Atormentado Amor

16|Adiós, Piers (IV)

(Capítulo de Memorias de un soldado)

Chris Redfield

Fue complicado despedirme de ti.

Creía que nuestra relación toxica terminaría en un conflicto cuando descubrieras la verdad que había detrás de mis mentiras, pero, no resulto así, prefería discutir contigo por la noche tratando de explicarte el comienzo de toda está situación que me rodeaba, y no resulto como pensaba puesto que terminaste partiendo a una mejor vida donde olvidarás y dejarás de sentir dolor por las personas que amaste en una ocasión.

Trataba de contener las lágrimas dentro de mi corazón, ya no podía permitir demostrar una debilidad ante mis conocidos porque se convertían mis peores enemigos como fue el caso de Barry Burton, confié ciegamente en él por ser mi amigo desde años atrás. Por otro lado, debía mantenerme fuerte por la tormenta que veía venir hacia mí para poder luchar contra los obstáculos que existan en el camino, no iba a permitir que todo lo que construí me fuera quitado de las manos inesperadamente.

Acomodé mi corbata alrededor de la camisa que traía puesta. Era complicado usar el traje especial para ceremonias de luto porque sabía que habían muerto personas intentando acabar con el bioterrorismo que no tenía un fin desde su inicio, sin mencionar que me dolía en el alma la perdida de Piers Nivans, ¿Por qué no pude ser yo? Él, era tan joven y no debía de tener un destino doloroso.

Cada día me culpaba por la muerte de aquel joven soldado puesto que, pude haber encontrado una solución ante su problema que tenía. Entendía que en cualquier instante terminaría perdiendo su parte humana para convertirse en un arma biológica en búsqueda de destrucción, no obstante, estaba dispuesto a arriesgar mi propia integridad a fin de curar o intentar conservar su vida.

Tiré al piso todo objeto que tenía enfrente de mí desde aquel 1 de julio terminé perdiendo la paciencia para convertirme en un monstruo lleno de odio e ira en su interior poco a poco no me reconocía cuando me miraba en el espejo por lo que, me he convertido. Quisiera regresar a mis viejos hábitos de antes, pero era demasiado tarde ya no podía hacer nada al respecto que continuar con el camino que fui construyendo a lo largo de estos años que he estado mintiéndole a todos mis conocidos y familiares.

—¿Por qué él? —me cuestioné antes de sollozar.

Volví a golpear el mueble que tenía enfrente de mí, mientras daba un grito por el sentimiento de culpa que sentía. ¿Por qué lo hizo? No, había ningún motivo para inyectarse el virus C en su cuerpo, pudo haber salido con vida con la lesión en su brazo, pero no comprendía que pasaba en su mente en aquel segundo de la misión, ¿Por qué prefirió morir él? Aún era bastante joven y tenía metas que seguir, en mi caso hubiera sido preferible mi muerte por todo el daño que hice ese sería mi castigo adecuado.

Con lágrimas en mis ojos no dude en coger la botella de vodka que tenía en la habitación de Piers. Si, Piers llegará a verme embriagándome nuevamente terminaría decepcionado más; desde mi regreso he estado bebiendo sin parar para olvidar mis problemas personales, era verdadera difícil olvidar las acciones negativas de Barry hacia mi persona, ¿Qué hice para merecer una traición así? Nunca me olvide de darle una bonificación por su apoyo en las misiones, y siempre lo mencionaba en mis informes.

Pude percatarme que la botella de vodka quedó totalmente vacía y terminé estrellándola contra la pared.

Tenía un coraje que recorría por mis venas y buscaba tener una venganza por la traición de Barry, aunque podría aprovecharme de la oportunidad que me ha brindado el destino para remediar las cosas con Jill, y no podía hacerlo porque mi corazón ya le pertenecía al joven soldado, lo único que podía hacer era pedirle disculpas y explicarle correctamente el problema que teníamos.