ya que para mayor seguridad, iban por un camino algo tortuoso, lo que provocaba que fueran más despacio. Aún no habían recorrido ni la mitad del camino a Fernia, Leonardo y Margarita estaban muy nerviosos, mientras Aria y Aurora intentaban mantener la cabeza fría, ambas sabían que un error podía ser fatal, no se lo podían permitir. Todos en ese coche se percataron del movimiento que había en el bosque, no eran simples animales lo que había ahí, eran principalmente vampiros y licántropos dispuestos a matar brujas e intentar convencer a sus semejantes, los que no convencieran los matarían para quitarse un peligro de en medio.

-Como dije, la hora ha llegado, ¿preparados para ser libres? - preguntó Aurora seria mientras se aferraba a su varita, el resto solo asintieron - entonces, que empiece la actuación.

La híbrida convertida: entre magia y colmillos *Completada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora