Epílogo 2/3

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3 años después...

-48... 49... y 50 ya salí, te voy a encontrar pequeño. –digo mirando hacia todos lados en busca de alguna pista que me lleve a Dylan. Jugar con mi hijo sin duda es la mejor parte del día y bueno pasar tiempo con Luke también pero eso ya es otra historia.

Sigo buscando por algunos minutos más sin tener ninguna pista de su escondite hasta que me fijo en el reloj de la cocina y me doy cuenta de que ha pasado casi media hora desde que deje de contar y comencé a buscarlo y aún nada.

Por último decido preguntarle a Luke.

-Luke, ¿no has visto a Dylan? –Le pregunto desesperada- estábamos jugando a las escondidas y hace media hora que se fue a esconder y aun no lo encuentro.

-Em... No –responde totalmente desinteresado, mientras está concentrado untando un pan con mermelada- ¿buscaste en la despensa?

-¿Insinúas que mi hijo es un ratón como para ir a esconderse ahí? –cruzo los brazos frente a mi pecho como para parecer más autoritaria.

-No, no he dicho eso y para tu información también es "MI hijo", sin esta belleza que ves frente a ti no se hubiera creado esa pequeña bestia. –me recalca.

-Las bestias son feas. –le contesto de una manera demasiado infantil.

-Es que eso lo sacó a ti. – me apunta con el cuchillo con que el que untaba la mermelada.

-Créeme que si me hubiera embarazado sola, habría nacido más lindo de lo que ya es, pero tú fuiste quién apuntó y disparó. –Luke se ríe fuertemente.

-Calla mujer, que gracias a los dos salió hermoso, aunque yo tuve más participación en la belleza de nuestro hijo que tú –curva sus labios hacia arriba dándome una perfecta vista de su típica sonrisa burlona- además, él o la que viene en camino, también saldrá hermoso o hermosa -Dice mirando el pequeño bulto que se ve en mi estómago y posando la palma de su mano en ella- El juego terminó Dylan, tu ganas, vamos por un helado. –rápidamente las puertas de la despensa se abren y sale Dylan con una gran sonrisa, dejándome boquiabierta.

-De nuevo te gané mami. –dice corriendo y abrazándose a mis piernas.

-Mami es una perdedora. –se burla Luke.

-Yo también quiero jugar al apunta y dispara. –dice inocentemente y abro los ojos como platos mientras Luke me mira con una ceja alzada y una sonrisa de oreja a oreja.

-Cariño ese es un juego para personas grandes. –Digo.

-Pero yo ya soy grande. –me mira y hace un puchero.

-¿Enserio? Entonces tendré que buscarme otro bebé.

-No mami, era mentira, todavía soy pequeñito. –me mira con sus grandes y bonitos ojos de color avellana.

-¿Campeón porque mejor no vas a jugar? Con mami tengo que arreglar algunos asuntos. –dice Luke tomándolo por los hombros.

-Pero mi helado.

-Ve a jugar luego te compro todos los que quieras.

-Bien. –dice y se va corriendo con una gran sonrisa.

-De cuáles asuntos estás hablando. –sonrío mientras él pasa sus manos por mi cintura.

-De unos que involucran una cama y dos personas desnudas. –me dice juguetonamente y me empieza a besar el cuello.

-Pero... -me calla con un beso.

-Solo calla.

-Pero Dylan... –me corta antes de que pueda decir algo más, al principio me besa tiernamente, pero luego me carga en forma nupcial y me lleva a la habitación para luego... No, no, eso ustedes ya no pueden saberlo.

Si me hubieran dicho que el chico que estaba al lado mío en ese bus iba a ser el hombre de mi vida, jamás lo hubiera creído. Tantas cosas pasaron luego de conocerlo a tal punto de que mi vida dio un giro de 180º, personas a las que yo pensaba conocer, en verdad no las conocía. Nunca pensé que mi vida giraba en torno a mentiras, pero al final todo se descubre de alguna manera u otra, lo más increíble de todo es que esas mentiras, esas desilusiones, esas traiciones, los malos ratos fueron los que me llevaron a ser la persona que soy hoy en día, pero en fin así es la vida y ese es su trabajo, nos pone obstáculos que debemos aprender a superarlos, quizás era nuestro destino conocernos o quizás fue mera coincidencia.

Luke se remueve un poco a mi lado y yo acaricio su suave y sedoso cabello mientras el sigue durmiendo, me abraza atrayéndome a su lado.

-No te apartes tanto, sabes que no me gusta tenerte lejos.- dice suavemente, rosando mi oído.

-Nunca me apartaría de ti y lo sabes. –respondo devolviendo su abrazo.

-Lo sé cariño. –termina de decir y de pronto la puerta de nuestro dormitorio es abierta rápidamente por un pequeño de ojos avellanas.

-Papá, mamá, encontré una ranita, ¡miren! –dice muy eufórico mostrando en la palma de su mano a una rana verde con toques cafés y con unos ojos muy grandes.

-Dylan, te dije que no tocaras las ranas –Luke lo miró reprobatoriamente- llévala afuera.

-Pero... -no termina de hablar cuando la rana salta sobre la cama y Luke grita desesperadamente, Dylan solo se ríe a grandes carcajadas mientras ve a su padre gritar como niña, busco un papel y tomo a la rana.

-Kels, bótala, mátala o no sé pero sácala de aquí. –me mira escandalizado.

-Pero si es bonita. –la acerco a su cara y grita más fuerte, me rio uniéndome a las carcajadas de Dylan- Cobarde. –digo, aún riéndome de él, llevo a la ranita al patio y la suelto en el pasto.

Miro detrás de mí y me encuentro a los dos hombres que han iluminado mi vida.

Ahora me atrevo a decir que este no es el final, sino más bien que es un nuevo comienzo, en donde el pasado solo queda como un vago recuerdo en nuestro presente.

Los finales felices sí existen, solo si te esfuerzas en crearlos.

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Hola a todos!! espero no me odien :( 

Lamento haberme tardado tanto en subir el penúltimo capítulo que queda de esta historia, pero tuve problemas con la cuenta y no pude ingresar por mucho tiempo, espero sinceramente que no me odien y que disfruten del capítulo.  

Byeee <3  

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⏰ Última actualización: Jul 01, 2019 ⏰

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