Las chicas después de casi tres horas llegaron a la ciudad donde estaban las lunas, a partir de ahí las cosas se complicaban, debían actuar con naturalidad. Aurora seguida de Aria fueron a la zona oeste de la ciudad, donde se encontraban todos los sirvientes, tanto los entrenados como los que no.
-Disculpa - las para una bruja - ¿sabe dónde esta la biblioteca?
-Lo siento, acabo de llegar - dice Aurora con una falsa sonrisa.
-No pasa nada, que tenga un buen día.
-Igualmente.
-¡Que falsedad y descaro!, ¿yo no importo? - habla Aria por el link.
-Te recuerdo que son brujas, por lo que para ellas solo importan otras brujas - le dice Aurora por el link.
-Lo dicho, ¡que hipocresía! - dice Aria y cierra el link.
Siguieron andando sin interrupciones, ambas querían correr y sacar a las lunas cuanto antes, pero sabían que eso sería llamar la atención, por lo que iban a un ritmo normal, que exasperaba a ambas. Al llegar al lugar, Aurora entró primero y después Aria, ya que la bruja siempre debe entrar primero que su sirviente.
-Buenos días, ¿en qué puedo ayudarte? - le dice el señor del mostrador.
-Buenos días - dice Aurora con su sonrisa más falsa - me gustaría otra sirvienta licántropo.
-Por supuesto, acompañame - el señor guió a las chicas por unos pasillos - ¿tiene algo en mente?
-La verdad es que sí, me gustaría que no estuvieran muy entrenadas, son más divertidas si aún luchan, espero que no importe.
-No importa, no eres la única que pide sirvientes así, hay algunos que los piden sin entrenar para entrenarlos ellos - esas palabras molestaron a ambas, ¡¡cuanta crueldad!!, pensaban ambas - echa un vistazo, si te gusta alguna toca este botón - le muestra un botón en la pared.
-Gracias.
-A ti - dice y se va.
-Tenemos que buscar a las lunas - dice Aurora cuando oye que el hombre esta lejos.
-¿Alguna idea? - pregunta Aria.
-No, tú quedate cerca mío, ya sabes que una sirvienta siempre debe estar cerca de su dueña, no quiero que te pase algo.
Ambas estuvieron mirando por todos lados, esa era la zona de licántropos que aún están en entrenamiento. Cuando las chicas ya empezaban a darse por vencidas, oyeron un grito de dolor, si no hubiera sido por su gran oído, nunca lo habrían oído. Buscaron el origen del grito, pero este procedía de detrás de una pared, Aurora hizo un hechizo para ver a través de ella, y ahí estaban, las lunas, y una estaba dando a luz, de ahí los gritos.
-¿Cómo entramos? - la pregunta Aria a Aurora.
-Con un hechizo de intangibilidad.
Aurora hizo el hechizo y con eso ambas pudieron entrar, las lunas ni se enteraron, estaban muy ocupadas intentando ayudar a la mujer a dar a luz, pero no sabían que tenían que hacer. Aurora no aguantó más y ayudó a la que iba a dar a luz, ya que ella sí sabía que tenía que hacer.
-Apartad - dijo Aurora quitando a las lunas de su camino y con Aria detrás.
-No la toques maldita bruja - dijo una luna, Aurora la ignoró y se puso a revisar a la luna.
-Apenas has dilatado, así el cachorro no podrá nacer, ¿cuánto tiempo llevas con las contracciones? - dice Aurora intentando parecer dulce.
-¿Qué eres doctora? - pregunta otra luna.
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La híbrida convertida: entre magia y colmillos *Completada*
FantasyDos mundos, uno de humanos y otro de sobrenaturales. Los sobrenaturales se clasificaban en seis especies: brujas, vampiros, licántropos, demonios, hadas y ninfas. Hace casi trescientos años, un grupo de brujas convenció al resto de intentar imponers...